La Leyenda del Lago Aluminé

Cuentan los viejos más viejos que un día Nguenechen decidió que Antu (dios del Sol) y Cuyen (diosa de la Luna) se convirtieron en marido y mujer. Además les encomendó que -en el nombre de él- reinaran sobre la tierra. Así se los podía ver juntos marchar por el espacio. Pero, pasado un tiempo, Antu se cansó de Cuyen. Ésta le reprochó su injusta actitud. Antu reaccionó indignado y le propinó una trompada en la cara. Desde ese momento, él se convirtió en el único astro del día y dueño absoluto del universo, mientras que Cuyen recorre sola su senda nocturna mostrando las cicatrices de su rostro.

Un día Cuyen, ansiando una reconciliación, decidió acelerar su viaje para alcanzar a su amado Antu antes de que éste se ocultara. Pero la diosa de la Luna se encontró con una sorpresa. Antu se estaba besando con el lucero de la tarde, de quien se había enamorado. El dolor le provocó un llanto tan copioso, que las lágrimas formaron el lago Aluminé. Desde ese día, el lago tiene la pureza y la dulzura de Cuyen.

Fuente: Diccionario Mapuche, Editorial Guadal, 2003, Pág. 269.
Foto: Alejandro Viedma.

¿Alguna data interesante para aportar sobre diversidad sexual en pueblos originarios?

Amigos, simplemente amigos

Sobre “la amistad en lo gay”, si así puede mencionarse, presento tres posteos del Blog Boquitas pintadas, que contienen historias de vida, recuerdos de infancia y adolescencia (con ingredientes humorísticos y rondando lo sexual) de en la actualidad varones gay asistentes al grupo de reflexión y la opinión del lic. Alejandro Viedma, coordinador del espacio.

El más reciente post contiene un reportaje radial de LN Radio con Alejandro Viedma donde la temática tratada fue “La amistad entre gays”. La primera pregunta de Sandra (periodista) fue: ¿Cómo son los primeros momentos del relacionarse de aquellos chicos que se sienten diferentes?

Lic. A. Viedma: “Lo que suelo escuchar en cada historia de una persona gay o lesbiana tiene que ver con un camino difícil con los vínculos en general, básicamente porque al principio una persona homosexual está en soledad con su sexualidad y no lo puede compartir con nadie. Entonces me parece que es crucial empezar a tener amigos, empezar a poder abrir su espacio interior, su espacio solitario a estas personas en quien puedan confiar y en quien los pueda entender y no juzgar. Habitualmente escucho “me cuesta tener amigos” y “me cuesta también tener amigos gay”, hay obstáculos siempre. Y respecto a la infancia o en la adolescencia es difícil porque todavía uno por ahí no está definido y cuando se empieza a dar cuenta que siente diferente a la mayoría, por ejemplo, los vínculos están dificultados porque básicamente no se puede hablar con los compañeros de colegio porque los varones hablan de las chicas, las chicas de los chicos, entonces se complica, tampoco se puede ir a hablar esto con un padre, no es lo más común a esa edad, de niños o adolescentes, y siempre hablar de esto está como proscripto también, hasta desde las instituciones, los docentes, los tíos, las tías que preguntan al nene “¿qué nena te gusta?” o empiezan con este jueguito de “¿cuál es tu novio?, ¿cuál es tu novia?, pero nunca es posible la opción de hablar de la homosexualidad”.




Foto by Alejandro Viedma, mural en San Salvador de Bahía, Brasil.