El Lic. Roberto Viñas es
un flamante psicólogo de la ciudad de Mendoza y me entrevistó para su
investigación sobre identidad sexual y bienestar psicológico en la diversidad
sexual. A continuación, nuestro intercambio. Gracias Roberto, felicitaciones y
bienvenido a esta hermosa profesión y vocación!
R. V.: Alejandro, vos como psicólogo tenés mucha experiencia de
trabajo con grupos de varones gays en la Ciudad de Buenos Aires, por eso quiero
hacerte unas preguntas que seguramente me ayudarán metodológicamente para
realizar mi investigación, la que incluye entrevistas grupales con un grupo de
jóvenes gays.
1. ¿Cómo llegaste a
trabajar con grupos de varones gays? ¿Qué antecedentes podrías mencionar?
A.
V.: Me recibí de licenciado en
Psicología en la UBA en el año 2001, pero en toda la carrera estuve interesado especialmente en lo que tuviera que ver con la sexualidad y la
diversidad sexual; en ese momento no se usaba el concepto de diversidad sexual,
pero yo subrayaba en mis libros cuando hablaban de homo o bisexualidad, aunque
fuese desde la patología, desde los primeros trabajos de Freud hasta los apuntes
de los estudiosos de la adolescencia, quienes tomaban como una salida “normal”
de esa etapa la heterosexualidad. Luego de recibirme hice varios posgrados (en
Clínica Psicoanalítica, Acompañamiento Terapéutico, Sexología de la
Homosexualidad) y después empecé a averiguar dónde podía tratar de conjugar la
parte teórica que me estaba atrapando, con la práctica. Así fue que un día me
acerqué hasta la Asociación Civil Puerta Abierta y rápidamente comencé a coordinar el grupo
de reflexión para varones gay, en enero de 2004. Paralelamente, en aquel año,
cursé un posgrado en Coordinación de grupos con multi-recursos técnicos.
Lic. en Psicología (UBA) Alejandro Viedma
2. ¿Qué dificultades
tuviste que afrontar para constituir o consolidar el o los grupos?
A. V.: Lo grupal nunca
es fácil, sobre todo en tiempos de posmodernidad en donde se tiende a la
individualidad y a la virtualidad. Por otra parte, hay que estar
permanentemente difundiendo el espacio, para mantenerlo por más de una década.
La homofobia internalizada fue un enemigo con quien hubo que luchar para que
los propios homosexuales perdieran el miedo para llegar al lugar, quedarse y
tener una continuidad. Recuerdo que en los primeros años, cuando se contactaban
al mail, muchos cambiaban su nombre, o les costaba acercarse, más de uno me
dijo, cuando al fin se decidió a venir a una reunión: “Dí varias vueltas a la
manzana antes de tocar el timbre, incluso me quedé enfrente mirando quiénes
entraban, cómo eran”.
3. ¿Se realizó una
entrevista previa con cada uno de los miembros antes de su integración al
grupo? ¿Qué aspectos se abordaron en ella? ¿Con preguntas abiertas, cerradas o
semi cerradas? ¿Cuáles son los indicadores para afirmar que alguien puede
ingresar al grupo o le será conveniente participar?
A. V.: Sí, tengo la
modalidad de tomar una entrevista previa con cada persona que quiere ingresar
al grupo. Los aspectos abordados fueron y son: cómo se enteraron del espacio;
el estado de las áreas más importantes de su vida: laboral (si actualmente
estaban con trabajo), salud (si hacían o hicieron terapia y cuestiones de su
salud física y mental), afectiva (si estaban en pareja o lo habían estado); los
temores y expectativas que aparecían con la posibilidad de sumarse al grupo; si
tenían o no alguna experiencia en grupos de reflexión o socialización con pares,
cómo se relacionan con los demás, si estaban dentro o fuera del armario, etc.
Mis preguntas fueron cerradas o semi cerradas, más bien directas. Me focalizaba
en las ganas y la necesidad que presentaban o no en formar parte del grupo. La
mayoría refería que no tenía un grupo de amigos gay, que se sentían muy solos;
otros venían de una separación de una pareja y buscaban contención y conocer
gente nueva para volver al “ambiente”, que habían dejado un poco de lado al
“aislarme en mi casa con él”.
4. ¿Qué conformación
actual tiene? ¿Es un grupo con participantes fijos o es un grupo abierto donde
varían los miembros?
A. V.: En estos
momentos asisten, en promedio, unos 12 participantes. Estamos finalizando
el onceavo año, así que el grupo ha mutado bastante, la mayoría de los miembros
ha rotado, y continúan algunos que vienen de los años anteriores. Es buena la
renovación en todo grupo, de lo contrario el mismo tiende a su extinción, la
endogamia no es amiga de ningún grupo. No es totalmente abierto en el sentido
de “voy cuando quiero” o “alguna vez iré a una reunión” o “llevo un amigo”, en
todos los casos tomo una entrevista previa.
Roberto Viñas, Lic. en Psicología de la Universidad del Aconcagua, Mendoza.
5. ¿Qué
características tienen sus miembros? (edades, aspectos demográficos y
psicográficos, entre otros)
A. V.: Todos son y
fueron adultos, mayores de edad. En todos estos años vinieron personas de 21 años
para arriba, sólo excepcionalmente vino alguno de 18 a 20 años. En general la
mayoría se acercó con más de 30/40 años, residentes principalmente en CABA y,
en mucha menor medida, el gran Bs. As.
6. ¿Qué objetivos se
propone el grupo? ¿Varían tales objetivos a través del tiempo?
A. V.: La
socialización, la integración con pares. Trabajar la homofobia social en
general y la internalizada en particular. En los primeros años se priorizó la
salida del placard y cómo enfrentaban el afuera (familia, amigos, trabajo) con
su orientación homosexual. Con el pasar de los años y habiéndose fortalecido,
varios se involucraron en otros espacios, por ejemplo, militando por la
igualdad de derechos o cómo avanzan en su vida teniendo esos derechos
conquistados, otrora negados, como por ejemplo pensar en casarse y adoptar
niños.
7. ¿Cómo es la
metodología y la dinámica de trabajo en el grupo? ¿Vos proponés los temas, hay
una agenda o se va armando la temática en el momento según los intereses de los
participantes? ¿Utilizás alguna técnica grupal?
A. V.: Es en un
encuadre de charlas-debates en torno a todos los subtemas que abarcan la
diversidad sexual. Yo modero los tiempos. La dinámica no es rígida, a veces
surgen temas en una reunión en particular y si hay enganche de varios,
adelante, otras veces nos quedan temas pendientes de encuentros anteriores,
generalmente tomo nota de eso específico que dejamos por la mitad o no llegamos
a abrir por falta de tiempo, o dejamos una pregunta abierta como para retomar
en la reunión siguiente. A mí me gusta más y siempre los aliento a que traigan
temas los participantes, los temas que les interese abordar a ellos, aunque
siempre tengo algún temita en la manga “por si”. Ultimamente también es común
que empecemos con algo de la actualidad, alguna noticia bisagra, como por ej. que
una beba que tiene dos mamás sea bautizada en Córdoba y la misma presidenta
fuese la madrina, entonces allí se entrecruzan varias temáticas: el amor, las
familias homoparentales/lesbomaternales, la religión, lo político (aunque tratamos de evitar la política partidaria), la crianza
de un bebé por parte de una pareja gay o lésbica, etc. Además, hay un mail por
si precisan contactarse y no esperar hasta el miércoles, así que allí también
me envían artículos o temas para charlar en la reunión venidera. Sin ir más
lejos, hace poco uno de los participantes me mandó un interrogante para tratar:
“¿Si buscás novio o sexo, cómo armás tu perfil para una página de contactos:
qué ofrecés, qué pedís, qué exponés y qué te guardás?”, o “¿Cómo y dónde
conocés gente?”. Más recientemente hemos agregados otras vías para comunicarnos, como grupos de facebook y whatsapp.
8. A partir de tu
experiencia ¿Cuáles considerás que son los temas emergentes en el trabajo con
grupos de varones gays?
A. V.: La aceptación
personal y externa, el amor, las dificultades en formar pareja, cómo combinar o integrar su “vida privada” con el afuera, sobre todo con el trabajo; el sexo y sus
cuidados, los derechos, los efectos negativos del bullying y el mobbing
homofóbicos, el papel de los medios de comunicación, el futuro como adulto mayor dentro de la diversidad, entre otros.
9. ¿Podrías señalar
aspectos positivos y negativos que han surgido en el funcionamiento del grupo?
A. V.: Un aspecto muy
positivo fue la construcción y consolidación de amistades. Respecto al amor,
también se formaron parejas, de hecho hasta se celebraron matrimonios
igualitarios; un aspecto negativo es que cuando una pareja del grupo se separó,
uno de ellos o ambos dejaron el grupo. Lo mejor fue constatar el efecto
multiplicador que tiene un grupo, que la experiencia de uno ayuda a otros y viceversa, que
escuchar al otro es una instancia especular, es reconocerse en el semejante en ese
espejo que te ofrece, en el oír cómo el compañero superó obstáculos,
miedos, duelos, uno puede tomar registro;
en resumen: el grupo te da herramientas para aceptarte, para valorarte más,
para entender que no hay nada malo en vos por ser gay, así que cuando alguien
finalmente comprende eso porque previamente lo incorporó, sale fortalecido,
mejor parado para seguir con su vida, se convierte en un resiliente. Es muy
gratificante para mí, como coordinador, cuando se teje una red afectiva, humana
entre los compañeros, y esto va más allá de su orientación sexual, por ej., cuando
cuentan con el grupo al momento de vivir una situación complicada, ya no están solos, nace una sensación de familiaridad.
10. ¿Tenés algunos
tips a tener en cuenta ante la aparición de situaciones nuevas o inesperadas?
A. V.: Hablarlas. Todo
conflicto baja su tensión si es charlado. También alguna técnica lúdica ayuda a
trabajar esos conflictos de otra forma, y el humor obviamente hace lo suyo,
distiende.
11. ¿Cómo se
explicita o no la orientación sexual del coordinador? Y, en ese sentido ¿el
grupo realiza también actividades políticas explícitas de defensa de derechos a
favor de la diversidad sexual?
A. V.: En un grupo de
pares, muchas veces el coordinador actúa como un miembro más, o sea que es un
facilitador que el coordinador sea gay, ya que hay una identificación grupal
con el mismo y viceversa. No es necesario que el moredador comente cosas
íntimas de él sino hacer saber qué posición tiene respecto a la diversidad
sexual, que sea “friendly”, que apoye los derechos igualitarios, que entienda
qué es lo que siente por ej. un sujeto que está en el clóset (el estrés, la
ansiedad, la angustia, los temores vivenciados en esa situación), entre
varias cuestiones, ya que también hay personas que son abiertamente gay pero no
son abiertos de mente, o son discriminadores con otras minorías, reproducen
algún tipo de violencia con un otro al que posicionan como “diferente”. Respecto
a otras actividades, sí, participamos año tras año en la Marcha del Orgullo
LGTBIQ de Bs. As., o apoyamos alguna movida cultural para lo cual armamos una
salida y concurrimos grupalmente. También hemos puesto el cuerpo y la
palabra en todo lo que devino en la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario
y la Ley de Identidad de Género, allá por 2010 y 2012 respectivamente,
asistiendo a debates y manifestaciones, escribiendo y hablando en medios
masivos.
12. ¿Tendrías
algunas recomendaciones para iniciar un grupo con fines de investigación acerca
de la identidad sexual?
A. V.: Principalmente
escuchar lo que cada participante trae y quiere desplegar, sus necesidades,
dudas, logros, temas de interés personal, cómo puede ayudarle el grupo y qué
puede aportar él, desde su experiencia personal, al mismo. El compartir e
intercambiar ideas y sentimientos es sano y enriquecedor.
13. ¿Podrías
recomendar alguna bibliografía que te haya ayudado en la dinámica del trabajo
grupal, tanto en lo teórico como en la práctica?
A. V.: He leído todo
lo que pude sobre sexualidad, identidad, diversidad, nuevas familias, Teoría
Queer y género. Me ayudó mucho el posgrado en el Instituto de Investigaciones Grupales,
que dirige la lic. Jasiner, en lo teórico y práctico/vivencial, con técnicas
diversas. Respecto a las nuevas configuraciones familiares, refiriéndome a lo
teórico, hace años leí Homoparentalidades, de Eva Rotenberg; La familia en
desorden, de Elisabeth Roudinesco; y en referencia a la identidad y temas
afines, me gustó mucho Paradojas de la sexualidad masculina, de Silvia
Bleichmar; en estos días estoy leyendo Global Gay, de Frédéric Martel, quien considera que: "Los homosexuales, que ayer estaban aislados, ahora están conectados unos con otros, y esta revolución, es la más importante de todas. Estamos pasando, en Europa y en América, de la penalización de la homosexualidad a la penalización de la homofobia. Ayer era difícil ser abiertamente homosexual, hoy es difícil ser abiertamente homófobo". También sirven mucho los aportes de los medios específicamente LGBT,
publicados desde las organizaciones que trabajan en la Argentina hace varias
décadas, o de militantes independientes, ya que todos brindan, informando, su
grano de arena para una integración social real. Valoro mucho el trabajo que realiza la periodista Verónica Dema en su blog gayfriendly Boquitas Pintadas. Además, siempre es interesante
el cine, cómo refleja historias con aspectos singulares y comunes al mismo
tiempo, en este sentido ciertas películas nos sirvieron como disparadores para organizar cine-debates. Considero que todo suma para la formación personal y, por supuesto,
también todo lo que te pasa a vos y a los que te rodean en la vida. Por último,
nada me aportó más en la práctica que el haberme autorizado a coordinar el
grupo, porque un coordinador se hace camino al andar en el aquí y ahora grupal,
ya que en el quehacer semanal se va forjando un how know, un conocimiento desde
la experiencia en vivo y en directo, y que se renueva año tras año. Así que y sintetizando, ni yo ni el grupo somos los mismos de hace 11 años atrás.
* El grupo de reflexión para varones gay funciona todos los miércoles a las 20 hs en el barrio porteño de San Cristóbal. Para solicitar entrevista previa, comunicarse al 15-6165-4485. Mail: alejandroviedmapsi@hotmail.com.ar