Entrevista con el lic. Alejandro Viedma: “Las paradojas de la diversidad global”

“Nosotros tenemos las leyes, pero muchos gays aún se esconden”

 









 
- ¿Conociste el centro LGBT? ¿Cómo funciona?
 
- Sí, en Tel Aviv hay un centro Lgbt de tres pisos, al fondo del parque Gan Meir. Mi conferencia se realizó ahí, en ese amplio y bello Centro, algo que en la Argentina no tenemos. Son instalaciones muy cómodas, con dos barcitos, muchas salas, un microcine, un hall con murales de arte, una escalera con una galería de fotos de familias homoparentales, familias diversas.
Esa semana también se hacía el testeo de VIH de manera gratuita. Es un lugar moderno y luminoso en donde se llevan a cabo muchas actividades grupales.
 
 
 
- ¿Qué otras películas viste en el festival?
 
- Fuimos a la apertura y el recinto estuvo colmado. Vimos la proyección de una película Israelí muy interesante sobre un muchacho que descubre su costado homosexual mientras estaba de novio y conviviendo con una mujer. Esto hacía que conviviese con un conflicto interno, en secreto y sintiéndose perseguido, ahogado, torturado. El film se llama Snails in the rain.
 
 
 
- ¿Qué es lo que más te llamó la atención de Tel Aviv?
 
- Lo primero fue la visibilidad, principalmente de los varones gay. Me encontré con una ciudad embanderada por los colores diversos del arco iris, banderas que estaban integradas a las avenidas, las calles, los semáforos, los postes de luz, los locales comerciales, los balcones, al arte callejero, a los shoppings, porque era “la semana gay”. La marcha fue la apertura, el viernes 7 de junio, que, según leí en los medios locales, fue multitudinaria.
Pero, por otro lado, allá no tienen leyes tan de avanzada como las nuestras. Paradójico, ya que aquí no se vive la visibilidad que allá sí, sobre todo supongo que por lo coyuntural de esos días. Nosotros tenemos las leyes, pero en general la gente se esconde más.
 
 
También me sorprendió ver lo común que es allí que los varones hetero, papás, estén solos con sus hijos. Se los ve con los cochecitos y son muy cariñosos con sus niños, los llevan a pasear o a la playa, los cambian, les dan su mamadera y demuestran mucho afecto. Yo me preguntaba dónde estaban las mujeres. Es común que se demuestren cariño entre varones también y tal vez, hipotetizaba, eso haga que no sea una rareza ver a parejas gay de la mano, o por lo menos yo no noté ninguna mirada descalificadora ni agresión verbal de los demás hacia esas manifestaciones de amor al mismo sexo.
Con los que pude hablar allá, me decían: “Esto no es Jerusalén”. Tuve la suerte de estar dos veces en Jerusalén y tampoco allí ví a nadie horrorizado observando a parejas gays de la mano; todos paseaban por ese sitio histórico y religioso donde hay lugar para la diversidad en general: de culturas, lenguas, religiones, nacionalidades, etc.
Uno puede ver que emerge allí un interjuego entre lo tradicional, lo regional y, por otro lado, el turismo, la globalización, la posmodernidad.

 
- ¿Cómo es la situación legal para los gays en Israel?
- Lo que pude averiguar es que en Israel no hay matrimonio igualitario, sí algunas uniones civiles; solamente se pueden casar a través de la religión, obviamente hombre y mujer. Así y todo hay varias personas influyentes en esa sociedad que se están visibilizando y luchan por los derechos, como por ejemplo, un político o un rabino ortodoxo que construyó una familia homoparental con su pareja varón y una hijita. Me quedé con muchas preguntas y reflexiones sobre muchas cuestiones, más que con respuestas taxativas.
 
- ¿Pudiste conocer algo más de aquella zona?
 
- Sí, fuimos a Palestina, al Mar Muerto –el área más baja del mundo-, y ciudades como Tybeh o Ramallah, que me encantaron. La situación de la zona es algo dificultosa, pude palpar de cerca los conflictos socio políticos de esos países. O sea que hay ítems sociales, culturales, económicos, históricos, humanos que van más allá de la sexualidad, pero que la atraviesan y viceversa. Incluso para los que les interese, la película The Bubble, la Burbuja, describe la relación amorosa y los obstáculos que conlleva esa situación entre un palestino y un israelí.
 
- ¿Qué te dejó esta experiencia?
 
- Que fui feliz viviendo esta experiencia, pero también estuve así en la previa y después porque me sentí apoyado, felicitado y acompañado en este periplo. Es decir, antes de viajar, ni bien iba comentando lo que se venía, esta invitación, fui recibiendo muestras de cariño y alegría de parte de los que me rodean, sobre todo desde mis afectos más cercanos: la familia, mis amigos… y también desde lo institucional, lo laboral, desde “las cabezas” de Puerta Abierta, Graciela y Silvina, los asistentes a los grupos de reflexión que coordinamos ahí y mis pacientes, a quienes les parecía importante ese hecho. Así que este recorrido también ameritó despedidas, bienvenidas, encuentros, abrazos, buenos augurios y cálidas recepciones, todas situaciones que también construyen salud, porque lo que rodeó al viaje incluyó charlar, escuchar, responder inquietudes y plantearme yo más interrogantes para seguir pensando en la diversidad autóctona, foránea y global, pero básicamente humana.