Por ALEJANDRO VIEDMA | Reflexiones acerca de distintos modos de armar placares y las subjetivas salidas de los mismos. Publicado por agmagazine.info el 12 de mayo de 2009.
Del concepto al objeto
Al concepto CLÓSET lo entiendo como nuclear, ordenador y/o catalizador de cientos de temas porque conecta, motoriza y se relaciona con muchísimas nociones como las de la (homo) sexualidad, las represiones (internas y externas) sufridas, las creencias (religiosas, culturales, científicas, políticas), los sentimientos (amorosos, temerosos, angustiosos) aflorados en el ser humano, las dinámicas establecidas dentro de las familias, etc., etc.
Tomo al clóset como un dispositivo, un andamiaje, un aparato sociocultural que es a la vez grupal e individual, y por tener estas características agrupa a otras, como la masividad y la unicidad.
El placard puede adoptar distintas formas, o tal vez sería más adecuado nombrar a los muebles en plural, y por lo antedicho en el párrafo precedente, también puede ser nominado en singular si no dejamos de tener en cuenta que hay tantos clósets como seres humanos que los crean.
Como factor universal, podemos observar que cualquier armario puede hacer las veces de tegumento, de piel, de elemento envolvente y aislante que cobija del mundo exterior y a la vez nunca proscribe la comunicación con el mismo, es decir, siempre que hablemos del clóset tendremos que tener en cuenta que dicha abstracción conlleva la relación, la retroalimentación permanente entre un continente y un contenido.
Entonces, los territorios lindantes estarán divididos por marcos, puertas, materiales diversos como hierro, madera, plástico que pueden actuar como metonimias de lo fronterizo, de los filtros, de lo que el sujeto -que no puede asumir abierta y/o públicamente su orientación sexual- monta en la escena ante un otro: las (no) palabras, las mentiras, los pudores, los remordimientos, las sensaciones de estar atrapado y/o desamparado, el dolor, la bronca por los reproches recibidos posteriormente, entre muchos otros componentes presentes más.
Otro objeto hallable dentro de un placard sería la naftalina, que tiene como finalidad mantener la ropa sin que sea apolillada o, podríamos pensar, para que el sujeto pueda tornarse fuerte, para que exprese su ser en su totalidad, que no luzca con agujeros, debilidades ante los demás “invasores” y pueda ser útil para cuando decida cruzar ese límite, cuando se disponga a dar el/los paso/s subsiguientes.
Roperos distintos, la misma lógica
Si bien casi toda lesbiana y casi todo gay transcurre en su vida por la situación de “enclosetamiento”, no tiene la exclusividad, la única venia para la construcción del placard, es decir, cualquier ser humano puede estar en este estado por equis motivo. El clóset de las lesbianas y los gays es particular, con especificidades, sin embargo, ciertas características también pueden encontrarse en otros sujetos que pueden ser heterosexuales, o sea, establecerse en un clóset va más allá de la orientación sexual o de la identidad de género de la persona encajonada, ya que ese sujeto se interna dentro de un locker, casillero, recoveco o como quiera llamárselo porque a ese rincón lo concibe como una autoprotección, lo funda como mecanismo de defensa.
Actualmente, donde en la Argentina convivimos a diario con el problema de la inseguridad, es pertinente acudir a alegorías: el clóset como símil de la acción de autoblindarse, enfundarse en un chaleco antibalas, manejar y trasladarse en un automóvil con los vidrios polarizados, donde la persona puede observar gran parte de lo que lo rodea mas impide que los otros se adentren en su interior, que lo hieran.
Es en este sentido que puedo pensar en otros clósets, y a modo de ilustración puedo enumerar: el caso de una persona que tiene una relación con un/a amante hace muchos años y vive dicho vínculo escondiéndolo, sin libertad alguna; o el de un sujeto que padece una enfermedad –aquí se puede pensar en un trastorno alimentario, como la bulimia o la anorexia-, y la sufre solo, sin comentárselo a nadie; o el de alguien que es presa de la violencia doméstica, violencia naturalizada desde hace años en el interior de su pareja o su familia, sobre todo en los casos de violencia de género -cuando la mujer no puede hacer otra cosa que mentir, negar o esconder los golpes o al violento porque vive amenazada-; o el de un sujeto a quien le cuesta muchísimo superar una adicción; o el de una persona –sobre todo menor de edad- que ha sufrido o está sufriendo reiterados abusos sexuales. En los casos anteriormente citados y en muchos otros, generalmente se instala el miedo a “hacerle mal al otro” (por ejemplo una mujer golpeada si compartiera su infierno con su madre o con alguna hermana o amiga) si se lo contara, o se vive asustado por el rechazo y por la consecuente condena social, por ende el secreto permanece gelificado en la propia soledad.
Otro ejemplo lo puede constituir algún tipo de emigración ilegal del país de origen. Hace un par de años escuché en la voz de Julieta Venegas una canción que directamente me llevó a imaginarme el clóset, se trataba de “La jaula de oro”, tema popularizado por el grupo Los tigres del Norte. El texto es un testimonio sobre la emigración mexicana, y en más de una oportunidad la Venegas en vivo le dedicó dicha pieza a “todos los paisanos que se encuentran en los Estados Unidos”. Abajo “pego” la letra de esta canción:
La jaula de oro
Aquí estoy establecido
en los Estado Unidos
diez años pasaron ya.
En que crucé de mojado
papeles no he arreglado
sigo siendo un ilegal.
Tengo mi esposa y mis hijos
que me los traje muy chicos
y se han olvidado ya.
De mi México querido
del que yo nunca me olvido
y no puedo regresar.
De qué me sirve el dinero
si estoy como prisionero
dentro de esta gran nación.
Cuando me acuerdo hasta lloro
que aunque la jaula sea de oro
no deja de ser prisión.
Mis hijos no hablan conmigo
otro idioma han aprendido
y olvidado el español.
Piensan como americanos
niegan que son mexicanos
aunque tengan mi color.
De mi trabajo a mi casa
yo no se lo que me pasa
que aunque soy hombre de hogar.
Casi no salgo a la calle
pues tengo miedo que me hallen
y me puedan deportar
La situación descrita es clara: uno se establece en un lugar donde pasa años, por lo cual luego cuesta salir o correrse de allí. Dicho sitio puede en un momento ofrecer una especie de confort, de peligrosa o (auto) engañosa comodidad, ya que uno necesariamente se convierte en un presidiario en tal circunstancia, pues el silencio, la incomunicación, lo vergonzoso para uno (y para los demás) y la negación provocan angustia, porque hasta los seres queridos y cercanos se vuelven extraños y uno se vuelve ajeno para ellos.
Pareciera como si ese sujeto, en el tratar de olvidarse, escapar o de “hacerse el distraído de la realidad”, se volviese un automatón, una máquina repetitiva porque sólo se dedicaría a caminar por los senderos del “deber ser”, de las obligaciones y de esos temores aparecidos –miedo a que los demás lo rechacen, lo “destierren” si se expusiera tal cual o como es, si tomara las calles- por no cumplir con las exigencias del otro; a posteriori dichas exigencias se interiorizan y se potencian en el sujeto tapado con la consecuencia de ir perdiendo día a día su propia identidad, su “legalidad subjetiva”, situación que puede provocarle –si llegara a estancarse en esa localidad pantanosa por mucho tiempo- un aplastamiento subjetivo.
Mientras un sujeto se envuelva con esa especie de ataúd, de “sobretodo de madera”, se irá objetalizando, quedará cosificado, mimetizado con ese armario, y en un traspaso constante de mixturas que se simbiotizan, ese mueble se irá humanizando porque irá formando parte de esa persona, convirtiéndose en su cascarón.
En el caso de la persona gay o lesbiana que fabrica un clóset, lo hace porque se siente acechada por las miradas que no avalan su modo de vivir su sexualidad y los chismes diseminados se vuelven amenazantes en los oídos de dicha persona.
Lo siniestro, lo ominoso para Freud
Recuerdo haber leído –en los ´90, cuando era estudiante de la carrera de Psicología- Unheimlich (Freud, 1919), que se tradujo como “Lo siniestro, lo ominoso”, pero el año pasado asistí a una clase especial en un posgrado que realicé y mientras escuchaba a la colega oradora, todo el tiempo me invitaba a pensar en el clóset, ropero, placard, ya que en ese texto el padre del psicoanálisis refiere que se produce, en la situación que describe en dichas páginas (invito a los lectores a que busquen y hojeen ese artículo, caso contrario y si reprodujera aquí el mismo, este sería mucho más extenso y tal vez menos entendible), al mismo tiempo la vivencia de sentimientos aparentemente contrarios: lo familiar/hogareño/conocido/entrañable combinado con lo angustioso e intolerable por lo oculto, lo secreto, lo no develado que sale a la luz, como en ese proceso del coming out.
Lo siniestro, lo ominoso, aparece así como aquella variedad de lo terrorífico que se remonta a “lo familiar”, pero que deviene en “no familiar”, aquello que es familiar y desconocido a la vez. Además, se da la falta de un límite preciso entre los objetos animados e inanimados, y hay un sentido de atemporalidad y de sorpresa, de extrañeza a la vez. Se trata de algo propio que al mismo tiempo es ajeno, lo que me remite al concepto de extimidad, porque hay algo que es interno y externo simultáneamente, como la banda de moebius.
También me interesó lo de la doble función que describe Freud: que no se vea y que sirva de pantalla, y lo conecto con la vivencia de cuando los gays y las lesbianas son tapados o intentan construir mascaradas para que los demás “no sepan” sobre su orientación sexual.
En cuanto a lo siniestro y el armario, lo oculto remitiría a la calavera que yace en el clóset, pero que todos la tienen, de tal manera, lo siniestro se produciría por el encuentro con eso que no debió salir a la luz subjetivamente y es algo instantáneo.
Cuando para cualquier sujeto se vuelve real el encuentro con la sexualidad, ¿hay algo allí que se vivifica como siniestro? Me parece más del orden del velo, en el sentido del arte, el velo que cubre la calavera social que todos ocultamos, el velo como semblante, como máscara.
Tal vez para el Otro social, el hecho de que alguien salga del placard, se lo viva como un momento de despersonalización que puede ser sentido como siniestro, como un doble que no se reconoce.
El acto de decir soy lo que soy
¿De qué está hablando una persona cuando exclama “soy gay”?
El coming out of the closet, el proceso de abrir el placard e ir saliendo del mismo, es un acto que va poniendo de manifiesto lo implícito, lo oculto, el silencio, el disimule.
A dicho proceso lo tomo como un acto ético porque el que despliega la enunciación se transforma en un sujeto que se responsabiliza por lo que ya no calla; hay un antes y un después de esas palabras expresadas, una manifestación visagra donde la posición subjetiva ya no será la misma. Es como cruzar el Rubicón, que le significó al César un cambio en su/la historia.
Los minutos previos a la emisión de las primeras palabras suelen ser los más difíciles de transcurrir para la persona que seguidamente va a decir, por ejemplo: “pa, ma, tengo que hablar con ustedes, necesito decirles algo”.
Ese algo –que no es poco- que se pronuncia en general trae aparejado costes psíquicos y físicos, porque cuando por ejemplo los padres no aprueban la homosexualidad de su hijo/a, este/a último/a en primer lugar sufre un descenso en su autoestima.
Por otra parte, tal circunstancia le aporta a la lesbiana o al gay una capacidad de resiliencia, de volver del salto, de hacerse más fuerte en el reponerse, recuperarse ante la adversidad.
El sujeto que necesita decir que es gay lo hace porque asume una identidad, identidad también sostenida por lo grupal, por un colectivo específico que siente y se expresa de una manera similar –aunque con diferencias-, compartiendo códigos y vivencias comunes. Es un ser que se construye también vía discursiva, en un contexto socializador.
Lo que hay que destacar es que decirlo siempre debe partir de una decisión personal y no de una obligación o presión externa. Todo sujeto es propietario de su vida (en general) y de ejercer y hablar con libertad, si así lo desea, sobre su sexualidad (en particular).
¿El regreso del “muerto vivo”?
Si la entrada en el placard y la permanencia en el mismo nos lleva a la frase “todos tenemos un muerto en el ropero”, el coming out of the closet sería homologable a cuando ese muerto revive o ya no se lo esconde más. ¿Cómo? Vamos por partes, cajón por cajón, estante por estante, percha por percha…
Al placard, como he dicho, en un primer momento se lo siente como un lugar con confort, no obstante al mismo tiempo ese ascensor atascado hace que se vaya pudriendo “eso sin vida” que está en su interior, mudo, inamovible, pero que produce efectos.
Al muerto, al asesinado se lo guarda en el clóset o se lo entierra, muchas veces, en el fondo de la casa, pero si pensamos que lo específico de una lesbiana o de un gay en una etapa de su vida es guardar, ocultar o tratar de aniquilar sus propias pulsiones (por “el qué dirán”), su condición afectivo-sexual, podemos decir que estos sujetos lo hacían porque se los consideraba criminales, como seres abominables a ejecutar. Históricamente se tildó –y aún en varios países de este planeta se sigue tomando- a los actos homosexuales como crímenes, y se los ha ordenado en la categoría de psicopatológicos, perversos desde la ciencia, la disciplina, el derecho, la religión.
Entonces, se destina las cuestiones sexuales a lo más íntimo de lo privado, y la intimidad en una casa generalmente yace en la habitación, por lo que lo más íntimo se guarda, se lo protege más que a otras cosas en el ropero. ¿No son acaso los ladrones los que van directo a ese lugar, porque el mismo es una suerte de refugio, escondite para otros objetos de valor, como el dinero y las joyas?
Por lo tanto, según cada singularidad y las particularidades de la represión de cada quien, habrá diferentes construcciones de armarios: habitan encastrados, grandes, chicos, con varias puertas, con una sola, de diferentes estilos como modernos, antiguos o coloridos, pero también existe una mano de obra común hasta para preparar las salidas de aquellos: la designada por la comunidad en general y el colectivo LGBT en particular, porque asumir una sexualidad disidente, distinta a la heteronormativa, es de alguna manera aceptar que se está o se pasó por un enclosetamiento, ya que no se puede salir de un lugar de donde previamente uno no entró.
Las voces que animan a otras gargantas
Cuando alguien habla, en simultáneo habilita a otro a que lo haga. Ese acto genera más actos, más sujetos se animan a hablar porque la palabra cobra vida: el muerto revive.
Eso me dirige a la cita bíblica “Lázaro, levántate y anda”, ya que hablar es andar-diciendo, sólo que Lázaro no se autonominó en ese acto, contrariamente, el que da la "orden" de ponerse de pie y caminar –de que pueda expresarlo- al gay o a la lesbiana es él/ella mismo/a y ningún Jesús ni voz externa, sino la interna, la propia, el alma de cada quien, su propia determinación.
La salida del clóset es como autodeclararse inocente o al menos no culpable por ser gay, en tanto que lo que parecía muriéndose dentro del sujeto renace y mejora, se transforma porque en un paso previo hubo un giro tremendo en la cosmovisión interna del sujeto, que había internalizado la homofobia. Con esto quiero significar que anteriormente a su salida pública, el sujeto se autoacepta en soledad.
Porque a ese sujeto ya se le hizo insoportable portar un falso self, yo falso izado a medida que su placard iba paseando por los umbrales del nudo borromeo propuesto por Lacan: se pasa del ropero como instancia imaginaria y simbólica para convertirse en algo real, connotado desde lo material, material que hasta puede fragmentarse, sin perder sus otros dos registros.
En algún punto, los que quisieron y pudieron salir del clóset lo hicieron porque han roto el cerrojo de la naturalización del ahogo y en tal sentido las lesbianas y los gays que caminaron, hablaron, se asumieron al fin, pudieron hacer algo distinto a lo que los otros quisieron predestinarlos –incluso cuando los demás quieren que uno calle y vuelva al armario-, y lograron instalar algo del orden de un cambio.
Además, sin desearlo o habiéndolo querido han actuado políticamente, porque es toda una actitud y una cuestión política generar un cambio en uno y en los otros, animar, vitalizar a muertos ajenos también, despertar conciencias. Se convida al semejante a esquivar la condena y simultáneamente también se lo declara inocente antes de que haya un esqueleto.
Es por tal cuestión que el muerto no se terminó de duelar, porque no se trata de algo mórbido real, tal vez nunca llegó a agonizar, a estar en coma porque tomó otro camino y sorpresivamente pudo mejorar notablemente e inyectar, contagiar de salud y de vida a las partes oscuras y reprimidas de los cuerpos, las mentes y los seres vecinos.
Todas las aberturas, los pasos para la salida del placard ayudaron a dar otros pasos. Las salidas de los clósets de los gays y las lesbianas han provocado, entre muchos logros, que nuestra nación junto con otros sesenta y cinco países en diciembre de 2008 en el Organismo de las Naciones Unidas (ONU) votara a favor de un texto que llama a despenalizar la homosexualidad en nuestro planeta.
Incluso las salidas de los clósets hacen que los demás salgan de otros clósets que no tengan que ver –o sí- con la sexualidad. Quizás, y por otro lado, estimado lector, la previa salida del clóset de un ser cercano a ti, sobre algún tema o cuestión personal, te ha permitido hacer tu propio camino de visibilidad…
Porque aunque Benedicto XVI se empeñe en lo contrario, hay algo del orden de la inevitabilidad: los cambios sociales son inevitables, es inevitable que no se den, que no muten las realidades en un mundo pleno de configuraciones inevitablemente diversas y visibles.
53 comentarios:
Hola Ale!!
Me pareció muy interesante tu artículo, como todo lo que escribís.
Destaco dos cosas, lo ominoso en Freud y la relación que hiciste de la cita bíblica "Lázaro, levántate y anda" (me encantó).
Te mando un beso giganteeeeeeeeeeeee.
Con mucho amor,
Martín DL.
Holis Ale
Acabo de leer tu nota, súper, súper.
Lo del closet, un enfoque tan amplio hiciste, nunca lo vi de esa manera.
Es verdad, no somos los únicos que nos refugiamos en un cascarón. Ese cascarón que se vuelve siniestro, porque es algo propio, de uno, pero ajeno a la vez, porque deviene de un mandato social.
Qué buena articulación hiciste, como siempre, pero cada vez más creativo.
Te quiero.
Tu amigo y colega,
Diego S.
Querido Ale: Hago un placentero recreo en mi estudio para escribirte y antes de empezar me encontré con tu nuevo artículo "Los (otros) closets" y casualmente tiene que ver con algunas cosas que necesitaba compartir con vos.
Necesitaba... tan intenso era el deseo de hacerlo!
Antes que llegara mi novio a mi ciudad, hice mi coming out con mi ex, la mamá de mi hijo. Fue difícil pero he sobrevivido ante las amenazas a mi autoestima (como dice tu artículo).
Más allá de la salida del closet, hay un hilo conductor más importante que es el conocimiento de mi mismo, el avance hacia el amor pleno, el futuro con un alguien especial que hoy existe... ¿Cómo seguirá la novela? No sé... paso a paso y tranqui, como vos me sugerís.
Son pocos con quienes puedo compartir estos procesos, por ahora, y vos sos alguien muy significativo en mi breve historia gay.
Un abrazo y espero que estés bien, feliz... y muy bueno tu artículo! Con afecto,
Robert.
Hola Aluchoooooo, ¿cómo estás? Como siempre tus artículos me parecen muy buenos y comparto que los closets no son privativos de un colectivo, se distinguen por particularidades, singularidades. Me encantó y me parece un buen dispositivo de abordaje para algunos de los malestares de nuestra postmodernidad.
Te mando un beso.
Alejandra AV.
Hola, Ale: obviamente me gustó mucho el artículo y te cuento que para tratar de ser más útil me olvidé que era tuyo y lo leí como si fuera de una revista, para ser más crítico y al mismo tiempo que te sirva más, tratar de aportar algo, es decir, traté de hilar más fino para no poner lo que ya sabes pienso: tus artículos siempre están buenos. Bueno, ahí voy:
Me encantó el análisis del placard como sitio y como imagen.
Excelente la metáfora del placard como una piel contenida y continente.
Igual la idea de infinidad de closets distintos.
No me convence la analogía entre marcos, puertas, materiales, etc. y los diferentes momentos asumidos o no por el sujeto, creo que es simple la comparación, o el juego de la naftalina.
Mmm pienso en lo que a mí me surge cuando empecé a leer, me dije: ¡tiene razón! ¿Por qué el placard? E hice el camino propuesto del concepto al objeto para ver la relación entre uno y otro.
A medida que leía me pregunté si podía venir de los juegos infantiles donde dos de los participantes tienen que meterse a oscuras por un rato a hacer cosas “que nadie ve”… O a la idea de que “los monstruos” siempre están dentro de los placares cuando somos chicos, o de grandes me viene a la mente la frase “tengo un muerto en el placard” como modo de ocultar un pecado/crimen/falta.
De manera que en el imaginario el “placard” tiene una connotación re interesante…
“Roperos distintos, la misma lógica”: me parece fundamental la universalización del closet, no como refugio gay, sino como sitio de resguardo para todo ser humano. Me encantó.
La letra de Julieta es genial, aunque como ejemplo, me parece larga.
Me re tocó la idea de los senderos del “debe ser” y “las exigencias del otro”, no lo había visto nunca, pero es esclarecedor, estas cosas también son un encierro, ¿no? Genial.
“El regreso del muerto vivo”: es genial el análisis del criminal/muerto y el placard. Esta creo que es la mejor parte (y acá queda excelente hablar de las partes de adentro del placard), me encanta el uso y la comparación entre el placard como espacio físico y el modo comodidad/muerte…
Al fin el placard me sugirió la idea de capullo, de momento de preparación, de maduración, con esto de “no se puede salir de un lugar donde previamente uno no entró”.
“Las voces que animan a otras… ¿gargantas?” Je je… Me hizo ruido. Es re buena la idea de propagación de valor, de manos tendidas, pero la palabra “gargantas” no me da idea de otra voz que se suma (esto es re subjetivo, ya sé, pero ¿qué no lo es?).
Me parece muy buena la idea de instalar el cambio al hablar…
No sé, personalmente si compro la metáfora de Lázaro, me lleva a otro registro de pensamientos, de lo que venía leyendo…
Y lo mismo con el final… Está buenísimo el artículo pero creo que al final abre más temas, nombra, disparados, ONU, Benedicto XVI…
Pero qué interesante, la verdad, el closet es una de esas cosas que uno no piensa. Y que es parte del crecimiento…
Ahora, después de leer tu texto, levanto los ojos y reflexiono. Creo que tu texto moviliza y funciona. Gracias!!!
Un abrazo.
Nacho, desde Italia.
Hola, sigo leyendo tus notas y la verdad me sirven mucho para mi formación en sexualidad.
Me gustaría tenerte algún día en Villa Maria para una charla o una jornada que podamos hacer.
Espero verte en algún momento.
Te mando un abrazo,
Pablo
Hola Ale, leí el artículo y me encantó, realmente tiene un enfoque no solo referido al closet gay sino a distintas fobias, temores, miedos, inseguridades, complejos, etc., y pienso que cada uno se construye su closet y también cuando puede lo destruye y comienza a andar como Lázaro.
Un abrazo hector M.
MUY BUENA TU APRECIACION DE LOS DIFERENTES CLOSETS !!
TE FELICITO POR TU DEDICACION !
JORGE P.
Excelente artículo, de una riqueza conceptual notable.
Me llevó a pensar en los innumerables closets en donde nos metemos sin darnos cuenta por miedo al otro y para evitar un sufrimiento que, como decís, paradójicamente se transforma en algo más “siniestro” lentamente por quedarnos “como el muerto guardado en el armario”.
Un gran abrazo.
Jorge T.
Muy real Ale, las funciones que cumplen nuestras defensas universales y singulares a la vez. Como decís vos, la salida del closet se da como un proceso, paso por paso, estante por estante.
Un abrazo.
Diego.S
EXCELENTE. Propio tuyo, querido Ale. Muy completo, amplio y de gran valor.
Te felicito, Ale.
Y la verdad es que le das una visión tan amplia y calificada a la cosa, que merece ser leído.
Cariños
Carlos K.
Un artículo súper claro y aplicable para todos, no solo para la elección de sexualidad, estamos rodeados de gente que se encierra en su placard de soberbia, inseguridad y muchas otras cosas pero no se da cuenta hasta que se los haces ver. Pero es muy difícil que lo acepte.
Como siempre una excelente nota.
Cariños
Vero y Marco
Alejandro: quiero decirte que estoy muy orgulloso de que seas coordinador del grupo, me hice de un tiempo para escribir y expresarte que no me resulta indiferente lo que producís, leo en mis tiempos todo lo tuyo, sos muy buena persona y estoy muy contento de haberte conocido, te agradezco el espacio para poder crecer desde mi gaytud.
Quizás resulte cursi pero no me importa, conisdero que uno debe expresar lo que siente, a través tuyo pude conocer maravillosas personas que me fortalecen, es mi deseo estar a la altura de las circunstancias, un abrazo
Sandro, del grupo de los miércoles.
Hola Alejandro, veo que pensamos coincidentemente, por suerte!
Eva R
Hola Alejandro,
Tanto por parte del grupo, como en lo personal, me resultó una experiencia muy rica el poder escuchar e intercambiar con vos en el capítulo sobre el interesante material clínico que estás trabajando. Te agradezco también tu confianza para que esto tuviera lugar y esperamos poder seguir compartiendo espacios sobre las varias cuestiones en común que nos interesan tanto...
Afectuosamente,
Beatriz A
Es un artículo novedoso ya que pantea un nuevo paradigma de análisis, después de esto nada puede ser igual.
Felicitaciones Alejandro.
Gay Pan Pedro, provincia de Buenos Aires.
Ale, buenísimo el texto, muy rico, muchos puntos que me resultaron interesantes: me acordé de “la capa calcinada" que alguna vez nombró una profe de la facu de Psico (nunca encontré ese término), me encantó lo de la naftalina (no se me hubiese ocurrido), el que conectes y lleves más allá de lo (homo)sexual el concepto de closet me parece maravilloso, esta idea de que estamos constantemente cuidándonos de un "supuesto peligro externo", enclosetándonos y perdiendo el contacto con los otros, imposibilitando que el otro nos conozca. Una vez en la facu una profe dijo que los alumnos somos muy críticos, a mi me parecieron sabias esas palabras, me ayudó mucho a entenderme y a entender uno de los motivos por los cuales la mayoría de los alumnos va a "calentar los asientos", no opinan, son entes, muertos vivos que no se animan a participar por miedo a la crítica. Esto me parece que es muy común en la sociedad en general, criticamos a este y aquel, al político `porque hizo tal o cual cosa´, a la TV porque los programas son una cagada, a la policía, etc., etc., etc., pero no proponemos algo nuevo, no construimos, sólo destruimos lo existente, no nos exponemos, ya que el otro es "malo", dañino. Siempre me consideré agnóstico, pero a la vez siempre supe que compartía algo con esa... cómo llamarla, ¿filosofía?, ¿forma de vida? Y creo que es esto de exponerme/se, lo curativo, creo que esa es la forma en que se brinda amor y creo que llegó la hora de que comience a hacerlo. Bueno, había pensado en escribirte para agradecerte el texto ya que, como sabes, estoy en pleno cambio de carrera, con lo cual estoy en pleno proceso de salir del placard al respecto. Bancándome los comentarios de amigos y flia. sobre mi decisión, y tu texto me ayudó a volver a encontrarme con mi elección. Viste que no es fácil, uno se pregunta ¿estaré haciendo bien? ¿Y ahora qué hago, cómo sigo, por dónde voy? Junto con toda la sintomatología que me produce hacerme cargo de esto nuevo que no sé hacia dónde me lleva/o. Hay un punto del texto que me dio para pensar otra parte interesante y que te la quiero señalar porque presupongo te va a interesar: en un momento decís que para salir del closet se tuvo que haber entrado antes, a mi eso no me terminó de convencer y me pregunté qué es lo que no me cerraba, me vino a la mente el nacimiento y dije "Eureka". En el nacimiento se sale del vientre materno pero no necesariamente se entra, sí es cierto que algo entra pero no es un ser, lo cual implica que algo debió ocurrir dentro, algo cambió, quizás algo se desarrolló. Pero también me estoy dando cuenta (ahora) que esto que planteo está planteado en el texto, decís: es necesario responsabilizarse de lo que se dice para poder salir del closet. Creo que lo que intento decir es que es necesario que en el closet se produzca algo vital para que el sujeto pueda responsabilizarse. Ahora hay otra cosa que me hace ruido. Yo estoy pensando en un espacio vital (vientre) y vos hablas del closet como un cajón de muerto, un muerto en el ropero. ¿Será que estamos hablando de cosas distintas? ¿Será que lo vital viene de afuera? ¿O es lo ominoso? ¿Para quién es un muerto? Porque por otro lado decís que lo afectivo-sexual lo guardamos en lo más hondo, lo más íntimo, con lo cual sería lo más preciado para cada quien, lo más valioso, lo más ¿vital? Ya lo encontré (no había leído la última parte). Internalizar la homofobia, luego autoaceptación, que es “romper el cerrojo de la naturalización del ahogo” (genial). Gracias Ale, muy rico tu texto, un abrazo gigante. MAXI, del grupo de los jueves.
Querido Ale:
Cómo estás?
Leí tu artículo. Creo que plantea un viraje en tu escritura ya que los anteriores me parecían más literarios y este tiene más teoría, pero ambas corrientes están bien ensambladas.
Me gustó mucho.
Cariños,
Marcelo
Ale, tu artículo en un punto me sirvió para salir del closet con una compañera de trabajo y por suerte fue bastante natural.
Generalmente hay algo en el contexto del otro, que lo sabe, pero no te pregunta nada directamente, quizá porque tiene miedo a que uno se ofenda...
Un beso.
Más allá de que tu artículo me resulto muy interesante y un enfoque muy completo, quiero compartir lo que me disparó: mis otros propios (y añejos) closets. Por ejemplo, cuando era chiquito y salvo mi familia nadie (pero nadie) sabía que mi juego preferido era juntar mis muñecos frente al pizarrón y darles clase (tenía registro, láminas, compás y transportador de pizarrón, todo!). Y cuando llegué a la secundaria, el closet gay no me angustiaba - al fin y al cabo estaba seguro de que lo mío era "una fase" y "ya se pasaría". Además, "no se me notaba nada" y la etiqueta de traga cubría mucho. Lo que sí no quería se notara tanto es que en ese medio de tanto rock progre y tanto rasguñar las piedras, lo mío era Abba y Olivia. Y ni hablar de que se me escapara Raffaella!!!
Gracias Alejandro Viedma, un verdadero lujo
Los (otros) closets.
Ya lo subí a
www.gaysanpedro.blogspot.com
Hola Alejandro, realmente te felicito por tu blog y por lo bien que manejas la temática.
Voy a agregar tu blog como un link permanente así quienes pasen por mi página puedan ir directo a la tuya. Creo que tus líneas bien lo merecen.
Gracias
Alan
Muchas gracias de nuevo Alejandro, es un verdadero orgullo, sinceramente nos emocionaste, desde este lugar todo cuesta mucho y el camino es lento.
Con seres humanos y excelentes profesionales como vos algunas cuestiones pesan menos MUCHAS GRACIAS.
SPG
Hola!!!
Cómo estás Alejandro?
Estaré por capital en una o dos semanas, me interesaría conocerte y asistir a una de las charlas del grupo, veremos si se puede.
Estuve leyendo algo del artículo de los closets y está muy interesante, espero tener más tiempo para poder leerlo con más detenimiento.
besosssssssssssss
byeeeeeeeeeeeeeee
.........................................................................cesarin de Salta........................................
Ale
Aprovecho en agradecerte tu apoyo en todo este año y medio y definitivamente creo que mi paso por el grupo que coordinas me ha ayudado a crecer mucho y me ha ayudado a establecerme mejor en Argentina, conocer gente y sobretodo conocerme mejor a mi!!...
Lo que escribiste sobre los otros closets me ha ayudado a decidirme a emprender actividades que tenía pendiente o que me costaban por prejuicios ajenos y míos.
Slds,
Carlos Ch
Hola Ale, ya en un ratito estoy saliendo a la reunión grupal, gracias por tus buenas ondas.
Las reuniones cada día no solo están interesantes sino que hay muchas intervenciones muy puntuales, veo también que tenemos mucho compromiso en hablar cosas personales y en la asistencia.
También debo decirte que hay un cambio grande en tu manera de manejar el grupo, se te ve contento y muy relajado y esto se refleja en el grupo. ¡Se te ve feliz en el grupo!
En lo personal siento que el grupo me SIGUE haciendo bien, es un lugar donde me divierto mucho, reflexiono y lo mejor es que luego afuera seguimos charlando los temas del grupo y continuamos refexionando.
Te mando un beso inmenso y gracias por todo lo que estás haciendo.
Roberto C
Hola Alejandro:
Antes que nada te voy a contar que no soy de Buenos Aires sino de la ciudad de Santa Fe... lo cual lamento mucho porque me parece que eso limita mucho mis posibilidades de participar en tu grupo...
De todas formas me voy a permitir contarte unas cositas... El hecho que no sea un grupo terapéutico... es lo que más me interesaba... tengo mi psicóloga hace un tiempo... y ella aguanta esa parte mía... Lo cual no quita, que como me imagino es el mal de esta época... me siento realmente solo... sin pertenecer a un grupo... sin encontrar gente afín... hasta el punto que me empiezo a preguntar si no será que soy yo el que realmente tiene estos por demás de rollos... por eso me gusta la idea de escuchar otras vivencias... otras realidades... conocer gente... pero a veces me es un poco difícil...
Soy Jose, tengo treinta años, haciendo una tarea laboral que me entretiene bastante, al punto que tal vez sea lo más interesante que tenga... Mi familia y mis amigos saben que soy gay... y a quien no se lo he dicho... me imagino que lo supone porque han conocido mis parejas- ahora estoy sin pareja- y en el último tiempo he vivido eso con bastante naturalidad...
En fin... si tengo que darle un nombre a mi problema es que no llego a crear vínculos con otros gays... no me preguntes bien porqué... pero es algo que realmente necesito... por confianza... por similitudes, me imagino... la verdad que no se... en esta ciudad y hasta donde yo conozco... lo he intentado en lo que aquí se denomina el ambiente que en realidad se refiere a un reducto tipo boliche que abre viernes y sábado... y en donde se junta un tipo particular de personas... ni mejor ni peor que yo... pero con quienes no llego a vincularme en la manera que te digo pretendo...
Bueno disculpame por haberte robado estos minutos... pero aunque hay cosas que tal vez no se pueden cambiar... por lo menos por el momento, como la distancia geográfica, tal vez tengas alguna referencia de grupos... pero en esta ciudad... lo cual te agradecería muchísimo...
Desde Santa Fe...
Saludos
Jose
hola ale!!! que tal? bueno te cuento de mi: tengo 31 años recien cumplidos, y acabo de mudarme a capital, hace menos de un mes jaja!! soy de rosario y ahora ya me mude aca definitivamente asi que la verdad no conozco mucha gente aca y mas que nada por eso me intereso la idea de un grupo de gente que mas o menos comparta la misma historia que la mia.
yo en estos momentos obviamente me estoy adaptando y organizando mi vida aca en la city; pero me encantaria un dia de estos poder charlar con vos y tener esa entrevista de admision, asi que pronto espero estar contactandome con vos!!!
desde ya muchas gracias.
un beso!
gerar!
Hola Alejandro:
No tengo experiencia de
participación en grupos gays.
Soy gay asumido, tengo pareja, viví muchos años en pareja y no tengo
drama con la cuestión. Veo sí que no tengo un círculo gay ni amplio ni
reducido y sé que me siento muy cómodo en dichos grupos.
He hecho análisis durante muchos años, estudio, trabajo y vivo solo actualmente.
Me interesaría participar de un grupo de reflexión, pues no tengo
pilas ya para bolichear los findes, creo que nunca lo hice en
realidad.
Bueno en estos días estaré llamando.
Saludos.
Victor
Hola, acá en Cuba soy director de una compañía teatral y estuvimos de gira nacional.
Por supuesto que me da mucha alegría que en Bs As haya un grupo de reflexión para gays, de inmediato pongo al tanto a los otros de aquí para que todos podamos escribirnos.
A propósito bajé todos los artículos de tu blog para echarle una ojeada.
Así que ya estamos en contacto, hasta pronto
un saludo................... Micahel
Estupendo ensayo, Ale. Me produjo la misma sacudida emocional que el "Informe sobre Ciegos" de Sabato, o aún mayor, pues no soy ciego pero sí gay en el closet. Este tipo de turbación resulta ser liberadora. Gracias por impulsarnos a abrir puertas en busca de aire y libertad.
y si... estamos luchando, justamente esta semana fue un poco complicada para mi, algunos elementos relacionados con la culpa me jugaron una mala pasada... siempre por "El mandato cultural", ese imaginario social.
Un abrazo y Gracias.
SPG
Estimado Lic Viedma
Viendo su Blog en internet, y luego de una lectura a las tantas e interesantes experiencias que allí se cuentan, todavía me cuesta animarme a escribirle para consultar sobre la temática que me sucede tal cual se describe. Saludos cordiales.
Hugo
hola soy Ignacio de pcia. de bs. as., tengo 36 años pero todos me dan menos, tengo una vida sana, no fumo, tomo cuando tengo alguna fiesta, en el tiempo libre me gusta andar en bicicleta, internet, escuchar musica, soy adicto a la tv, ir al cine, comer afuera, me gusta tambien viajar. soy buena persona, re-tierno y dulce me dijeron, yo el año pasado asumi mi sexualidad, lo negaba, lo tenia reprimido, no lo queria aceptar, ahora soy feliz y se lo que quiero, total no le hago mal a nadie, no cometi ningun delito por eso hay q hacer lo q se siente y no pensar en el q dira la sociedad, tus amigos o familia.
Me gustaria formar parte de ese grupo para conocer gente, charlar, a ver si les pasa lo mismo q me pasa a mi, en fin no se.
un abrazo
ignacio
Hola Ale,
cómo va eso.
Aquí te estoy escribiendo sobre tu texto “Los otros closets”; tarde pero seguro.
La primer lectura caló muy profundo en mí porque me encontré retratado párrafo tras párrafo.
Lo movilizante aquí fue el estilo, la crudeza y la profundidad de tu planteo; nunca lo vi tratado así. Luego de esa primera lectura imprimí el texto y lo habré leído 2 ó 3 veces más, con mayor calma, tratando de trabajarlo mejor. Subrayé este grupo de palabras que fijaron para mí el espíritu de tu ensayo. Quizás no fue el que vos le quisiste dar; pero así me llegó a mí:
- naftalina
- vidrios polarizados
- automatón
- ataúd
- cosificado
- cascarón
- siniestro, ominoso
- calavera social
- muerto vivo
- pudriendo
- el asesinado
- aniquilar pulsiones
- seres abominables
- represión
- muriéndose dentro del sujeto
- falso self
- ahogo
- condena
- esqueleto
Son todas palabras que siempre procuro evitar decirme; verlas escritas en el marco de tu artículo, me desgarraron.
Por suerte también subrayé estas otras:
- Lázaro levántate y anda
- el muerto revive
- cruzar el Rubicón
Y finalmente me quedé aferrado fuertemente a los 2 párrafos previos al último.
Ale, gracias por producir sucesos de este tipo.
Felicitaciones y gracias por hacer tanto bien.
Un cálido abrazo,
Gustavo.
Por primera vez visité una página gay y había un link a este blog... está buenísimo... estuve casado por muchos años, tengo 3 hijos y ahora estoy divorciado... me considero bisexual... quisiera unirme al grupo, me gustaría tener amigos gays porque los que tengo son hetero... soy profesional...
besos... hugo
Hola, Alejandro:
Me interesa participar del grupo. Soy Sebastian, nunca tuve una relación con un hombre, pero vivo hace años reprimiendo el deseo, siento temor pero también erotismo a mis 46 años.
Quisiera hablar con la gente del grupo para que me oriente o aconseje.
Preciso sacarme algunas dudas.
Ojalá nos veamos prontito
Soy Ale y vih +, me siento muy solo.
¿Qué edades tienen los integrantes del grupo?
Deseo conocer gente del palo y hablar de lo que me pasa.
¿De qué hablan en las charlas?
Te envío un abrazo, gracias por tu trabajo por nosotros.
Tu tocayo.
necesito charlar con alguien, hace 6 meses me permití ser libre, reconocerme como gay, pero cuesta
soy gonzalo
Que buen bloggggggggggggg
Me llamo Andres, de 35 años, zona sur, discreto y lejos de la movida gay, no me gustan los boliches ni el chat, entonces estoy como perdido por no tener un lugar. Soy profesional y masculino.
No tengo amigos gays.
Buen día,
mi closet sería que estoy casado a mis 60 y pico y tengo relaciones con otros hombres.
Víctor
Hola, soy de Perú y aquí me sería lindo tener amigos porque mi familia y mi gente no sabe nada de mi opción...
Lo llamaré para el grupo...
Jairo
Mi nombre es Juan Pablo, soy bisexual, más gay y quiero conocer gente.
Cómo es el grupo?
Me coparía tener amigos gays para compartir experiencias y cosas en común.
Salu2
Hola Alejandro:
Encontré tu página buscando tener algunas respuestas acerca de la vida gay y que tal vez amplíe mi visión.
No encontré mucho o casi nada.
En un grupo creo tener qué aportar y me llevaría cosas claves para mi vida.
Soy profesional y tengo 34 años.
Te escribo a tu mail.
Ger
Alejandro, te cuento que tengo 38 años, soy casado y me considero bisexual, en mi ámbito social me es imposible expresar mi condición y gustos por lo que no puedo hablar con nadie acerca de esto, por eso creo conveniente poder juntarme con gente que posee problemáticas y necesidades similares para poder convivir mejor conmigo mismo. Particularmente no considero tener ningún problema, sólo la necesidad de compartir ciertas cosas y escuchar a pares que como antes mencioné me resulta imposible en mi ambiente familiar y de amigos.
Trabajo en una fábrica y nunca participé ni hablé con nadie sobre esto, mi curiosidad ya lleva más de 20 años, curiosidad satisfecha en varias ocasiones, que me hacen asegurar mi preferencia pero es la primera vez que intento conectarme para hablar sobre ello. No sé si apriori mi perfil congenia con la temática del grupo, no sé si lo mío es para grupo tampoco, ya que soy bastante tímido pero cualquier sugerencia orientativa será bien recibida.
desde ya agradezco tu respuesta.
Sdos.
Me gustaria sumarme al grupo de reflexion, me dejan¿?
No se por donde empezar pero debo confesar que nunca estuve en un grupo asi y realmente no estoy seguro de hacerlo.
Mi decision de escribir esto fue motivada por una gran curiosidad de hacer contactos con hombres que quieran fantasear con relaciones homosexuales, nunca las tuve pero me despiertan mucho interes en saber y conocer hombres que quizas pasaron algo similar
Me gustó mucho el artículo y el blog. Me encantaría conversar sobre problemas propios de mi condición. Estoy angustiado porque me falta exponerme como gay, o sea estoy en el closet, aunque tal vez sea solo yo el que cree que está oculto y mi entorno complaciente ya lo sepa mirando para otro lado, pues a la vista de todos soy hombre y me comporto como tal, pero en la intimidad me gusta ser femenina.
Me cuesta abrirme, me avergüenza mi condición.
Por lo menos dí el primer paso, escribo y cuando esté mejor dispuesto para mostrarme me gustaría ir al grupo de reflexión.
Lo más importante es que existe un grupo de contención gay, a la distancia me dan tranquilidad y seguridad.
Estoy molesto conmigo mismo porque aunque suene contradictorio, quiero contar con el grupo como red aún sin acudir hasta que acomode mis ideas.
Saludos de Claudio.
hablando de los closets, yo tengo un pie dentro del armario y otro fuera... soy de Perú y estoy aquí estudiando hace dos años y no tengo amigos en Bs As que compartan el mismo gusto en la intimidad...
Lukas
Buenas tardes!!
Muy bueno este portal!!
Estoy casado hace 10 años y tb tengo relaciones homo.
Sufro bastante la ansiedad.
Lo llamaré para una consulta.
Hola Alejandro
Estoy haciendo un tratamiento con una psiquiatra y es todo un fracaso. Es por eso que estoy buscando una terapia mas bien psicoanalitica y no doy pie con bola. Fui a 2 centros a admisiones y me rebotaron, sabes por que creo no me aceptaron? Porque dije que era HIV+. Sino no encuentro explicacion de porque no me dan la ayuda que necesito. Solamente me dijeron que vaya al Htal Muñiz, donde dicen que hay un equipo bueno de psicologos. Y el tratamiento que busco no esta relacionado exclusivamente al HIV+.
Si vos brindas terapias, me gustaria saber tus honorarios y en que horarios atendes.
Bueno Alejandro
Gracias
Abrazos
El chino
SOY GUSTAVO DE PALERMO
QUERIA SABER DONDE NOS REUNIMOS CON EL GRUPO
SOY PORTADOR ASINTOMATICO
GRACIAS
GUSTAVO
Hola , Alejandro:
Aqui en la ciudad de Santa Fe, todo está muy condicionado y dividido, como se dice,Santa Fe es un pueblo grande ' una aldea' todo se sabe, todo se cuestiona, lo bueno y lo malo, pero sobre todo se tiene la costumbre de 'discriminar' con el pensamiento, por que aunque no te lo digan directamente, ya nuestra intuición lo percibe, ese sentido que hoy ha comenzado a desarrollarse en el ser humano.
Caen en comentarios toda clase de personas-; gordos - petizos- feas/ y feos-morochos etc. y por supuesto las personas que nacieron con la clasificación de homosexuales.
yo no soy Psicólogo (me hubiese gustado estudiar esa carrera ). pero te aseguro que solo con tener la persona delante mío, se como es.
Llevo 30 años en mi bendito trabajo, y me ha tocado defender a esos compañeros gay que primeramente no hacián notar su condición, pero al surgir alguna situación de su vida privada, ( por ejemplo , algun compañero gay que en oportunidades le habían propinado una golpiza y no sabia como dar la cara, recurria a mi me contaba lo sucedido con todo el dolor de su alma y yo intercedía para que ese compañero que era excelente en sus funciones no fuera suspendido o en el peor de los casos despedido.
Sr. Alejandro, yo no soy Gay ( o al menos por el momento ), segun la clasificación terricola soy Hetereo Activo-.Pero Si quiero relacionarme con personas gay , de buen corazón, eso es lo que vale, ser verdadero- ( porque lo malo de este mundo son las guerras -, los criminales- los violadores - la pobreza, el olvido hacia nuestro mayores ,los niños de las calles, ) . Diría mi definición: que como la gran gama de colores que existe, cada ser humano nació con un color, ese color que a cada uno le toco , unos muy conformes e identificados ,otros no, por eso, ya que la vida pasa tan a prisa hay que vivirla con lo mejor que cada uno tenga-y pueda dar ( como decía la gran Tita Merello hay que dar, escuchar al próximo y la vida te devuelve un puñado de semillas para poder seguir sembrando lo bueno en esta vida ).-
Sr. Alejandro me gustaría mucho que le cuentes a tu grupo que aprecio lo que hacen todos Uds. allá en Bs. As. y que desde Santa Fe les mando un apretado abrazo, y no estoy tan lejos unas 5 horas y media en omnibus o 40 minutos en avión, seguramente algún día, si la vida lo permite estaré visitándoles.
Si les voy a decir a todos los muchachos que componen el grupo, el que nada hace nada teme, y te puedo asegurar que al final del día pones la cabeza en la almohada y duermes en paz.
Mas abrazos desde Santa Fe les da Néstor
Hola Ale.
Me encantó tu texto "Los (otros) clósets", me identifiqué demasiado! Justamente vos escribías en un párrafo una situación familiar tal cuál la mía personal.
Por algo usted es el Licenciado, no?
Muchas gracias por las palabras lindas que dedicas. Cada vez me voy sintiendo más parte de un colectivo, cada vez me siento menos solo en lo que me pasa y en lo que siento, y eso se lo debo al grupo de reflexión, y a vos, claramente.
Me resuena lo que decís, porque por mucho tiempo creo que no pude asimilar el afecto de los demás hacia mí, una ex pareja una vez me dijo, "a vos te dicen que te quieren y corres", y creo que tenía razón.
Me refiero a que uno no se puede sentir querido si no se muestra como es, "¿a quién le decís te quiero?" si en realidad, no me conoces. No me identifico con la persona a la cuál vos le decís te quiero, porque solo "camino por los senderos del 'debe ser'" y no por el camino de una identidad propia. Por eso, lo que concluyo y no deja de asombrarme más cada día, es sobre cuánto puede coartar el "clóset" la vida de una persona, que no le permite disfrutar del afecto de los demás, ni de ninguno de los placeres de la vida.
Reitero mi agradecimiento por tus palabras y actos, y vuelvo a transmitirte mi admiración por el trabajo que haces y la responsabilidad con la cual lo encaras; y como ya te dije en otras oportunidades, espero poder algún día ayudar a tantos en la medida en la que vos lo haces, desde el lugar que me toque.
Un abrazo fuerte.
Te quiero, Ale.
To
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