De eso sí hablamos en televisión

Para esta oportunidad, estoy subiendo dos videos que datan de hace poco más de un lustro, y son de diferentes programas de tv.

En tan poco tiempo cambió mucho todo… ¡Cuánto pasó bajo el puente desde allí!

Me alegra ver que he puesto mi granito de arena, que algunos activistas por la diversidad sexual han sido parte de los pioneros en hablar de estos temas en los medios masivos de comunicación y visibilizar algunas de las miles de historias que históricamente fueron juzgadas, veladas, negadas.

Creo que estos “documentos” sirven como algo que evidencia la previa de todo lo que hemos logrado en la Argentina este año a nivel derechos igualitarios para todxs:

“Tengo un hijo gay”, con Lía Salgado

Link: http://www.youtube.com/watch?v=40zZxKzRaF8 
Extractos del programa del 17 de mayo de 2005, por canal 7, que trató el tema de la aceptación y/o el rechazo de la homosexualidad en la familia. En el día internacional de la lucha contra la homofobia, las palabras de: lic. en psicología Alejandro Viedma, lic. Graciela Balestra (directora de Puerta Abierta), quienes expresan, entre varias cuestiones, su disconformidad respecto de los prejuicios contra gays y lesbianas y critican a los que ofrecen “terapias conversivas”, Rafael Freda (presidente de SIGLA) e Irma Fischer (fundadora de Padres, Familiares, Amigos de lesbianas y gays).

Las nuevas familias, en “Otro tema”, por TN

Link: http://www.youtube.com/watch?v=rhb07dorRaM

Familias homoparentales argentinas, familias diversas, “Las nuevas familias” en extractos del programa “Otro tema”, por Todo Noticias (TN), conducido por Santo Biasatti, año 2004. Seis años antes de la aprobación de la ley de matrimonio igualitario en la Argentina, dicho programa de tv trataba el tema con el testimonio de Celia y Cecilia, dos madres lesbianas por inseminación artificial de una niña de cuatro años; en aquel momento estas mujeres no podían mostrar sus rostros. Las posturas de, entre otros: lic. en psicología Alejandro Viedma, María Rachid (ex presidenta de la Fed. Arg. LGBT y actual vicepresidenta del INADI) y la lic. Graciela Balestra. Alejandro Viedma expresó: “Hablar de lo nuevo es habilitarlo, por lo menos para un debate. Lo esencial ahora es una ley para que no nos sorprenda más que la nena (criada por dos mamás) no sea discriminada, lo natural debería ser que no existiera discriminación respecto a eso y a partir de ahí, pensar que pueden haber varios casilleros (en formularios institucionales) que puedan ser llenados de otras maneras que de la clásica, de la institución actual”.

Posts de otros

En esta ocasión, presento posts de tres bloggeros distintos, con cierto pudor porque hablan elogiosamente de mí y mi trabajo…

Martín D. ha participado bastante tiempo del grupo de reflexión de los jueves, armó su blog, escribe muy bien, y hace unos días subió:

“REFLEXIÓN EN GRUPO” (link: http://freakpowergeneration.blogspot.com/2010/11/reflexion-en-grupo.html )

En una búsqueda intensiva por la identidad. En una época de terapia, en la que la palabra “patético” se apoderaba de mi mundo. En aquellos días sentía que todo estaba perdido. Que no había gente con un profundo entendimiento de la palabra amor. Que todo pasaba por la superficie.
Fue en ese momento que decidí tomar las riendas y buscar apoyo. Buscar un grupo de pertenencia en el que se me entendiera y, por otro lado, poder deshacerme de los prejuicios y preconceptos que me gobernaban hasta ese momento. Porque, si había algo en lo que no tenía duda, era en que todas esas ideas que se me habían formado en la cabeza, eran simplemente eso, ideas que no se acercaban mucho a la realidad. Ideas que se fueron formando en mí, debido a los diálogos con los pares. Aparecían palabras como “histéricos,” “superficiales,” “pakys.”
Empezaba a sentir que vivía en un gueto en el que éramos discriminados por nosotros mismos. Nos tratábamos con indiferencia. Yo cada vez me alejaba más del colectivo y me acercaba a una soledad en la que podía reflexionar, pero eso no era suficiente. Necesitaba el encuentro con otros pares que pensaran. Simplemente eso y que esos pensamientos nos enriquecieran cambiando la esfera en la cual había caído.
Por suerte caí en Puerta Abierta. Ahí fui bien recibido. El coordinador del grupo de reflexión para varones gay nos protegía, nos contenía y nos daba la libertad de mostrarnos, exponer nuestras formas. Ahí crecí mucho, me sentí querido por mis compañeros y por el coordinador, Alejandro Viedma. Yo me sentía cuidado.
Todos los jueves se traían nuevas formas de hacernos pensar. Siempre teníamos consignas para desarrollar.
Yo creo que cada vez que uno intenta cambiar su mundo, está salvando el mundo que nos rodea. Todo lo que uno trae a la luz, a través de lo positivo, siempre tiene un buen recibimiento en los otros.
En el grupo cambiamos, crecimos, amamos, amigamos, nos reconocimos con mucho valor y veracidad. Yo por lo menos pude liberarme de las ideas de antaño. Y así emergió esta sexualidad que ahora puedo vivir libremente, gracias a poder reestructurar mi mente.
En esto tuvieron mucho que ver los participantes del grupo y el coordinador. Las charlas, los debates, me hacían pensar que algo estaba cambiando en mi mundo. Y cambió de raíz. Ya las personas que conocía eran más auténticas y logré hacer un buen grupo de amigos. Que a esta altura, somos como familia. Por fin la palabra patético desaparecía de mi vocabulario para darle lugar a palabras más amorosas.
Alejandro, te admiro tanto, hacés todo con tanta pasión, con tanto cuidado, con tantos cojones, que es imposible no quererte. Martín.

Alan es un reciente treintañero que en su muy visitado blog escribe sobre su problemática de vivir adentro del clóset, sobre todo respecto a su familia y su trabajo. Hace un tiempo me mandó unas preguntas y subió lo siguiente (link: http://definitedeunavez.blogspot.com/2010/10/la-angustia-de-vivir-en-el-closet.html ):

“LA ANGUSTIA DE VIVIR EN EL CLOSET....”

Alejandro Viedma es Lic en Psicología de la UBA, Psicoanalista y Coordinador de grupos de reflexión... cuando mi analista no sabe responder a ciertos temas recurro a él....
En este caso sentí la necesidad de hablarle sobre mi miedo a la soledad y esta fue la charla que tuvimos:

Alan: ¿Por qué nos da tanto miedo la soledad?
Lic. Viedma: Desde nuestra cultura, pareciera que la soledad es una condición humana. Por ejemplo, hay una frase popular que pregona: “uno nace solo y muere solo”, o lo que es lo mismo: “venimos al mundo solos y nos vamos de él de la misma manera”. Últimamente yo estoy cuestionando ese dicho popular....
Alan: ¿Por qué lo cuestionas?
Lic. Viedma: Coincidiendo con Freud, el hombre de entrada es un ser social: la que nos trae al mundo es una mujer, además nos recibe una partera y en el mejor de los casos hay varios otros –que en ese momento están aguardando en la sala de espera de la clínica o del hospital- que rápidamente nos empiezan a mirar, a hablar, a tocar. Creo que la forma en la cual nos miren, cómo nos hablen y toquen y los vínculos que posteriormente vayamos construyendo a lo largo de nuestras vidas, hará que nos sintamos más o menos solos y hará que nos despidamos de esta vida rodeados de los afectos que hayamos podido establecer o que muramos solos “como un perro” (otra frase popular). Respecto a los homosexuales, a mí me parece que en los últimos tiempos eso de “no logran formar pareja y mucho menos tener hijos” está cambiando bastante.
Alan: Entiendo, pero de todas formas ¿existe una mayor proporcionalidad de homosexuales que no logran formar una familia?
Lic. Viedma: En el pasado, cuando los padres se enteraban que tenían una hija lesbiana o un hijo gay, sufrían por el hecho de portar la creencia que dicho hijo “iba a quedarse solo", el matrimonio igualitario en la Argentina logró por un lado visibilizar a muchas parejas lésbicas y/o gay que han estado unidas por décadas y, por otro, contagió de deseo a personas del colectivo LGBT para que pudieran proyectarse en una familia diversa, seres que comenzaron a pensar “ah, se puede”.
Alan: ¿Es común este sentimiento que relaciona homosexualidad con soledad entre los gays aún no salidos del clóset?
Lic. Viedma: Lo que sucede, según mi práctica clínica, es que el clóset en sí es un lugar de desolación, de aislamiento, el sujeto se encuentra solitario dentro del armario ya que se le dificulta tener una comunicación, un lazo, un acercamiento fluido con un otro si a dicha persona le tiene que mentir o esconder ciertos aspectos fundamentales de su ser, como la identidad y el deseo.
Alan: ¿Entonces el encierro es lo que aumenta su sentimiento de soledad?
Lic. Viedma: Por lo menos para la persona que está completamente dentro del clóset hay un pesar importante enmarcado por el encierro y eso le provoca angustia y stress, porque desde ese lugar inquietante está en estado cuasi permanente de alerta.
Alan: Sí... creo que al menos en mi caso es acertada esa reflexión. Gracias!!

Y el año pasado había subido:
http://definitedeunavez.blogspot.com/2009/07/la-otra-mirada-del-divan.html

Por último, la entrevista a Facu, quien también asistíó al grupo de los jueves y en la actualidad es un importante referente del activismo LGTB argentino:

“Visiblemente socialista”

Queríamos compartir esta nota sobre la militancia LGBT en el Partido Socialista, agradeciendo especialmente a Gustavo Pecoraro, periodista de Sentido G.

Hablar de jóvenes de la Diversidad puede sonar muy abstracto. Por el contrario, ellos y ellas, tienen nombre y apellido…y un rostro conocido quizás, desde la campaña por la Ley de Matrimonio Igualitario. Uno de estos jóvenes es Facundo García de 21 años, dirigente de la Secretaría de la Diversidad del Partido Socialista; miembro de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT); y director de su Secretaría de Cultura y Educación. A pesar de haberle puesto el cuerpo por todo el país a la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario, reconoce que aún no ha hecho uso de ella, aunque le “encantaría encontrar alguien con quien utilizarla“.

¿Por qué estás en la FALGBT?
- Ingresé a la FALGBT de una manera fortuita. Empecé a interiorizarme con la militancia desde muy pibe, en realidad como un adolescente que estaba indagando sobre su sexualidad y no sabía muy bien por dónde empezar. Lo primero que hice fue concurrir a charlas y debates; me sentía más cómodo por ahí que con salir a boliches o de fiesta. Una de las primeras charlas a las que asistí, fue en el Congreso. Era una mesa que organizaba la CHA y el principal expositor era Pedro Zerolo. Recuerdo que éramos muy pocos, y que terminé sentado delante de María Rachid y Claudia Castro que yo ni sabía quiénes eran. Más tarde conocí a Alejandro Viedma, y de la mano de él me empecé a foguear un poco más en los temas de militancia LGBT. Así comencé a participar de la Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo, como representante de Puerta Abierta, y a conocer activistas de la FALGBT, la CHA y otras organizaciones, sus lógicas de trabajo y sus diferencias. Fue muy enriquecedor participar de esas reuniones y esos debates ideológicos. Un tiempo atrás ya había empezado a colaborar como columnista de opinión sobre temas de diversidad sexual y política, en AGRadio; pero entrar a debatir eso mismo con las organizaciones LGTB fue superador. (Nota completa en: http://www.psdiversidad.org/2010/10/visiblemente-socialista/).

Las confesiones de las máscaras

El lic. Alejandro Viedma invita a los lectores a responder a los interrogantes propuestos a partir de un texto de Yukio Mishima. Publicado por agmagazine.info el día 15 de noviembre de 2010.


(Imágenes del San Sebastián de Guido Reni, 1616)

En este envío presento un extracto de un texto elegido por Mariano U. -uno de los concurrentes a los grupos de reflexión para varones gay que coordino-, como disparador de debates, y las preguntas y cuestiones que empezamos a compartir en las reuniones. Cada subtema propone mucha tela para cortar, ¿no lo creen así los lectores? ¿Se animan a participar comentando el post o respondiendo a las interpelaciones que figuran luego del relato?:
                            
Un día, aprovechando que no había ido a la escuela por un leve resfrío, saqué varios volúmenes de reproducciones artísticas, que mi padre había traído de recuerdo de sus viajes al exterior, y los llevé a mi cuarto, donde los hojeé con atención. Me encantaron sobre todo los fotograbados de esculturas griegas que aparecían en las guías de diversos museos italianos. Cuando se trataba de representar desnudos, entre las innúmeras reproducciones de obras maestras eran estas láminas, en blanco y negro, las que mejor se adaptaban a mis fantasías. Probablemente se debiera al simple hecho de que, aún en reproducciones, la escultura se acerca más a la vida.
Era la primera vez que miraba aquellos libros. El tacaño de mi padre, aborreciendo que las manos de un niño tocaran y mancharan las ilustraciones y temiendo además -¡cuán equivocadamente!- que pudiera sentirme atraído por las mujeres desnudas de las obras maestras, había ocultado los libros en los profundos recovecos de un armario. Y por mi parte hasta aquel día nunca había imaginado que pudiesen ser más interesantes que las ilustraciones de una revista de aventuras.
Empecé a dar vuelta una hoja cerca del final del volumen. De pronto apareció en un rincón de la página siguiente una imagen que debía haber estado allí esperándome, para mi bien.
Era una reproducción del “San Sebastián” de Guido Reni…
…Un joven notablemente apuesto estaba atado desnudo al tronco de un árbol… lo único que cubría la desnudez del joven era un trozo de tela blanca ordinaria que le colgaba flojamente de las caderas.
El cuerpo del muchacho –hasta podría comparárselo con Antinóo, el favorito de Adriano, cuya belleza ha sido inmortalizada con tanta frecuencia por la escultura- no muestra ninguna de las huellas de sufrimientos misionarios o de decrepitud que se descubren en las imágenes de otros santos; en cambio, sólo se advierte la primavera de la juventud, sólo luz y belleza y placer.
Su desnudez blanca e incomparable resplandece contra un fondo crepuscular. Los brazos vigorosos, brazos de un guardia pretoriano acostumbrado a tensar el arco y a manejar la espada…
…No es el sufrimiento lo que le ronda el pecho forzado, el abdomen tenso, las caderas levemente contorsionadas, sino un temblor de placer melancólico como música.
Pero todas estas interpretaciones y observaciones aparecieron más tarde.
Aquel día, en cuanto posé los ojos en la imagen, todo mi ser se estremeció con un goce pagano. Se me aceleró la sangre; se me inflamaron los órganos sexuales como si estuvieran furiosos. La parte monstruosa de mí mismo que estaba a punto de estallar esperaba que yo la utilizara con un ardor sin precedentes, insultándome por mi ignorancia, jadeando indignada. Las manos, de modo completamente inconsciente, empezaron un movimiento que nunca habían aprendido. Sentí algo secreto, radiante que saltaba con pies ligeros al ataque desde mi interior. De repente irrumpió, trayendo consigo una embriaguez enceguecedora…
Pasó cierto tiempo, y luego, con penosos sentimientos, paseé la mirada sobre el escritorio que estaba ante mí. Un arce proyectaba desde la ventana un reflejo brillante sobre todo: el tintero, los libros y notas escolares, el diccionario, la imagen de san Sebastián. Había una cantidad de salpicaduras blancas y turbias: sobre el título estampado en oro de un libro de texto, sobre el tintero, sobre una punta del diccionario. Algunos objetos goteaban perezosa, pesadamente, y otros brillaban opacos como los ojos de un pescado. Por fortuna, un movimiento reflejo de la mano para proteger la ilustración había impedido que el libro se ensuciara.
Fue mi primera eyaculación. Fue también el principio, torpe y completamente impremeditado, de mi “mala costumbre”.
(Es una coincidencia interesante que Hirschfeld ubique las “imágenes de san Sebastián” en primera línea entre las obras de arte que más deleitan a los homosexuales…). Yukio Mishima, Confesiones de una máscara, 1948.

Puntos para pensar:

El primer motivo de excitación para tu primera eyaculación. ¿Cómo recordás tu primera masturbación? Primera huella. ¿Dónde fue? ¿Sorpresa, susto, placer, secreto solitario y/o culpa? ¿Qué fantasías la acompañaron?

Lo sensual. El erotismo. El deseo, que ¿lo espera y encuentra a uno, y no al revés?

¿Qué quiebres hubo en tu vida? ¿Cuál es el hito que ubicás como un antes y después, ese cambio que hizo que tu vida torne de dirección?

¿Qué objeto “te abrió el cráneo”, te ayudó a que te asumieras gay? O imagen (x ej., la de San Sebastián), o situación disparadora que te atrajo al mismo sexo

Lo vedado por los padres. ¿Qué te proscribieron? ¿Hubo alguna zona (u objeto) de tu casa vedada por tu padre/madre?

¿Qué profecías autocumplidas funcionaron, esos mandatos que te transmitieron y les hiciste caso?

Relación entre la pérdida de la inocencia, la religión y el armario.

El padre del gay, y no la trillada imagen de la madre. ¿Cuál es su papel en el homosexual?

El cuerpo. Las zonas y los aspectos sobrevalorados del colectivo gay.

¿Qué significados adquieren las máscaras en los gays? ¿Y las confesiones?

(Imagen de Yukio Mishima, 1970)

Presentaron la reedición del libro “Homoparentalidades”

Crónica de la actividad en donde se presentó el libro Homoparentalidades: nuevas familias, y la crítica del texto, a cargo del lic. Alejandro Viedma. Publicado por agmagazine.info el 20-10-10.

El pasado 18 de octubre se presentó, con entrada libre y gratuita, el libro de temática LGBT “Homoparentalidades” en Puerta Abierta. La presentación estuvo a cargo del lic. en psicología (UBA), psicoanalista y coordinador de grupos de reflexión Alejandro Viedma, y contó con la presencia de las compiladoras Eva Rotenberg y Beatriz Agrest Wainer. Posteriormente a las palabras del comentarista y sus colegas, se armó un debate muy interesante (“pogo discursivo”, al decir de Viedma) entre los/las asistentes y los/las panelistas.

Alejandro comentó cómo conoció a las analistas, dijo que su acercamiento a Rotenberg fue post lectura del material hace tres años, y a partir de allí y de vez en cuando se han estado convocando mutuamente para reflexionar de manera conjunta algunas cuestiones de su práctica clínica.

Homoparentalidades: nuevas familias (Buenos Aires: Lugar Editorial), aborda como tópico las familias diversas, “no convencionales” y es el resultado de un trabajo interdisciplinario de casi una década desde la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), una investigación en adopción a partir de la experiencia clínica. El libro se había editado por vez primera en 2007. La nueva edición modificada amplía el texto con dos capítulos nuevos en un mes y momento históricos para nuestro país, julio de 2010, ya que allí se promulgó el matrimonio igualitario. Los trabajos compilados son en su mayoría de psicoanalistas (como la recordada Silvia Bleichmar), pero también de profesionales de diferentes disciplinas como la filosofía (desde la postura de Diana Maffía), el derecho, la medicina, la psiquiatría.

Viedma expresó que a él le encantó este libro y ponderó ciertas variables que considera fundamentales para tratar el tema de las familias homoparentales: que sea un trabajo desde la interdisciplinariedad, entendible y hecho en la Argentina, aún con algunos trabajos de autores extranjeros. Y de la siguiente manera navegó por las zonas por las cuales el analista transita y rescata como nodales:

Tanto en la contratapa como en el prólogo, así como en las palabras preliminares de las compiladoras y en los artículos de los autores convocados se repiten los vocablos “complejo” y “complejidad”, al referirse a la parentalidad actual, sobre todo respecto a lo que Rotenberg y Agrest Wainer subtitulan como nuevas familias, las homoparentales. También deambulan, entre otros, los términos desafío, revisión, deconstrucción, debates, intercambios.

El párrafo que cierra el texto de la contratapa pertenece a la psicoanalista Joyce McDougall, frase que abre y concluye con lo que la autora considera, sobre este tema, “lo más importante” y “lo que no tiene ninguna importancia”: “Lo más importante no es lo homoparental o lo heteroparental, sino la capacidad de ser padre. Eso es lo que cuenta, la capacidad de amar al niño, de educarlo para que pueda devenir un sujeto. Que este sujeto sea viviente, activo, dinámico, que ame la libertad y desarrolle la sexualidad. Padres que se puedan identificar al hijo en sus deseos y en sus necesidades y que desean abrirlo al mundo y a su necesidad. Que sean homo o hetero no tiene ninguna importancia”.

Según el parecer del licenciado, dicha frase marca la posición personal y profesional de cada uno de los que participaron en este libro.

Además, Viedma adhiere a las palabras de Agrest Wainer: “Sabemos junto con Freud que toda ciencia necesita confrontar sus conceptos. Tendremos que estar dispuestos a tolerar la incertitud frente a esta temática, revisar, actualizar o replantear nuevas hipótesis a partir de la clínica con estas nuevas familias y sus hijos”.

El capítulo 1 se titula “Adopción. La identidad como derecho y/o como construcción”. El presentador opinó que la identidad parece ser un concepto introductorio al tema de la adopción y las familias homoparentales. Rotenberg cualifica la identidad humana con los siguientes términos: devenir, proceso no cerrado, apertura, deseo, intencionalidad. La dra. Ana María Carrasco, por su parte, dice que la identidad personal supone “ser uno mismo” y señala la diferencia entre la identidad dinámica y la estática, explayándose en la dinámica, por ser la que se proyecta socialmente, fluida y no finita, porque se crea con el tiempo.

Viedma sostiene que estas características descritas por las autoras citadas pueden transpolarse a las nociones de familia y género: “… el género es una categoría social, históricamente flexible y por tanto, mutante, sujeta a las modificaciones de cada sociedad en sus diversos momentos”. (Oliveira, 2002; Louro, 1997; Costa, 1994; Scott, 1995; Chauí, 1984).

Los dos artículos que se agregaron son de Susan Vaughan y Emilce Dio Bleichmar.

En las viñetas clínicas que presenta la primera, la terapeuta recorre la homofobia internalizada de lesbianas aún con años de estar en pareja, sobre todo en las preocupaciones por creencias y prejuicios personales respecto a la paternidad, y se dirige a sus colegas para que revisen las propias reacciones contratransferenciales hacia gays y lesbianas con proyectos de armar familias. A Viedma le parece muy buena esa afirmación (por simple y real), y al finalizar su conclusión Vaughan, le sigue hablando a los analistas: “… la decisión de ser madre o padre es una decisión significativa para cualquiera, sea gay o heterosexual. De hecho, la experiencia de ser padre puede ser una experiencia que cambia la vida y que trasciende el asunto de lo heterosexual u homosexual. …antes de que el mar cambiara en nuestra cultura, los hombres gay y las lesbianas sentían con frecuencia que tenían que elegir entre ser abiertamente gay o mantenerse en secreto y casarse para poder tener hijos. Actualmente hay una libertad cultural creciente para ser ambas cosas, podemos serlo si tenemos la libertad interna para hacerlo. Todavía, para muchos de nosotros, llegar a esta libertad interior aún implica tener un buen tratamiento psicoterapéutico, y allí es donde entran –ustedes- todos los colegas. Sus pacientes confiarán en ustedes. … estamos hablando de ayudar a nuestros pacientes a tener la flexibilidad psicológica y la libertad para inventarse a ellos mismos como individuos únicos y genuinos…”.

Por otra parte, Dio Bleichmar concluye en su artículo: “Quizá si la gente que abriga temores de que la apertura del modelo de familia o la adopción homoparental conociera a Carlos (un niño incluido en una viñeta clínica, criado por una pareja del mismo sexo, aclara Viedma), tendría la impresión contraria, la familia parece reforzarse, enriquecerse en la diversidad como lo muestra Carlos que sostiene, desea y se proyecta en el futuro constituyendo una familia”.

Las preguntas que Alejandro le hizo a sus colegas fueron:

1)   Homoparentalidades es un “libro pionero” y también reciente en esta temática, en cierto sentido adelantado respecto a lo que se debatiría fuertemente tres años después. ¿Cómo fue el camino, el recorrido dentro de una institución emblemática argentina (APA)? ¿Qué relación encuentran entre ese trayecto y la complejidad teórica para abordar esta problemática?
2)   Nociones de identidad y género. ¿Intrínsecas o extrínsecas al psicoanálisis? Justamente, la identidad de género es algo basal en el presente y en el futuro, sobre todo desde el activismo LGBT argentino. ¿Cómo incluyen a las personas trans en la parentalidad actual?

Luego de que las compiladoras contestaran, hubo interrogantes y testimonios del público presente.

El cierre fue con un caluroso aplauso.

Presentación del libro Homoparentalidades

Lunes 18 de octubre a las 20 hs.

Presentación a cargo de Alejandro Viedma, con la presencia de las compiladoras Eva Rotenberg y Beatriz Agrest Wainer, en Puerta Abierta, organización LGBT presidida por Graciela Balestra. Actividad no arancelada. Debate posterior con los/las asistentes.

Homoparentalidades: nuevas familias (Buenos Aires, Lugar Editorial), es el resultado de un trabajo interdisciplinario de una década –sobre todo desde 2002, año en que se promulgó en la Argentina la ley de unión civil- desde la APA, una investigación en adopción a partir de la experiencia clínica.
La primera edición de este libro fue en el año 2007 y las compiladoras son Eva Rotenberg y Beatriz Agrest Wainer. La nueva edición ampliada con dos capítulos nuevos llegó en un mes y momento históricos para nuestro país: julio de 2010.
Los trabajos compilados son en su mayoría de psicoanalistas (como la gran Silvia Bleichmar, a quien además entrevistó Rotenberg), pero también de profesionales de disciplinas diferentes, como la filosofía (desde la tinta de Diana Maffía), la medicina, la psiquiatría y el derecho.

Entrevista radial al Lic. Alejandro Viedma: "Estoy a favor del Matrimonio Igualitario"

Audio del programa Del arco político, de Radio El Mundo, AM 1070, Argentina.

Conductor: Darío Del Arco, quien entrevistó al lic. Alejandro Viedma el día 14-07-10, víspera de la aprobación de la modificación en el código civil respecto al matrimonio.
En aquel momento Alejandro Viedma explicó por qué estaba a favor de la Ley de Matrimonio Igualitario y de la adopción de niños y niñas por parte de parejas conformadas por personas del mismo sexo; entre varias cuestiones expresó: Se trata de la ampliación de derechos a personas que hasta hoy no los tienen”.


Link relacionado:
https://www.youtube.com/watch?v=CKxAuDUOZSo

Yo, tú y ellos merodeando por el ropero

POR ALEJANDRO VIEDMA Algunas impresiones y preguntas sobre la entrada, la permanencia y la salida del clóset. Publicado por agmagazine.info el 01-09-10.

Pese a la reciente aprobación del matrimonio igualitario en la Argentina, muchas personas lesbianas, gay y bisexuales aún siguen dentro del ropero, no hablan sobre su orientación homo o bisexual. Por otro lado, es necesario resaltar que tanto en los pueblos del interior de nuestro país como en los demás países latinoamericanos, para las personas que conforman el colectivo LGBT todo se complica más, sobre todo por la presencia de ciertas peculiaridades que se añaden a cada geografía específica, como ser el poder de la iglesia, la edad mayor, la clase socio-económica baja, las diferencias culturales por género, entre otras cuestiones.

Cada sujeto es arquitecto de su propio armario empotrado, de su guardarropas cerrado que igualmente trasluce cómo está intrincada y ubicada su estantería, porque lo no verbalizado/ble logra traspasar el filtro del tamiz represivo, es decir que a trasluz siempre se deja permear algo de lo que se dificulta poner en palabras.

El sujeto que está absolutamente dentro del placard se encuentra embutido, comprimido. El quedarse dentro del clóset dependerá de cada uno, del tiempo que necesite, de su (in) capacidad de tolerar el sufrimiento.

Además del individuo particular, siempre participan otros obreros de la construcción en este armado que por ende es también grupal, por la introyección del mandato -que viene desde el exterior- de impostar la postura de la orientación homo o bisexual.

La imposición de la impostación de la homo o de la bisexualidad, la orden de no expresar “la verdad” del deseo del sujeto, sigue funcionando con violencia en buena (¡o mala!) parte de la sociedad latinoamericana, porque es violento que el otro irrumpa en el deseo singular de uno. Desde ese lugar, el sujeto podría desaparecer puesto que se intenta arrasar con su subjetividad.

El mensaje que se aplica puede llegar a través de distintas vías, por ejemplo directamente de una madre, un padre, un hermano, o en las escuelas con el bullying (hostigamiento o acoso en las aulas), o de una manera cuasi indirecta pero no menos virulenta, como por ejemplo en interpretaciones subjetivas de pasajes de la Biblia o a través de los medios masivos de comunicación, en donde se desvaloriza lo femenino, se des-informa, haciendo ecuaciones no valederas, como por ejemplo gay=abusador de menores. Ecuaciones que se dan en una continuidad, o sea que no tiene existencia una situación sin la/s otra/s, no son independientes las expresiones de las ecuaciones, están convocadas por variables y atravesamientos diversos.

Entre las formas sugestivas, menos directas, más solapadas existen modos de inducción al cambio por parte de supuestos profesionales de la salud mental, por la homofobia del terapeuta, por lo cual ciertos pacientes no se sienten oídos, entendidos por sus analistas, ¡encima que cuesta tanto enunciar en voz alta la homo o la bisexualidad! En lugar de historizar a esos sujetos, escucharlos, aportarles dignidad, metas que también deberían constituirse en responsabilidad de los terapeutas, se los sigue destinando al sufrimiento. El psicólogo o psiquiatra que considera a la homosexualidad como una enfermedad es un incompetente porque se basa en un planteamiento –que se transformó en su ideología- que ya caducó hace mucho tiempo.

De lo que hay certeza es de ese padecimiento de la gente que está dentro del clóset, que se conecta en soledad con sus propias heridas, dolores de estos damnificados sociales, sobre todo por parte de seres malintencionados (allí operaría algo más del orden del odio que de la ignorancia), dolorosas heridas que se cubren para formar un collar montañoso, un dique de contención frente a otros ataques.

De la siguiente manera entonces resultaría un engranaje, unos caminos con flechas que se retroalimentan constantemente: primero el mandato emerge por la homofobia social, luego se alza el placard subjetivo también por la homofobia internalizada de cada individuo, internalización por no cumplir con el ideal del Otro, que insiste en respetar la prohibición, por lo cual lo desafiado es castigado y luego auto castigado por la culpa y la vergüenza que afloran por no seguir las reglas rígidas de los demás.

Así, la materialización del clóset se da en el vértice justo entre el sujeto y su grupo sociocultural (barrial, provincial, nacional y continental), oscila entre lo personal y lo institucional, entre lo individual y lo colectivo, donde habitan muchos más que dos.

Ahora bien, y con toda la situación descrita precedentemente, es decir, con una importante porción social machista, heterosexista, que todavía intenta fabricar individuos gay, lesbianas, bisexuales y trans enclosetados, imposibilitados de ser abiertamente LGBT, sujetos que se jueguen por sus deseos, es pertinente preguntarse: ¿cómo se hace en América Latina para estar totalmente fuera del ropero? ¿De qué se agarran esos sujetos para atravesar exitosamente el proceso de la salida del armario? ¿Qué ayuda a cada persona a no claudicar en el recorrido de su proceso de asumirse, primero él/ella mismo/a y luego ante los otros? Seguramente también será un logro singular de cada quien, dependiendo de con quién/es cuenta y de qué herramientas personales hace uso para su conquista individual.

Haciendo un salto respecto de la línea que venía escribiendo, también se me ocurre preguntarme… Llevar a que alguien entre en el clóset, ¿es igual o distinto a la frase nefasta que circulaba en la época del proceso militar argentino? En la dictadura funcionaba/corría el “no te metás”, que significaba no inmiscuirse en una situación determinada, confusa, ilegal, complicada, el hacerse el sordo, el ciego, el mudo, no implicarse. Se les decía a nuestros compatriotas: “no hablen, no denuncien”; entonces: “metete en tu casa, en un placard, de lo contrario vas a terminar mal, en una zanja”. Hace ya un tiempo la sociedad argentina está aprendiendo que no debe dar vuelta la cara, y que tiene que tener memoria también con los compañeros LGBT compatriotas, torturados y desaparecidos.

Desde mi posición, anhelo que se deje de esconder bajo la alfombra, ya que las orientaciones sexuales o identidades de género contranormativas no representan una basura, mugre o suciedad. Y además, como decía al principio de este escrito, el ocultamiento total es de por sí un imposible porque hasta por las hendijas o por los tragaluces se cuelan los rayos del deseo y en algún momento las ollas de presión explotan por la libido en ebullición, energía anteriormente sublimada en deportes, carreras exitosas o trabajos full time, modos de tapar por estar so-metido al poder heteronormativo.

Pero, y despidiéndome con ciertos interrogantes para seguir reflexionando: hoy, comenzando setiembre de 2010, ¿cuál es el orden que se intenta preservar diciéndoles a los gays que no lo digan? ¿Sólo se trataría de mantener un orden social/moral/hetero-reproductivo? ¿Qué significación adquiere ese precepto en cada región latinoamericana? ¿Cuáles son los efectos sociales del silencio? ¿Qué es lo que no se quiere/puede oír? ¿Cuáles son los resortes que se mueven por debajo de los mensajes que mutilan los decires? ¿Cómo actúa y qué consecuencias apareja aquel mandato para las personas LGBT? ¿Qué tienen en el norte las personas que censuran? ¿Cuál es en la actualidad la amenaza, el temor que se les presenta a las personas que discriminan? ¿Qué condiciona al otro de la homo o bisexualidad de uno? ¿Dónde están más condicionados los gays, las/los bi y las lesbianas argentinos/as? ¿Por quiénes? ¿Cuándo y por qué se condicionan más las propias lesbianas y/o los propios gays? ¿Qué los a-condiciona?

Generalidades sobre género

Aspectos básicos, propuestas y definiciones de género.

POR ALEJANDRO VIEDMA Publicado por AGMagazine el 22-08-2010

Introducción

Siempre que aludamos a cuestiones de género, tendremos que remarcar y al mismo tiempo denunciar la opresión y la subordinación de las mujeres en una sociedad patriarcal y machista, que por consiguiente no brega por la ecuanimidad, por la igualdad y por la justicia para la totalidad de los seres humanos.

A partir de la primacía del varón sobre la mujer se montarán exclusiones por sexo y violencia de género, y por ende se seguirá naturalizando el poder de lo masculino en detrimento de lo femenino, discriminación -visible mediante agresiones físicas e insultos, y solapada a través de sonrisas- acentuada con el agregado de otras variables en juego, entre varias: la orientación sexual, la pertenencia étnica, la edad, la clase.

Según refiere Ana María Fernández, “No es ya la violencia explícita del golpe físico que somete por terror, sino la violencia simbólica que inscribe a las mujeres en enlaces contractuales y subjetivos donde se violenta tanto la economía como el sentido de su trabajo productivo, se violenta su posibilidad de nominarse y se las exilia de su cuerpo erótico, apretándolas en un paradigma de goce místico, que –en verdad—nunca ha dejado de aburrirlas”1.

Tanto se ha solidificado el mito de la mujer como pasiva (eróticamente hablando) y carente de control de su sexualidad, que hubo un abrochamiento a la idea de la necesidad de un varón empoderado, poseedor del saber y deseante, por lo tanto sujeto, complemento de su objeto, objeto que debe permanecer en la privacidad.

Lo contrario ha ido ganando terreno en los últimos tiempos, donde el rol de la mujer fue modificándose para ella mostrarse como es: un ser humano, un ser sexuado, un ser activo en sus decisiones respecto de su cuerpo y sus placeres, una persona autónoma con su erotismo, un ser público y por todo lo anteriormente enumerado, también un sujeto deseante.

De todos modos, aún hay mucho camino por recorrer, mucho género para cortar en pos de la equiparación en cuanto a derechos y oportunidades de las mujeres y los hombres, porque no es sencillo resistir a la violencia física, a la violencia simbólica o a la violencia moral, a la hegemonía falocéntrica, al autoritarismo en la conyugalidad, que posiciona a la mujer como suplemento de goce ilimitado.

Algunas definiciones de género

“Género se refiere a la gama de roles, relaciones, características de la personalidad, actitudes, comportamientos, valores, poder relativo e influencia, socialmente construidos, que la sociedad asigna a ambos sexos de manera diferenciada. Mientras el sexo biológico está determinado por características genéticas y anatómicas, el género es una identidad adquirida y aprendida que varía ampliamente intra e interculturalmente. El género es relacional ya que no se refiere exclusivamente a las mujeres o a los hombres, si no a las relaciones entre ambos”2.

“En las ciencias sociales, los estudios de género son el área de conocimiento sobre la desigualdad entre hombres y mujeres, que tiene su punto de partida en los roles sexuales que se asignan de forma diferenciada a hombres y mujeres a través de la socialización de género. En numerosas ciencias como la sociología, la psicología o la antropología, el género es una construcción simbólica que alude al conjunto de atributos socioculturales asignados a las personas a partir del sexo biológico que convierten la diferencia sexual en una desigualdad social entre hombres y mujeres”3.

“El género se conceptualizó como el conjunto de ideas, representaciones, prácticas y prescripciones sociales que una cultura desarrolla desde la diferencia anatómica entre mujeres y hombres, para simbolizar y construir socialmente lo que es “propio” de los hombres (lo masculino) y “propio” de las mujeres (lo femenino)”4.

“Cuando decimos que las diferencias de género son culturales, nos referimos a que, como el sujeto no existe sino en sociedad, las particularidades biológicas de cada sexo han adquirido una nueva naturaleza, pues independientemente de su operación en el nivel fisiológico, aquéllas tienen lugar en cuerpos socializados en los que opera simultáneamente una incorporación de lo social, los sujetos y las sociedades, que construyen permanentemente significados acerca de sus condiciones vitales, dependiendo de los valores culturales específicos en que se desenvuelven”5.

“Si tomáramos la distinción establecida por Freud entre “diversidad” y “diferencia”, la primera como conjunto de atributos mediante las cuales el niño pequeño define “masculino-femenino” al margen o previamente al reconocimiento de la distinción sexual en sentido estricto (las niñas usan arito, los varones no; las niñas llevan el pelo largo, los varones corto… etc. ), y la diferencia en términos de presencia o ausencia del atributo fálico –que tal vez hoy podríamos repensar, dado el conocimiento precoz y las variación valorativa de la cultura post-patriarcal como atributo genital, que remite a la real diferencia y no se sostiene sólo en la portación de pene- es evidente que lo que Freud considera como siendo del orden de la diversidad, debe ser considerado hoy como del orden del género. El matiz diferencial está dado, en el nivel conceptual, porque esta diversidad, aún cuando tome variaciones singulares, está marcada fuertemente por la cultura, y en particular por aquello que Castoriadis ha concebido como siendo del orden del “instituyente-instituido”6.

“…comprender que la gramática es un instrumento y no una ley. Supongamos que tengo ante mí una muchacha de modales masculinos. Un ente humano vulgar dirá de ella: “Esa muchacha parece un varón”. Otro ente humano vulgar, ya más cercano a la conciencia de que hablar equivale a decir, dirá de ella: “Esa muchacha es un varón”. Otro aún, igualmente consciente de los deberes de la expresión, pero más animado por el afecto a la concisión, que es la lujuria del pensamiento, dirá de ella: “Ese varón”. Yo diré: “Esa varón”, violando la más elemental de las reglas de la gramática, que exige que haya concordancia de género y número, entre la voz sustantiva y la adjetiva. Y habré dicho bien; habré hablado en absoluto, fotográficamente, más allá de lo vulgar, de la norma y de la cotidianidad. No habré hablado: habré dicho. (…) Que obedezca a la gramática quien no sepa pensar lo que siente”7.

Cómo combatir el sexismo y la violencia de género

Para luchar en contra de la naturalización del sexismo y la violencia de género es preciso la introducción de ciertas acciones en forma conjunta.

Cuando nos refiramos a los conceptos de identidad y ciudadanía sabremos que tendremos que apuntar a la intervención y sensibilización social, y uno de los modos de llevarlas a cabo será con el acompañamiento de programas educativos con contenidos y enfoques multidisciplinarios (de ciencias sociales, psicología, historia, biología, antropología, etc., y también de paradigmas religiosos) que promuevan la igualdad entre varones y mujeres, programas dirigidos a desterrar la discriminación por género, haciendo entender que tanto la masculinidad como la feminidad son construcciones subjetivas y sociales y desde allí se podrán analizar las especificidades de las relaciones entre los géneros.

De tal manera convertiremos al género en una de las llaves principales para entrar en la comprensión e interpretación del mundo del cual formamos parte y arribaremos a la estructura y organización cultural tanto a nivel global como regional, en nuestro caso específico, la nación Argentina.

Simultáneamente, habrá que fomentar la apertura de espacios de crítica y discusiones de los discursos sobre desarrollos que inciden en los proyectos y planes de los organismos privados y públicos. El intercambio y la reflexión se izarán como herramientas de nuestra cotidianidad en el proceso de la reconstrucción de la sociedad que queremos mejorar.

Por lo precedentemente puntuado, será capital cuestionar la presencia exclusiva de divisiones binarias, para iluminar cómo estas siguen dando letra al poder discursivo.

Con respecto a los medios masivos de comunicación, es fundamental analizar la fabricación de preconceptos y estereotipos sexistas que se reproducen en los discursos simbólicos, caso contrario no se cuestionará la asimetría dada por los sentimientos negativos creados hacia las mujeres.

Referencias:
1 Fernández, A. M.: “Violencia y conyugalidad: una relación necesaria” en Giberti, E.; Fernández, A. M.: La mujer y la violencia invisible, Ed. Sudamericana – Fundación Banco Patricios, Buenos Aires, 1992, pp. 150-151.
2 www.ciudadpolitica.com : http://www.ciudadpolitica.org/modules/wordbook/entry.php?entryID=5707&PHPSESSID=a512ba20a0c4132f37f8fa9352054dc4
3 http://es.wikipedia.org/wiki/Genero
4 Lamas, M.: “Diferencias de sexo, género y diferencia sexual” en Cuicuilco Nueva Época, vol. 7, Nº 18, Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), México, 2000, p.2.
5 Granados Cosme, J. A.: “Orden sexual y alteridad. La homofobia masculina en el espejo” en Nueva Antropología, vol. XVlll, Nº 61, México, setiembre 2000, p. 80.
6 Bleichmar, S.: “La atribución de identidad sexual y sus complejidades” en Revista Actualidad Psicológica, Año XXIX, Nº 320, Buenos Aires, junio 2004, p. 2.
7 Pessoa, F:: “El libro del desasosiego”, Emecé editores, Argentina, 2000, p. 116.

Matrimonio igualitario: por las niñas y los niños, por todas y todos

Por: Alejandro Viedma


En este escrito intentaré articular tres citas de grandes escritores que he leído en algún momento con ciertas ideas que estoy construyendo sobre mi posición respecto de la modificación del código civil argentino en cuanto a la ley de matrimonio.

La primera de las citas tendría que ver con el tratamiento de este tema por parte de algunos medios de comunicación locales. Siguiendo esta línea, no es aleatorio el uso de la nominación “boda gay” por parte del diario La Nación o del periodista Feinmann, del canal de tv C5N. Encabezar las noticias con “el matrimonio gay” diferencia a las personas, son títulos que etiquetan, lo opuesto a la lucha que se está llevando a cabo, que es por una ley de igualdad para todas y todos los ciudadanos, donde el objetivo es la equiparación de los derechos, lo que hará, en parte, que se deje de sostener la homo/lesbo/bi/transfobia social.

Es importantísimo el papel del universo simbólico en juego ya que puede crear tanto cargas valorativas negativas generando estigmas en las personas como la dignificación de todos los seres humanos. No obstante, considero que el subrayar “matrimonio gay” ha servido para seguir visibilizando al colectivo LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y trans), por otra parte cada individuo tiene la responsabilidad de informarse y no quedarse con dudas o más confundido con los comentarios generados por los titulares encomillados o el contenido de la información que más de una vez está acompañado de una bajada de línea.

Escribe Bersani (1999, pp. 27-28): “… como Stuart Hall sostiene, una representación es algo distinto de un mero reflejo: “Esto implica el trabajo activo de selección y presentación, de estructuración y configuración: no simplemente la transmisión de un sentido ya existente, sino la labor más activa de hacer que las cosas signifiquen”. La televisión no hace la familia, pero le da cierto sentido a la familia. O sea, ella hace una fuerte distinción entre la familia como unidad biológica y la familia como entidad cultural, y lo hace al enseñarnos los atributos y las actitudes a través de los cuales las personas que pensaban estar ya en el interior de una verdadera familia recién comienzan a sentirse como miembros de una. El gran poder de los medios, y especialmente de la televisión, es, como Watney escribe, “su capacidad de manufacturar la subjetividad misma” e imponer así una forma a la identidad. El “gran público” es a la vez una construcción ideológica y una prescripción moral. Además, la definición de la familia como identidad es, esencialmente, un proceso de exclusión, y el producto cultural no tiene ninguna obligación de coincidir exactamente con su referente natural. Así, la identidad familiar producida por la televisión norteamericana tiene muchas más probabilidades de incluir a su perro que a su hermano o hermana homosexual”.

Aunque los autores nombrados se refieren a la sociedad estadounidense, bien podríamos transpolar estas posturas a nuestro país en cuanto a lo que ha estado circulando desde determinados medios de comunicación autóctonos que tratan la aprobación del cambio del código civil. Como decía anteriormente, tanto las editoriales del diario La Nación como algunos pocos periodistas (por ejemplo, Feinmann) sólo hacen existir a una forma ideal de familia y excluyen a todas las otras.

En el punto 13, Conclusiones, del capitulo lV El niño homosexual, en la literatura y fuera de ella, Ángel Sahuquillo redactó: “La homosexualidad puede ser vivida como “gloria bendita” cuando nadie interfiere. Lo más común es, sin embargo, que la vivencia que el niño tiene de su homosexualidad sea mediatizada y que la primera información que le llegue al niño de lo que es la homosexualidad sea en forma de insulto. Antes, incluso, de que el niño tenga una conciencia clara de qué es lo que siente. El infierno que muchos niños han vivido, y que algunos aún viven, a causa de su homosexualidad es un infierno construido. Un infierno socialmente construido. Construido en nombre de Dios, construido en nombre de la moral, construido en nombre de “nuestra cultura” o en nombre de la sociedad… construido incluso en nombre de “la ciencia”. Las excusas no faltan. Excusas que hacen que muchos niños vivan en un infierno mientras se afirma que es para protegerlos” (Buxán, 1997 p. 120).

Parafraseando a María Elena Walsh, ¿estamos viviendo en el mundo del revés? Lo fundamental aquí es que pensemos en proteger a las niñas y a los niños que ya son parte o formarán parte de las familias homoparentales argentinas: no les hagamos vivir en un infierno, no construyamos socialmente ese infierno tan pesado de atravesar negándoles un soporte jurídico. Hablemos en primera persona, háganse cargo los que construyen la discriminación en contra de los niños y no tomen prestadas las palabras anacrónicas de la ciencia (que por otro lado avanza a pasos acelerados) antigua, la iglesia, doctrinas en fin constituidas también socialmente como grandes Otros incuestionables.

La desigualdad es una máquina que crea síntomas en los sujetos, no así la igualdad, el amor y el deseo, que están dentro del orden de la salud. La desunión, el odio, el obstaculizar que el semejante intente alcanzar su felicidad, obstruyen la construcción del bienestar de otros, sobre todo de las niñas y de los niños. Crear otros nombres, otras leyes y no legitimar los mismos derechos son acciones que siguen produciendo discriminación y efectos nocivos en las subjetividades de las personas LGBT.

Aquí va la tercera cita: la “matriz excluyente mediante la cual se forman los sujetos requiere pues la producción simultánea de una esfera de seres abyectos, de aquellos que no son “sujetos”, pero que forman el exterior constitutivo del campo de los sujetos. Lo abyecto designa aquí precisamente aquellas zonas “invisibles”, “inhabitables” de la vida social que, sin embargo, están densamente pobladas por quienes no gozan de la jerarquía de los sujetos, pero cuya condición de vivir bajo el signo de lo “invisible” es necesaria para circunscribir la esfera de los sujetos” (Butler, 2005 pp. 19-20).  Y en la nota 2 de las mismas pp. Judith aclara: “La abyección (en latín, ab-jectio) implica literalmente la acción de arrojar fuera, desechar, excluir y, por lo tanto, supone y produce un terreno de acción desde el cual se establece la diferencia. … Lo que sostengo es que, dentro de la socialidad hay ciertas zonas abyectas que también suponen esta amenaza y que constituyen zonas de inhabitabilidad que el sujeto, en su fantasía, supone amenazadoras para su propia integridad…”.

Si alguien se siente amenazado que trabaje dicha amenaza y que no la proyecte a su exterior amenazando al prójimo. La ley a aprobarse es necesaria para visibilizar, subjetivizar, respaldar a todas las personas que configuran y configurarán una familia diversa. No tenemos que permitir, como sociedad, la existencia de abyectos, de objetos que sólo pueden habitar en los márgenes de las subjetividades.

El estar dentro de una ley igualitaria les brindará salud a los sujetos LGBT puesto que saldrán de la marginalidad, de la no nominación o de una nominación alternativa (por ejemplo, “unidos civilmente”), pues esto último es lo que posiciona a los LGBT como diferentes, y no sus orientaciones sexuales ni sus identidades de género contranormativas.

La modificación del código civil, la incorporación de la palabra “contrayentes” en lugar de “hombre” y “mujer”, no hará que las personas heterosexuales pierdan ese beneficio exclusivo del cual gozan hasta ahora, ni obligará a contraer matrimonio a todas las parejas de lesbianas y gays que existen, pero por lo menos van a tener, estas últimas, la opción de hacerlo o no. O sea, si bien las parejas de lesbianas y gays son cada vez más duraderas, esta ley tampoco las obligará a casarse, como sí pasó en el pasado con muchos de estos individuos pero con personas del otro sexo, aún sin desearlo, por seguir mandatos morales y verse obligados a constituir una “familia tradicional” para poder cumplir con el Otro y en muchos casos hasta para sobrevivir.

En los debates por el matrimonio igualitario quedaron expuestas sin velo muchas voces: por un lado las que ayer estaban calladas, las de personas anteriormente tapadas por miedo a ser discriminadas y que últimamente se han sumado a la causa rompiendo sus silencios y, por otro, las de personas que con el disfraz de lo políticamente correcto (“yo acepto a los homosexuales, pero…”, expresan) de todos modos muestran sus posturas con discursos medievales, ignorantes, aberrantes, que designan a los que para ellos son aberrantes, cuando lo aberrante justamente es la permanencia de seres homofóbicos y sus discursos expresados con total impunidad.

La aprobación de la modificación del código civil en cuanto al matrimonio validará el afecto, el amor, los derechos entre las parejas de personas del mismo sexo.

También permitirá que se corte con el ciclo del esconderse en el placard ya que los hijos de padres homosexuales sabrán la verdad, no se les mentirá en cuanto a la orientación sexual de sus cuidadores responsables.

Sólo así además los discursos de los sujetos LGBT, como anticipaba hace unos años en una entrevista la psicoanalista francesa Élisabeth Roudinesco, se banalizarán, es decir, sus contenidos evidenciarán que tendrán los mismos problemas y las mismas alegrías que las personas heterosexuales.

Para concluir, me dirijo a los señores senadores y senadoras compatriotas: no se paren en la vereda de la hipocresía, no usen a sus cientos o miles de “amigos” por facebook sólo para sus votos, voten ustedes en el día de la fecha a favor de la modificación de esta ley porque... ¿Se preguntaron acaso cuántos de esos contactos virtuales que suman son de personas lesbianas o gays? ¿Y cuántos de sus familiares, amigos y conocidos reales lo son? ¿Se pueden poner en su lugar? ¿Pueden imaginarse lo que sienten esas personas cuando los escuchan a ustedes, negándoles derechos básicos que harán a su felicidad? ¿Y qué creen que sienten los niños y adolescentes que hoy en día ya forman parte de familias homoparentales?

Dependerá de ustedes redimir, reparar algo de la abyección que se le adjudicó siempre a la gente LGBT, algo del daño sufrido en carne propia por los mismos que hoy en día o en el futuro cercano podrían ser parte de las familias de ustedes, senadores de Argentina.

Bibliografía:
Bersani, Leo (1999) ¿El recto es una tumba?, Córdoba, Argentina, Cuadernos de Litoral, Edelp, pp. 27-28.
Butler, Judith (2005), Cuerpos que importan: sobre lo límites materiales y discursivos del “sexo”, 1ª ed. 1ª reimp., Buenos Aires, Paidós , pp. 19-20.
Buxán, Xosé M. (comp.) (1997), conCIENCIA DE UN SINGULAR DESEO, España, Laertes, S. A. de Ediciones, p. 120.

Exitosa proyección de filme con la presencia de Alejandro Viedma

El pasado 26 de junio en el CIPSBA casi cincuenta personas participaron de Domingos de Superfricción en donde se propuso intercambiar opiniones y sentires entre las/os concurrentes a la actividad. A pesar de la tarde lluviosa y de frío, la gente se acercó hasta el centro de Buenos Aires para compartir una jornada de cine-debate en torno a la película española Cachorro. El debate posterior a la proyección fue coordinado por el lic. Alejandro Viedma y entre los presentes en la sala colmada se encontraban María Rachid (presidenta de la Federación Argentina LGBT), varios militantes de la diversidad sexual y algunos de sus familiares, pareja o amigos.

Alejandro Viedma agradeció por la invitación y ponderó la iniciativa. Luego se dirigió a la platea: “antes de compartir algunas ideas que entran dentro del universo multi diverso de temas que propone este film y respecto de éste, ¿qué sintieron?, ¿qué les generó esta película?”. Después recorrió algunos ítems que extrajo de Cachorro y los relacionó con ciertos aspectos de su experiencia profesional:

- En principio, fue Silvia Bleichmar quien retomó la noción de cachorro, continuando con la idea freudiana de desamparo/indefensión estructural (a partir del alumbramiento) en lo humano. En “paradojas de la sexualidad masculina” (Paidós, 2006), Bleichmar habla de la prematuración de la cría humana y aclara: “…en la infancia lo traumático… es la desprotección a la cual el niño puede quedar librado”.

- Por otro lado, recuerdo que en la materia Antropología del CBC de Psicología y leyendo a Levi-Strauss, me encontré con el concepto de “Avunculado (del latín avunculus, tío materno), que es una costumbre que aparece en sociedades donde el hermano de la madre ocupa un lugar de privilegio en el sistema de parentesco o en la crianza de los hijos” (fuente: Wikipedia). El hermano de la madre es la persona que ejerce el tipo de autoridad masculina que en otros sistemas recae sobre el padre, pues es el ascendiente varón más cercano del hijo.

- Además, en las historias de vida de pacientes que aún no son padres y en los integrantes de los grupos de reflexión para varones gay que coordino, suelo escuchar el lugar significativo que le adjudican a sus sobrinos.

- Si continuamos etiquetando a las familias homoparentales, tipos de familias con la sexualidad de ambos padres o madres encabezando la nomenclatura, ¿se trataría, entre este tío y su sobrino, de la construcción de una familia homo-monoparental? ¿De una familia “homoavuncular”?

- No tenemos que dejar afuera a las familias que no entran dentro de las convencionales en la diversidad sexual, es decir, por ejemplo en la lucha actual por la modificación de la ley de matrimonio en pos de la igualdad –a la cual todos los presentes adherimos-, se habla de las parejas del mismo sexo y tal vez no subrayamos el hecho real de que también existen otros tipos de configuraciones familiares (distintas a las compuestas por el encabezamiento de dos padres o dos madres) que tampoco encajan en ese esquema (homoparental), como las personas que crían solas a niñxs. Entonces, ¿cómo estarán protegidas legalmente las familias que quedarán por fuera de la ley matrimonial y todo lo que ella implica?

- En Cachorro se muestra una muy buena dinámica entre tío y sobrino, lo cual es lo más relevante dentro de un núcleo familiar, más allá de su estructura. No hay que olvidar que las funciones paterna y materna no se sueldan a un sexo biológico, género o elección de objeto determinados, es decir, no porque un papá sea anatómicamente un varón (y encima heterosexual) de por sí ya cumpliría la función paterna. En Cachorro el tío gay (fuera del clóset) de Bernardo encarna esa función sin ser él padre biológico. También puede cubrir la función materna, por ejemplo, una mujer trans, una travesti o una abuela, siempre desde el amor y los límites.

- Desde esta perspectiva, en mi práctica clínica puedo escuchar en varios de mis pacientes el dato de que sus padres (“mamá y papá” heterosexuales) no cumplieron su función materna o paterna (más bien hicieron estragos en sus hijos), como en otros casos sí lo hicieron.

- Cuando oímos a gente que opina “todo niño necesita de un padre y de una madre”, le tendremos que retrucar: un niño necesita amor, y en su vida -por los lugares que transite- encontrará modelos identificatorios varios, donde el rol femenino puede estar cubierto por una maestra, la niñera (la canguro y/o la madre de esta, en el caso de Bernardo), sus compañeras de colegio, y donde el rol masculino lo portarán y donarán otros docentes, compañeros, vecinos, primos, etc.

- Otro punto importante: en algunas escenas del film (interacción grupo de osos-Pedro) se refleja la importancia del grupo de amigos o de pertenencia de una persona gay (o lesbiana), grupo que muchas veces actúa como red sustituta de una familia. Un amigo le aconseja a Pedro: “llama a un abogado”; otro habla con una amiga docente para que Bernardo vaya al colegio en donde enseña aquella; amigos que se ponen a disposición, ayudan y contienen.

- En cuanto a Bernardo, es un niño que habla, que dice cosas fundamentales y sólo su tío (no así los grandes Otros, como por ejemplo los que encarnan lo jurídico y lo institucional) lo escucha en su deseo de elección de convivir con él y no con su abuela paterna. Los otros adultos que rodean a Bernardo no tienen en cuenta los momentos traumáticos que sufrió el niño, niño que queda desprotegido por su madre y posteriormente es arrancado de su tío, quien se había hecho responsable del chico.

- Si de derechos se trata “el eje debe estar puesto en el niño” (frase muy utilizada en estos días), deberíamos tener más en cuenta al menor en la singularidad de su deseo, volcado vía su línea corporal (porque el soma habitualmente expresa malestares a través de síntomas), vincular y discursiva. En este sentido el psicoanálisis también está atravesando un tiempo donde se encuentra revisando algunas de sus posiciones frente a la diversidad sexual y la(s) familia(s).

            

Cine-debate el sábado 26 de junio, film Cachorro

Domingos de Superfricción presenta "Cachorro".
La actividad está patrocinada por el portal de noticias AGMagazine y por el CIPSBA.

Además, contaremos con la presencia del licenciado Alejandro Viedma para debatir sobre familias homoparentales.



La entrada es libre y gratuita. 


PUERTA ABIERTA, JOVENES POR LA DIVERSIDAD Y SIGLA CONVOCAN A UNA JORNADA PARA COMPARTIR VIVENCIAS DE LESBIANAS Y GAYS

La Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina (SIGLA), Puerta Abierta (perteneciente a la Federación Argentina LGBT) y Jóvenes Por la Diversidad realizarán un encuentro denominado “Compartiendo Vivencias de Lesbianas y Gays” el próximo sábado 29 de Mayo de 17:30 a 20 horas en la sede de la Secretaría de Desarrollo Social del Municipio de Morón, sita en la Calle Nuestra Señora del Buen Viaje 968, frente a la Plaza Morón, lado sur.

La Jornada tiene por objetivo establecer intercambios de experiencias entre estas tres organizaciones y ser un espacio de reflexión y debate entre las personas que concurran al evento.

La actividad cobra especial relevancia dado que será un momento importante de articulación entre tres organizaciones que vienen desarrollando desde hace varios años acciones que tienen por objetivo generar espacios de intercambio, reflexión y debate entre personas lesbianas y gays.

Entrada libre y gratuita.

Activistas por los derechos de las personas LGBT se expresaron en contra de la homofobia en la Legislatura porteña

En ocasión del Día Internacional contra la Homofobia, el lunes 17 de mayo de 2010 se organizó en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires una sesión especial en la que fueron invitadas personas comprometidas con diversos temas sociales a ocupar una banca en el recinto.

La sesión fue presidida por las presidentas de las Comisiones de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud, y de Derechos Humanos, Diana Maffía y Gabriela Alegre, respectivamente. Cada invitada/o dispuso de algunos minutos para hablar de su experiencia como grupo y expresar sus demandas al poder legislativo.

A continuación, las palabras que pronunciara el lic. Alejandro Viedma:

En primer lugar, desde la organización Puerta Abierta, integrante de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), queremos agradecer la invitación a esta Sesión Simbólica.

Consideramos pertinente nuestra participación puesto que siendo un equipo de profesionales de la salud mental, trabajamos básicamente con lo simbólico: a través de nuestra escucha somos receptores de los discursos de nuestros pacientes y de las vivencias que comparten los concurrentes a los grupos de reflexión para lesbianas y gays que coordinamos. De tal modo, no solo estas personas se subjetivizan e historizan vía palabra, sino que nos transmiten cuáles son los efectos de las palabras de terceros en sus vidas, en sus cotidianidades y en sus cuerpos.

Desde nuestra experiencia, sostenemos que aún en el 2010 muchos de los sujetos LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans) presentan problemas psíquicos y físicos producto de la discriminación que sufren en los distintos espacios que ocupan y por los cuales transitan, ya que las opiniones de muchos individuos en nuestro país siguen siendo peyorativas y/o a modo de insultos respecto de las orientaciones sexuales e identidades de género contranormativas.

En este sentido, la lic. Graciela Balestra, directora de Puerta Abierta, habla de una hipótesis: las personas LGBT principalmente las que están dentro del placard) se enferman más –que no es lo mismo que decir “son (más) enfermas”- que las heterosexuales. Es por ello que en los últimos años estamos llevando adelante una investigación cuyos primeros datos arrojados corroboran dicha suposición.

Creemos que la violencia simbólica que se imparte en lo socio cultural contra los sujetos LGBT es una de las principales causantes de su malestar. En los últimos meses en relación a la modificación de la ley de matrimonio y aunque los medios de comunicación estén más “gay-friendly”, o al menos se refieran al tema de una forma políticamente correcta, también oímos declaraciones -por parte de invitados o conductores de algunos programas de tv- que denigran a las personas LGBT, ejemplo de ello son las comparaciones de las parejas del mismo sexo que desean casarse, con animales o con el incesto o con las poli relaciones.

Como terapeutas continuamos escuchando las dificultades de cada sujeto para vivir libremente su "gaycidad". Muchos de los sujetos LGBT hacen del consultorio de su psicólogo/a el único espacio en donde su sexualidad es decible, de hecho muchos analizantes aún no compartieron con nadie de su entorno su sexualidad, lo cual se da sobre todo en los rangos etáreos más vulnerables, constituidos por los más jóvenes y los adultos mayores, y muchos siguen internalizando la homofobia silenciando, mintiendo, escondiéndose, aislándose, por experimentar miedo y vergüenza.

En nuestra experiencia clínica se ilumina un punto, y es que sólo como excepción recibimos algún caso de un consultante que tenga conflictos internos específicamente por su homosexualidad (sobre todo al comienzo de su proceso del coming out) y quiera cambiarla -cosa imposible porque no hay nada en esta orientación sexual para corregir, curar o revertir-, por lo tanto nuestro primer reclamo y pedido que expresamos al poder legislativo de la Ciudad Autónoma de Bs. As. es que repudiemos y demandemos colectivamente a los que ofrecen terapias conversivas/reparativas. Sí en la absoluta mayoría de los casos, los conflictos emergen cuando las personas LGBT tienen que expresar en lo social su modo singular de sexualidad, pues se enfrentan con la presión y la amenaza del afuera para que vivan “enclosetados” o "placarizados", lo que con el tiempo les resulta insoportable.

Algo obvio pero no por eso menos verdadero es que las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans no presentarían homofobia internalizada, no internalizarían la homofobia sin la existencia previa de la homofobia social. Mientras no combatamos la homofobia social no romperemos con el circuito de introyección y reproducción de la homofobia.

Por eso la segunda de las demandas que traemos es que el contenido de los mensajes vertidos desde los medios de comunicación sea controlado adecuadamente. Consideramos que la libertad de expresión no significa decir cualquier cosa ni ofender, herir, juzgar al otro desde un lugar de superioridad que posiciona al sujeto LGBT como objeto o como un ser diferente, enfermo o degenerado, por no tener una sexualidad hegemónica.

Además, otra demanda y estrategia fundamental sugerida por nosotros, es que se trabaje la homofobia desde la base, desde la educación, desde los primeros años de los niños en las escuelas, porque desde allí se cimientan los prejuicios. Entonces, si no se respeta la diversidad en general y no se implementa correctamente el concepto de diversidad sexual en particular (primeramente en las instituciones educativas y luego en las demás instituciones sociales como por ejemplo las del área laboral), nunca se podrá modificar y erradicar la desigualdad de derechos y oportunidades.

Para finalizar, en ocasión del Día Internacional contra la homo/lesbo/bi/transfobia yo, Alejandro Viedma, renuevo mi compromiso con estos temas sociales tratando de promover salud, sin olvidar que se cumple y celebramos hoy un vigésimo aniversario, ya que se ha instituido el 17 de mayo como "Día de Lucha Contra la Discriminación por Orientación Sexual o Identidad de Género", coincidiendo con la fecha en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) suprimió la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales del DSMlV, en el año 1990, y además recordando el mismo hito pero por parte de la Asociación de Psiquiatras Americana (APA), que tuvo lugar en el año 1973.