Mario tiene 39 años y es docente. Cuando se pregunta dónde le cuesta más ser abiertamente gay dice, seguro: “En mi trabajo, porque soy docente”. El se acercó al grupo de reflexión para varones gay que coordina el lic. Alejandro Viedma en la ONG Puerta Abierta para indagar en los miedos que lo acosaban al pensar en salir del clóset entre docentes y alumnos.
“Me quedé analizando la situación, llegué a la conclusión de que tengo miedos, prejuicios, inseguridades allí ya que si salgo del clóset en la docencia hasta perdería mi puesto. Es como si mi vida “privada” ahí no existiera, “de eso no se habla” para no auto deschavarme. Me aterra que digan y piensen que soy un degenerado “por ser puto”, cuenta.
Su participación en el grupo lo ayudó mucho, dice. Ahora, ya ex integrante de Puerta Abierta, nos da su testimonio para ahondar en los obstáculos que se le presentan para vivir activamente el derecho a su homosexualidad. En el espacio grupal pudo tomar conciencia del porqué de esas trabas…
Antes de dejarlos con el texto de Mario, una frase que contextualiza sus palabras:
“Es posible que cada persona sea un individuo, pero la mayoría de los individuos funcionan como tales dentro de los confines de un grupo más extenso. En primer lugar están los estereotipos y luego están las embarazosas verdades” Matthew Rettenmund
Qué pasa si un docente se declara gay
Estoy experimentando el inicio de un proceso de síntesis apostando a mi deseo de vivenciar simultáneamente lo que se reacomodó o se resignificó en los últimos tres años.
Durante un año y medio, aproximadamente, viví intensamente mi derecho a la homosexualidad (seguir mi deseo) y como pude empecé, saliendo mucho, transitando lugares gay, conociendo gente, etc. El otro año y medio hice lo mismo (pero con otra profundidad) en relación al estudio y al laburo.
El obstáculo fue que no pude abordar la simultaneidad, y salvo esporádicas relaciones, dejé de armar vínculos desde el Mario asumido como gay. No lo perdí internamente, sólo que no pude incorporarlo desde un rol activo: se quedó en mi pensar y en mi sentir, pero no en el hacer.
En una reunión del grupo de reflexión hemos charlado sobre en dónde nos cuesta más ser abiertamente gay, y apenas se tiró este disparador, en mi cabeza se me hizo un clic: en mi trabajo, y el clic principal fue el pensamiento que se me impuso, “porque soy docente”. Me quedé analizando la situación, llegué a la conclusión de que tengo miedos, prejuicios, inseguridades allí ya que si salgo del clóset en la docencia hasta perdería mi puesto. Es como si mi vida “privada” ahí no existiera, “de eso no se habla” para no auto deschavarme. Me aterra que digan y piensen que soy un degenerado “por ser puto”.
Por eso lo de la síntesis, que es empezar a comprometerme (me resonó mucho esa palabra desde que conocí y escuché al coordinador, a Alejandro, ya que es un término que él expresa a menudo y actúa en consecuencia) y abordar el hacer desde otro lugar.
Creo, en definitiva, que todo lo que se habló en el grupo me ayudó en el proceso porque hay que interesarse en escuchar y participar. Me quedé con muchas resonancias, pensando (de otra manera no estaría escribiendo esto que dejé que fluyera).
Un abrazo a todos
Mario.
Foto by Alejandro Viedma-
¿Por qué creés que a los docentes les cuesta salir del clóset?