Por: lic. Alejandro Viedma, 24-03-08.
Y no… no podíamos quedarnos instalados en nuestras casitas mirándolo por tv…
Por eso nos movilizamos hasta Plaza de Mayo. Para no seguir plácidamente estáticos frente a las vejaciones a los derechos humanos sufridas por cada argentino/a, por cada ser humano que habita este planeta, ya que esto nos “golpeó” y nos debería incumbir a todos y todas.
Porque si cada uno mira sólo su propio ombligo, cuida sólo su propia quintita, se queda cómodamente aceptando y siendo cómplice de aberraciones, delitos, abusos, violaciones que claramente traspasan cualquier ley, cualquier límite, cualquier encuadre, cualquier derecho.
Y decía, esto afectó a la población mundial y no sólo a la nacional –sin distinción de sexos, géneros, clases, etc.- y enunciarlo es denunciarlo. Una y otra vez, para no borrar, para no olvidar, porque una nación que olvida, un pueblo que intenta borrar lo acontecido, sigue reproduciendo, repitiendo y continúa siendo partícipe de lo que se silencia, de lo que existe y existió y nos fragmentó como sociedad, como sujetos de derechos, sujetos deseantes, sujetos sujetados por el lenguaje, sujetos que construyen identidades.
Algunos/as activistas LGBT que luchamos por defender esas particulares identidades (las de cualquier otro y las nuestras), elecciones inconscientes y conscientes, deseos de libertades, derechos universales e individuales, no pudimos dejar de participar de esta marcha.
Tomar las calles significó ahora, como en aquel Stonewall histórico del 28 de junio de 1969, el paso posterior a salir del ropero o no bancarse más tener escondido el muerto en el placard: el dolor por nuestros/as desaparecidos/as. De esa manera revisamos ese placard, lo aireamos, lo liberamos de la clandestinidad, de los miedos.
Por consiguiente allí fuimos militantes independientes, feministas, coordinadores de Puerta Abierta y de la CHA, entre varios/as más. Para asumir nuestra existencia y visibilizar el repudio a lo represor y lo asesino.
Aquí van también algunas fotos para ilustrar lo ocurrido, para seguir visibilizándonos y exteriorizando lo que no queremos volver a pasar, volver a sufrir, volver a perder, volver a aceptar de manera pasiva (y no estoy hablando de un rol sexual ni pretendo que se caiga en el chiste fácil, ya que este es un tema serio), sino de una actitud de vida, de una posición adulta y responsable frente a lo cual debemos hacernos cargo, re-pensar y responder individual o grupalmente, pero responder y d(enunciar) al fin y conscientemente.
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