Qué peculiar es el hecho que, de adultos, muchas
veces seguimos funcionando como los niños: preguntamos cuando estamos
preparados para recibir la respuesta, y eso sucede cuando ya NO negamos.
Quien no quiere o no puede saber, no interroga.
Por tal motivo, los que trabajamos desde el psicoanálisis decimos que si los chicos preguntan, es porque ya quieren y pueden soportar conocer eso, esa “verdad” y, por lo tanto, debemos responderles (lo que pregunten, ni más ni menos, y teniendo en cuenta la edad y la psiquis de ese/a niñx en particular).
Así que, estimado adulto, sería interesante que revisaras qué es lo que NO quieres preguntar(te) para trabajar tus fantasías subyacentes a los supuestos/posibles impactos subjetivos que recibirían, en ti y en los demás, esas contestaciones... y nuevas interpelaciones. La terapia es un buen lugar para empezar a ejercitar eso…
Además, evitando preguntar, con el silencio uno se pierde la posibilidad de que el otro –con su respuesta o sus preguntas nuevas- lo sorprenda gratamente.
¿Qué opinan?
A. V.
4 comentarios:
Hola Alejandro. Interesantes lineas. Me dejaste rumiando. Cariños.
Qué fuerte, pensamientos propios maravillosos y fantásticos, brotando de ti, Ale. Te felicito por tu ruta recorrida. Mil besos!!! Mary.
Gracias Ale, haces mucho, siempre.
No pregunto cuanto aumentaran las cosas, je.
Un abrazo y lo mejor para vos para el 2016 :)
Un puneño
Mas que no preguntar, yo infinidad de veces no respondoooooo!
Felicidades Ale por tu año tan exitosooooo!!!!!! ♥ ♥ ♥ Estoy feliz por vos y tu profesionalismo. Me muero por darte un abrazo y compartir la felicidad de un año nuevo, así lo siento.Ah, y estás muy lindo.
Besotes,
Haydé ♥ ♥ ♥
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