“Soy gay y quiero ser papá”

Publicado el 30.07.12 por Verónica Dema, periodista de lanacion.com

José tiene 42 años y prepara los últimos papeles para iniciar el trámite de adopción. Según cuenta en esta carta que envió a Boquitas pintadas, desde que tiene memoria estuvo en él el deseo de ser padre. En algún momento llegó a pensar que no podría, que todo sería demasiado difícil y se sentía atrapado en una disyuntiva que no lo convencía: ser gay y renunciar a la paternidad o mantenerse encerrado en el clóset, casarse con una mujer y tener hijos.
Ahora, cuando habla de esto en una charla distendida en un bar, se reconoce en otro lugar. Cuenta que ya hace varios años participa del grupo de reflexión que coordina el lic. Alejandro Viedma en la ONG Puerta Abierta y allí, al asumir plenamente su homosexualidad, se habilitó la posibilidad de pensarse padre otra vez, incluso sin pareja. “Mi prioridad es ser padre. Si tengo un compañero en algún momento que me acompañe, buenísimo. Si no, no importa. Este es mi proyecto”, asegura.
Recuerda la noche en que escribió esta carta a su futuro hijo. “Era la una de la mañana, no podía dormir pensando en la emoción de ser padre. No soy de escribir cartas, pero ésta me salió de un tirón”, dice. La comparto con ustedes.

Carta para mi hijo por venir
Por José
Hola hijo, ¿cómo estás?
Hace tiempo que tenía ganas de escribirte y de contarte muchas cosas. Finalmente me decidí porque hoy es un día especial y estoy muy emocionado.
¿Sabés una cosa? No veo la hora que la casa se llene de chiches, de muñecas y pelotas de fútbol y de paredes rayadas con crayón.
Me imagino la mesa del comedor repleta de útiles, de hojas con garabatos que continúan más allá del papel.
Ni hablar de soñar con mañanas con olor a tostadas humeantes, desayunando rápido para no perder el micro del cole; porque, para variar, otra vez tu papi se quedó dormido. Y después meriendas con pan y manteca y leche chocolatada.
Tengo ganas de ir a buscarte al colegio, de reuniones de padres, de deberes, de tablas de multiplicar, de reglas de tres simple, de sujeto y predicado. De domingos a la noche buscando alguna librería abierta porque nos olvidamos de comprar algún mapa con división política.
Espero fines de semana de plaza, de pelis en el sillón, de cines con mucho pochoclo y kioscos con golosinas y figuritas. Quiero verte jugar a todo, menos a la escondida. Porque… sabé una cosa… el que se esconde se embroma.
Quiero que llegue el día que vayamos juntos a comprar tu primera bici, y también juntos sacarle las rueditas y enseñarte a pedalear.
Y que vos me enseñes a ser Papá.
El otro día, en casa de los abuelos, estuve leyendo mis cuadernos de la escuela que la abuela todavía guarda. Y al leerlos me di cuenta que vos ya existías ahí, porque cuando me preguntaban: ¿Qué querés ser cuando seas grande?, lo primero que decía era: “Ser papá”, y después venía el: “Ser médico, bombero, cantante”, y mil cosas más. Porque siempre tuve el profundo deseo de ser papá, tú papá.
Los abuelos se mueren de ganas de conocerte, de mimarte y malcriarte.
Yo, además, anhelo guardar tus primeros dientecitos que algún ratón Pérez seguramente me dejará a cambio de unos billetes, que luego aparecerán sorpresivamente debajo de tu almohada.
¿Querés una mascota? Ehhh, bueno, pero que sea un perro y lo vamos a sacar juntos a pasear. ¿Te parece?
Hijo, ¿viste que te dije que era un día especial? Te cuento: hoy comencé unos trámites que necesito hacer para conocernos. Dicen que puede tardar un poquito, espero que no tanto.
No veo la hora de verte, de conocerte y saber tu nombre. Quiero abrazarte tanto, decirte todo lo que te quiero y todo lo que te he deseado y esperado. Seguro no va a ser fácil, pero eso te lo explico en otra carta…
Buenas noches y que descanses.
Un beso, Papá

El verbo adoptar proviene del latín: “Ad optare” y significa desear, elegir lo que se quiere (Del libro Homoparentalidades: nuevas familias)
Algunas definiciones (Del libro Homoparentalidades: nuevas familias; Lugar Editorial)
- Joyce McDougall (psicoanalista): “Lo más importante no es lo homoparental o lo heteroparental, sino la capacidad de ser padre. Eso es lo que cuenta, la capacidad de amar al niño, de educarlo para que pueda devenir un sujeto. Que este sujeto sea viviente, activo, dinámico, que ame la libertad y desarrolle la sexualidad. Padres que se puedan identificar al hijo en sus deseos y en sus necesidades y que desean abrirlo al mundo y a su necesidad. Que sean homo o hetero no tiene ninguna importancia”.
- Susan Vaughan (Terapeuta): “Ser madre o padre es una decisión significativa para cualquiera, sea gay o heterosexual. Antes de que el mar cambiara en nuestra cultura, los hombres gay y las lesbianas sentían con frecuencia que tenían que elegir entre ser abiertamente gay o mantenerse en secreto y casarse para poder tener hijos. Actualmente hay una libertad cultural creciente para ser ambas cosas, podemos serlo si tenemos la libertad interna para hacerlo (…) Todavía, para muchos de nosotros, llegar a esta libertad interior aún implica tener un buen tratamiento psicoterapéutico, y allí es donde entran –ustedes- todos los colegas. Sus pacientes confiarán en ustedes. … estamos hablando de ayudar a nuestros pacientes a tener la flexibilidad psicológica y la libertad para inventarse a ellos mismos como individuos únicos y genuinos”.

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