Publicado el
12.06.11 en Boquitas pintadas, por V. Dema
Silvina y Andrea están enamoradas desde hace casi dos décadas. Tienen tres niños. Se los ve felices, revoltosos en un hogar como tantos de la Argentina. ¿Es una familia tipo? No, no puede encasillarse allí: es una familia diversa, con maternidad compartida, con redefiniciones de roles que antes eran más bien fijos.
Los invito a ver el video que hace un tiempo se vio en un programa de televisión; los muestra en una escena cotidiana, similar a la que vivimos en nuestros hogares…quizá coincidan conmigo en que en ese lugar habita el amor y esos niños son fruto de ese sentimiento.
Rescato este video para pensar el tema de las familias homoparentales y para hacerlo sin caer en la patologización. Además, lo presento porque –como me explica el lic. Alejandro Viedma – este grupo familiar hace replantear la “heteronormatividad naturalizada”: Andrea y Silvina, “Mamu y Mami”, eligieron la vía de la inseminación artificial para ser madres concretando el deseo que ya estaba instalado en ellas hace años. De esta forma se refuerza la idea de que sus trillizos son fruto del amor que se tienen, no de un deseo alocado de utilizar la ciencia para procrear livianamente (como se suele escuchar en algunas críticas ante estas “nuevas” familias).
Me parece de una valentía muy grande que ellas abran la puerta de su casa (sobreponiéndose a la presión social que confluye en la homofobia), porque es un modo de empezar a cortar con el secreto a voces familiar y social –que suele instalarse en estos casos- respecto a la relación amorosa entre dos mujeres. Entonces, este video en el que las dos madres dan la cara es un mensaje claro y directo para que no se desmienta más la existencia de familias homoparentales como una realidad actual.
“Ver a mujeres que se aman hace muchos años con sus bebes hace que otras mujeres lesbianas se identifiquen en esos espejos, es como que del otro lado de la pantalla emitieran ‘¡Ah!, se puede’. Así, “Mami y Mamu” pueden convertirse en nuevos modelos identificatorios para otras personas, referentes visibles, diferentes a la familia tradicional con un papá y una mamá criando a sus niños”, explica Viedma.
Silvina y Andrea blanquean que viven felices y tranquilas, serenas por haber visibilizado su vínculo afectivo y la interacción de ambas con sus hermosos hijos. Tranquilas porque no tienen que esconder, guardar en el clóset, encubrir o mentir sobre la conformación de su familia en los ámbitos más importantes por donde transitan.
Los nuevos desafíos para el psicoanálisis
por el lic. Alejandro Viedma
En la actualidad los medios de acceso a la parentalidad son múltiples. Por otro lado, hay una ciencia que avanza con tiempos muy veloces.
La clínica actual nos presenta, a los profesionales de la salud mental, nuevos desafíos. Este caso que se nos muestra en el blog es uno entre miles y trata una situación existente y contemporánea, el de las “familias diversas” o “familias homoparentales”.
Mi hilo conductor es pensar esta temática dentro de los “nuevos ordenamientos” (al decir de Élisabeth Roudinesco en “La familia en desorden”, de 2002) que se están desarrollando en occidente, saliendo a la luz sobre todo en las últimas décadas y que casi cotidianamente estoy escuchando en mi consultorio: la caída de la familia “convencional”, el avance de la mujer –y su posicionamiento respecto de su cuerpo con las consecuentes configuraciones vinculares emergentes-, los proyectos de las parejas lésbicas (o de mujeres lesbianas y/o bisexuales solas) de ser madres con ayuda de la tecnología moderna, entre otras cuestiones.
También considero fundamental abordar estas problemáticas con el acompañamiento de un abordaje multidisciplinario.
Hay diferencias indudables entre la época de Freud y los casos actuales de co-maternidades, en donde incluso hay un deseo que muchas veces excluye a un padre, por lo cual cada vez más estas mujeres eligen el esperma de un donante anónimo.
Todo analista tendrá que tantear qué significaciones manifiestas y latentes sostienen en una pareja, más allá de las orientaciones sexuales o identidades de género de esos padres o futuros padres o madres, la fantasía de tener un hijo: ¿Cuáles son las fantasías que giran en torno a ese futuro bebe/niño? ¿Ese hijo satisfaría las necesidades de esa pareja? ¿Colmaría sus deseos?
Obviamente, estas preguntas también serán del orden de lo pertinente con una pareja heterosexual que quiera acceder a la parentalidad, no sólo estarán presentes estos interrogantes porque se trate de una pareja de personas del mismo sexo. Siempre del lado del analista se deberá apuntar al caso por caso.
Por último, y ahora refiriéndome a nuestro contexto socio-histórico-político-cultural de este presente, diría que desde el año pasado en la Argentina, con la ley de matrimonio igualitario se respalda a todos los integrantes de estas familias diversas: no es lo mismo tener un hijo dentro de una pareja con vínculo legalizado a que no sea así. Es fundamental que las familias homoparentales estén protegidas legalmente y hoy en día los matrimonios de personas del mismo sexo están empezando a gozar de los beneficios de cualquier matrimonio.
Las mujeres lesbianas en pareja con un proyecto conjunto de maternidad estaban condicionadas legalmente porque hasta el 14 de julio de 2010 en la Argentina el matrimonio entre personas del mismo sexo no estaba legalizado. Antes sólo podía adoptar –en el mejor de los casos- una persona como soltera, independientemente de su orientación sexual. La lucha por la promulgación de esta ley ha demostrado que el tema de las familias homoparentales es inquietante y delicado y que, por tanto, necesitaba un marco legal.
Celebro este logro, avance fundamental que apunta a los diversos y derechos humanos.
Bonus track
Cuando armaba este post recordé una película que vi hace algún tiempo: Mi familia (así se tradujo del inglés, pero originalmente se llama The kids are all right). Es la historia de Jules y Nic, una pareja de lesbianas que tiene dos hijos: Laser y Joni, ambos concebidos por inseminación artificial. En ese escenario, su tranquila vida familiar se ve modificada cuando los chicos encuentran al donante de esperma (su padre biológico) y lo invitan a formar parte de sus vidas. Si no la vieron, los invito a que lo hagan. Es una de las tantas formas de familias diversas que se pueden conformar, con sus dinámicas, sus encuentros y desencuentros, sus maneras de amar.