A 5 años de la ley de matrimonio igualitario, casi 10.000 parejas se casaron: ¿Qué cambió en la familia argentina?

El impacto de estos casamientos en la vida familiar, según la mirada de psicoanalistas
Por   | LA NACION Miércoles 15 de julio de 2015


Víctor llegó al consultorio del licenciado Alejandro Viedma hace seis años, cuando tenía 58. Llevaba 35 de matrimonio con Nora. Habían tenido tres hijos varones, cada uno de los cuales tuvo dos hijas, por lo cual Víctor tiene 6 nietas. A partir de sus 55 años, Víctor empezó a interesarse por y a contactarse vía chat con otros hombres. Lo que más le costaba era imaginarse cómo lo hablaría, en un futuro para él lejano, con sus nietas. Lo pudo hacer con su hijo mayor, que le dijo: "No se lo digas nunca a las nenas", cuestión que lo angustió mucho. Paulatinamente fue haciendo cambios. El creyó necesario hablar con su esposa y sus otros hijos cuando se enamorase de otro varón. Y así fue. Al principio no lo tomaron bien -enfrentó, incluso, un divorcio controversial-. El estado emocional de Víctor deambulaba por un torbellino de culpa, ansiedad, temores. En aquella madrugada en la que se aprobó la Ley de matrimonio igualitario, Víctor se emocionó viendo la votación en vivo. Al día siguiente, en su sesión de terapia dijo: "Ver eso me dio fuerza, alegría y esperanza. Tal vez mi vida dé un giro, ojalá empiece a proyectar lo que siempre me negué". Hoy Víctor cumple 3 años de matrimonio con Juan: uno de los hijos de Víctor y la hija de Juan, también de un matrimonio anterior, fueron testigos del casamiento.
El 15 de julio de 2010, hace cinco años, fue un día histórico para Víctor y Juan (ambos nombres fueron cambiados para proteger la identidad de los expacientes); también lo fue para las 9423 parejas que, como ellos, se casaron en este tiempo, según cifras oficiales de las organizaciones que integran la Federación Argentina LGBT. Sólo en la provincia de Buenos Aires, 2998; en la Ciudad, 2778. También ese día fue trascendental para toda la sociedad, que empezó a discutir un tema hasta entonces tabú. En esta nota cabe este interrogante: ¿Qué impacto tuvo en las familias argentinas este avance legal?

LAS FAMILIAS NO FUERON LAS MISMAS

La licenciada en Psicología Andrea Aghazarian considera que el impacto de la ley fue muy positivo porque "invitó a los padres a poner en cuestión ideas previas sobre su verdad como única forma de pensar a las personas, a las relaciones y al amor". Y agrega: "Validó los argumentos de quienes en soledad ante sus seres queridos luchaban por la igualdad de derechos dentro de las familias, de su visibilidad, de su condición de igualdad, posibilitando una forma de amor sin autoritarismos, con mayor tolerancia y comprensión".

La especialista se explaya: "La ley invita a replantearse las condiciones de amor en los vínculos familiares. Las familias que rechazaban a las parejas homosexuales de su familia se vieron interpeladas por una sociedad que los recibe e incorpora, igualando derechos, que es un modo de validar ese amor". Espera -sostiene Aghazarian- que, a partir de entonces, las familias en cualquier parte del mundo empiecen a pensar que la discriminación sufrida por la identidad de género y la orientación sexual son la causa de depresiones, aislamientos, y suicidios.
Las familias que rechazaban a las parejas homosexuales de su familia se vieron interpeladas por una sociedad que los recibe e incorpora, igualando derechos, que es un modo de validar ese amor, sostiene Aghazarian
La psicóloga Graciela Balestra, directora de la ONG por la diversidad Puerta Abierta, señala que según refieren los pacientes en sus sesiones el debate por la ley de matrimonio igualitario y estos años transcurridos desde entonces sirvieron para instalar la conversación en las familias. "La homosexualidad dejó de ser un tema tabú del que no se hablaba para pasar a ser algo que había que conocer, que sacaba a la luz los miedos, la falta de o mala información que se tenía y que ponía a las familias frente a serias dicotomías, como por ejemplo: "¿Cómo voy a discriminar a estas personas si mi religión me indica amar a todos como a mí mismo?", o: "¿Por qué hay personas con menos derechos que otras?", o: "¿Quién puede decidir el valor de una pareja?". En síntesis: "¿Qué es el amor?".
La homosexualidad dejó de ser un tema tabú del que no se hablaba para pasar a ser algo que había que conocer, que sacaba a la luz los miedos, la falta de o mala información que se tenía, dice Balestra
Según revela: "Muchos pacientes me decían: '¡Cada vez que prendo la TV siento que están hablando de mí! Es imposible seguir en el clóset así, no puedo seguir haciéndome el tonto'. Y de alguna manera eso los impulsó a empezar a hablar. Y a sus familias, a tener que escuchar lo que quizás siempre habían negado. Y a comenzar a trabajar con esto porque cuando un gay o una lesbiana salen del clóset, la familia entra en otro clóset. De hecho, las reacciones más frecuentes son: "¿Quién más lo sabe? ¡No se lo vas a decir a la abuela! ¿Qué le digo ahora a mis amigos?". Comienza para la familia una etapa en la que tiene que empezar a buscar información, quizás ayuda de un terapeuta, para entender una realidad que no cabía en la educación que habían recibido, pero que existe, que ya no se puede negar, porque seguir invisibilizándola sólo causa el sufrimiento de millones de personas. Un sufrimiento inútil, que jamás debería haber existido y que gracias a esta ley está disminuyendo".
Para Viedma lo que ocurrió fue que al existir un marco legal que ampara, lo que muta es el flanco de ataques. Por ejemplo, los homosexuales o las personas trans que antes eran violentados en la actualidad deben ser respetados, al igual que las familias homoparentales, y se debe repudiar a los discriminadores. "Ahora al problema lo tienen los que desestiman las leyes, o sea que ya hay un cambio de paradigma", opina.
"Los jóvenes se encuentran en un presente en el que lo que está en alza es la autenticidad, la sinceridad, por ende seguramente les costaría entender cómo alguien tuvo o tiene una doble vida. A veces uno se preocupa por los que más abiertos y comprensivos son", dice Viedma, cuando insta a la sinceridad frente a los hijos
Agrega que aún hay personas que no se animan a asumir su verdadera identidad porque piensan en cómo lo tomarán los demás, sobre todo los más cercanos, la familia o en el trabajo. Para ellos enuncia una buena noticia en función de su experiencia: "Los jóvenes se encuentran en un presente en el que lo que está en alza es la autenticidad, la sinceridad, por ende seguramente les costaría entender cómo alguien tuvo o tiene una doble vida. A veces uno se preocupa por los que más abiertos y comprensivos son".
El psicólogo Roberto Viñas también hace hincapié en el hecho de que varias formas de familia quedan legitimadas a partir de la ley, una de las razones que posibilita la reflexión y la percepción de lo permanente y lo variable cuando se habla de familia. "Es posible que se pueda comprender con más claridad que el eje familiar es el vínculo de amor y compromiso entre sus miembros y no la orientación sexual de ellos. Este es un mensaje también para las parejas heterosexuales: no son determinadas formas las que sustentan la pareja y la familia, sino sus vínculos".
Es posible que se pueda comprender con más claridad que el eje familiar es el vínculo de amor y compromiso entre sus miembros y no la orientación sexual de ellos, opina Viñas
En este sentido, la ley significa un fuerte impacto en la educación en todo nivel. Hoy ya es erróneo conceptualizar a la pareja como la unión de un hombre y una mujer, ya no se puede seguir pensando en las imágenes clásicas del siglo pasado si se espera incluir a todos. La dinámica no es sencilla, porque se están removiendo estructuras culturales que marcaron el pensamiento, las conversaciones y los intercambios en nuestra sociedad, pero se está transitando ese camino.
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A 5 años de la ley de matrimonio igualitario: ¿Qué cambió en el diván?

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A 5 años de la ley de matrimonio igualitario en la Argentina, 9423 parejas se casaron en el país. En la provincia de Buenos Aires, 2998; en la Ciudad, 2278; le siguen en importancia Córdoba, con 970; Santa Fe, con 895; Mendoza, donde se casaron 415 parejas. En todas las provincias argentinas se registraron bodas. Estas son cifras fueron brindadas por Esteban Paulón, presidente de la Federación Argentina LGBT, y se elaboró en función de los datos de las organizaciones que integran esta federación, ya que no todas las provincias llevan estadísticas desde que se puso en vigencia la ley, en julio de 2010.
Nos preguntamos, ¿qué revisiones planteó en los psicólogos, estos profesionales nodales en la salud de la población, la aplicación de esta ley que ya concretó casi 10.000 uniones antes ignoradas o minimizadas? ¿Revisó el psicoanálisis sus encuadres y posiciones? ¿Qué aprendizajes se incorporaron en el mundo académico y de la clínica?
Imágenes del picnic de la diversidad; foto: Federación Argentina LGBT; Facebook
La licenciada en Psicología Andrea Aghazarian considera que la implementación de esta ley puso en cuestión modelos que están caducos, de aquellas minorías profesionales agentes de salud que ajustaban su trabajo clínico con pacientes con métodos correctivos, que sólo llevaban a cambios momentáneos y, luego, a profundos estados depresivos, angustias desbordantes o la construcción de una vida paralela, en matrimonios forzados y prácticas sexuales contrarias a la verdad de cada sujeto.
“Nuestro trabajo intenta mantener al sujeto lo más cercano que se pueda a la salud, a la pulsión de vida, alejándolo así de la enfermedad, con su pulsión mortífera, que en sus extremos lleva a la muerte. En particular a los psicoanalistas nos facilitó el trabajo: en estos 5 años las familias llegan al consultorio con conceptos elaborados por la sociedad, a propósito de la ley, hay una parte del camino que hacíamos nosotros, que lo hizo la sociedad en su conjunto”.
- ¿Qué aprendizajes se incorporaron en el mundo académico y de la clínica?
- En el mundo académico está la percepción que hemos socializado el conocimiento con el resto de la sociedad, que nuestro saber también ordena la sociedad y que debemos trabajar explicando, enseñando y construyendo una sociedad más justa.  Esperemos que se transforme en un área específica de nuestro trabajo y consigamos desde las distintas instituciones que nos representan y agrupan, emparejar derechos.
El licenciado y profesor en Psicología Diego Samara cree que el psicoanálisis se debe reformular según la subjetividad de la época -como sostenía Jacques Lacan- y que se expresa en términos de síntomas actuales y la dirección de la cura. “A mi parecer, el psicoanálisis es poco permeable a los fenómenos normativos y sociales, más bien se focaliza en la singularidad de cada sujeto y sus condiciones de goce, o sea, modos de desear, vincularse, amar o sufrir pero, como toda teoría, tiene sus limitaciones, como por ejemplo con respecto a las teorías de género y diversidad sexual. Me parece importante estar advertido en este punto para poder ir más allá de Freud, de Lacan y de la psicoterapia clásica, para así poder ser  más permeable a otras teorías; creo que es fundamental como profesional en salud mental el entrecruzamiento entre disciplinas, sobre todo entre el Psicoanálisis, la Filosofía y la Sociología, como por ejemplo el punto en el cual la corriente sociológica sobre diversidad sexual distingue la orientación sexual de la identidad de género, a diferencia de lo que no hacen muchos psicólogos. Por otro lado, es necesario señalar cuando un analista o psicoterapeuta tiene una concepción prejuiciosa, homofóbica, patologizante, lo cual significa una cuestión grave”.
Y agrega: “Sumo una pregunta quizá molesta pero creo que debemos hacernos todos los psicólogos, terapeutas o psicoanalistas: ¿Permitimos al paciente desear, amar y vivir o, de lo contrario, restringimos o coartamos sus condiciones de vida, de goce? A mi criterio, con respecto a la diversidad sexual, la única dirección de la cura en este sentido es la primera opción y va acorde con la  posición ética del psicoanalista”.
La psicóloga Graciela Balestra, directora de la ONG Puerta Abierta, al ser consultada sobre el tema dice: “Hasta no hace mucho en algunas facultades de psicología se seguía enseñando que la homosexualidad era una enfermedad. Y muchos psicólogos seguían intentando curarla. Hoy podemos afirmar que eso es iatrogenia. En Puerta Abierta recibimos muchos pacientes que vienen de transitar numerosas terapias que solo acentuaban su sufrimiento. Y hace años brindamos en las supervisiones a los profesionales de la salud una capacitación sobre diversidad sexual porque ese tema no se ve en las universidades”.
“El hecho de instalar el tema y de la aprobación de la Ley obliga a re pensar muchos conceptos erróneos aprendidos y a deconstruir todo un sistema de creencias donde se instalaba la homofobia. Los profesionales de Puerta Abierta observamos que aún falta mucho camino por recorrer, a lo largo y ancho del país. De hecho estamos haciendo hace tres años capacitaciones en todas las provincias sobre diversidad sexual. Y lo que encontramos es una enorme necesidad de información”.
Picnic por la diversidad; foto Federación Argentina LGBT; Facebook
El licenciado Alejandro Viedma, también miembro de Puerta Abierta, se refiere al tema y menciona que nota más apertura, interés y respeto de parte de sus colegas de lo que percibía hace años. “He transitado por varios lugares de transmisión del psicoanálisis como posgrados, supervisiones, jornadas, etc. y fui escuchando opiniones de profesionales que expresaban sin prurito, por ejemplo, cosas del estilo: “Estoy de acuerdo con que los homosexuales se casen y tengan los mismos derechos, pero no con que adopten chicos”, es decir, que opiniones de legos en la materia también se repetían en algunos terapeutas, lo cual me inquietaba bastante. En las instituciones y espacios Psi que acudo hoy ya no hallo esa tensión, esa incomodidad cuando por ejemplo superviso un caso en donde dos mujeres lesbianas se casaron el año pasado, cada una tiene un hijo de un matrimonio heterosexual anterior, y en la actualidad planean tener un bebe mediante inseminación”.
Y agrega que, de todos modos, hay trabajo por hacer. “Tenemos que seguir cuestionando esas fantasías que perpetúan la idea de familia única entendida como papá, mamá e hijos. Hay aún muchos supuestos que se sostienen a modificar y allí jugaríamos, los profesionales de la salud mental, un rol necesario, importante y responsable, yo diría ético. Porque a pesar de que los pacientes, más allá de su orientación sexual o identidad de género, según mi prática/casuística en la clínica de adultos, siguen demandando un tratamiento terapéutico por problemas de AMOR y de sexualidad, también se escucha habitualmente: “¿Dos mamás?, ¿dos papás?, ¿cómo va a salir ese pibe?”.
La licenciada en Psicología Adriana Sonis expresa: “Como psicoanalista la promulgación de la Ley de Matrimonio igualitario  me llevó a pensarla en relación a la neutralidad, a la renuncia por parte del analista de imponer sus deseos, pensamientos, prejuicios, moral, a sostener la incertidumbre por sobre las certezas, a habilitar la apertura de nuevos interrogantes por sobre lo inmutable de preguntas viejas”.
- ¿Sólo la neutralidad del analista o se revisa el posicionamiento del profesional en relación a su quehacer diario?
- Esta  ley inevitablemente se relaciona con la temática de adopción, entonces, me pregunto si ¿los efectos que provocan aquellos profesionales, tanto en la clínica como en lo jurídico, en ausencia de neutralidad, con posiciones apegadas a un pensamiento binario: hombre-mujer, salud-enfermedad, madre mujer- padre varón, respetan los Derechos del Niño a tener una familia? Mi respuesta es un categórico no. Y quisiera resaltar que la capacidad de ahijar no se relaciona con la genitalidad de los padres o de las madres.
Para el licenciado en Psicología Roberto Viñas esta ley planteó revisiones de las posiciones de los propios psicólogos. En algunos casos más notables, se trata de un cambio de posiciones frente a la clínica. “En algunos casos, ya estaba superado aquello de que la homosexualidad era un trastorno, pero no se alcanzaba a visualizar cómo era posible una integración plena como ciudadano, si ciertos derechos eran vulnerados sistemáticamente. En otros, la modificación ha sido en el plano de las posiciones oficiales, ya no es posible hablar del desarrollo de la sexualidad como se lo planteaba antes como la plenitud alcanzada en la complementariedad de ambos sexos. El desarrollo pasa por otro lugar. Probablemente, aún no alcancemos a vislumbrar las revisiones teóricas a las cuales asistiremos”.
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