Lic. Alejandro Viedma - CV resumido

Alejandro Viedma nació en Buenos Aires en 1973. Es Licenciado en Psicología, egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), psicoanalista, coordinador de grupos LGBTQ+, supervisor de terapeutas y escritor. Profesional y activista independiente. Coautor, junto a Verónica Dema, del libro “#LESRARES. Relatos de Diversidad Sexual” (1a ed. 2018, Milena Caserola) y autor del libro “Amores di Versos. (De)construcción del Deseo” (2020, M. C.). Realizó diversos postgrados, seminarios y cursos en instituciones y hospitales porteños, entre otros, en temas como Clínica Psicoanalítica, Acompañamiento Terapéutico, Recursos Técnicos para la Coordinación de Grupos, Supervisiones clínicas, Familias, Co-visión en Terapia Vincular, Género y Diversidad Sexual. Disertó en múltiples congresos, facultades, simposios, foros, organizaciones, encuentros, jornadas, Ferias del libro, Centros Culturales y conferencias en la Ciudad Autónoma de Bs. As., en ciudades del interior de la Argentina, en Bogotá y Medellín (Colombia), en Tel Aviv (Israel) y en Barcelona (España). Tuvo participaciones en programas de televisión y radio, y colaboraciones en diarios. Es convocado como colaborador docente, tutor de tesis y prologuista de libros. Brinda asesoramiento y talleres en instituciones educativas y empresas. Fue distinguido con reconocimientos varios. Escribió en diferentes medios gráficos y portales de distintos países. 

Ig: @aleviedmapsi

Alejandro Viedma - Entrevista en Todo para Vos

Abajo encontrarán la linda entrevista que me realizó Guillermina Lanfranco para el programa de TV "Todo para vos", conducido por Ivana Rotelli desde Río Cuarto, Córdoba, Argentina.
Muchas gracias! 
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Andrea Echeverri, de Aterciopelados, habló de rock, diversidad, Shakira y feminismos

La líder de esta banda icónica del rock alternativo colombiana habló días antes de presentarse en Buenos Aires. Por Verónica Dema para OHLALÁ!, 21 de enero de 2023.

 

Andrea, una rockera empoderada. PH: Juan Andrés Moreno


Andrea Echeverri, la voz líder del grupo colombiano Aterciopelados, la del Bolero falaz, tema que conocemos todos, llega de nuevo a Argentina. Dará un show en Buenos Aires el 5 de febrero próximo y, en las vísperas, conversamos con ella, una “florecita rockera” que es un símbolo de las mujeres empoderadas de nuestra época.  

 

De rock, feminismos, diversidades y hasta de Shakira habló Andrea, una cantante que admiramos por su potencia, su coherencia. Aterciopelados, la banda de rock alternativo que comanda junto al bajista Héctor Buitrago, ya celebra sus 30 años de arte. "Mi música es un ejercicio de encontrarse y construirse a uno mismo", dice en esta entrevista que da cuenta de los conceptos que la atraviesan como artista y como persona.


- ¿Cómo sentís que aportás con tu música al empoderamiento de mujeres y diversidades/disidencias?  

-Aterciopelados tiene un repertorio de empoderamiento femenino extenso. Hay canciones como “Cosita seria” o “Florecita rockera” que pueden ser los orígenes del mito (se ríe). Además, yo tengo mi disco solista “Ruiseñora” que está lleno de energía feminista, allí hay una canción que escribí, “Florence”, que está dedicada a Florence Thomas, que es una escritora y psicóloga colombofrancesa y mi canción está inspirada en su libro Conversaciones con Violeta: historia de una revolución inacabada. Y últimamente también tengo muchas canciones que hablan de desafiar al estereotipo, entonces desde Mira la esencia, no las apariencias (“El estuche”), pasando por otras más nuevas como “Cuerpo” o “Piernas” del disco “Claroscura”, hasta “Antidiva” de nuestro disco nuevo “Tropiplop”, creo que hay muchas canciones de poder femenino, por eso muchas chicas se dicen florecitas rockeras, ya es un clásico.   

Y eso es de lo que soy consciente, porque yo como mujer, cómo vivo, cómo percibo, me siento violentada. Por eso están esas tres canciones nuevas y antiviolación de ese proyecto hermoso que se llamó “Ovarios Calvarios”, mi exposición de cerámica conectada con las víctimas de violencia sexual y con el deseo de que esa realidad cambie.    

 

-¿La empatía con las diversidades, por qué creés que se da? 

-Muchos de mis fans son gays o lesbianas, no entiendo bien por qué, pero muchas personas me han dicho que nuestra honestidad, nuestro desapego por lo establecido hacen que de alguna manera simbolicemos una actitud de libertad, de búsqueda de identidad sin preconcepciones y prejuicios, sino más bien como un ejercicio de encontrarse y construirse a uno mismo.   

 

-¿Te sentís parte de una generación de músicas colombianas o tu encuentro artístico con otrxs no tiene tanto que ver con tu lugar de procedencia? 

-Las chicas de mi generación éramos muy pocas, sí estaba Julieta Venegas de México, con quien giré varias veces… Pero en los 90s la escena era muy masculina, tal vez a diferencia de Argentina, donde hubo más músicas, como María Gabriela Epumer. Ahora hay muchas más chicas y yo tengo conexión personal con algunas compatriotas como, por ejemplo, la Muchacha Isabel o Las Áñez.    

 

- Sobre el último tema de Shakira y lo que generó: ¿qué opinión tenés? 

-Yo de Shakira no me entero mucho, no estoy pendiente de las noticias, de lo que está de moda, aunque en la mesa la gente comenta y uno se entera, pero no estoy muy al tanto… Sí tengo un comentario en general, para mí personalmente parte de ser feminista siempre ha sido rechazar el estereotipo y el cuerpo patriarcal; parte de mi revolución y mi reivindicación es decir: ‘Yo no pertenezco a ese estereotipo, pero amo mi cuerpo’. Eso lo menciono muchas veces en muchas canciones y para mí es importante, pues me ponen muy nerviosa las chicas que danzan con poca ropa, nunca me gustaron y ahora menos. Desde siempre sentí que había que subirse a un escenario desde otro lugar y que aquello era parte del patriarcado, entonces para mí es muy difícil ahora que casi todo el mundo está en esa misma estética de la poca ropa. No voy con eso.    

 

-¿Hay inspiraciones y aspiraciones nuevas en tus nuevas canciones respecto de las de anteriores discos? 

-En nuestras composiciones nuevas hay muchos temas que ya habíamos tratado, que intentamos profundizar o que tengan una nueva óptica. Los temas son como lo que tú vas viviendo. Entonces, hay temas que nos acompañan desde el comienzo y temas nuevos, por ejemplo, yo en algún momento escribí No dañaré mi silueta con un bebé, y después tengo todo un disco (“Andrea Echeverri 1”) que habla de la llegada de mi primera hija. Así que la realidad misma te va llevando por otros caminos. Y tenemos canciones que a mí me encantan, porque son el retrato de lo que es mi sensibilidad y la de Héctor (Buitrago, su coequiper): de volvernos viejos, canciones que son ejemplo de nuevos temas, de derivados de lo que te va pasando en la vida, que es volverse viejo en esta sociedad hipersexualizada y joven. Además, tenemos una canción que se llama “Haters”, que habla de la tecnología, de las redes, de esos espacios anónimos, peligrosísimos, donde la gente es tóxica, critica y echa veneno. Por otro lado, en una parte “Disoñada” dice Soy un producto, estoy a la venta, que es una crítica a lo que se ha vuelto la música, de lo fácil que es conseguirla, de lo desechable que es, de lo difícil que es ahora, porque la gente tiene acceso a tanta música que ya casi ni la aprecia, eso es lo que yo siento. Otra canción del último disco es “Amo de casa”, está chévere porque habla con humor de las nuevas masculinidades, del hombre feminista, de la expansión del rol.   

 

-¿Cómo creés que se cruzan el rock y los feminismos? 

-El rock y los feminismos se cruzan en “Florecita rockera” (se ríe). Rock para mí nunca ha sido vestirse de negro o de cuero o un sonido fuerte, sino ser lo que yo soy y defender eso, defenderlo duro.    

 

-¿Cuál es la relación de Aterciopelados con Argentina? ¿Qué significa para vos volver a tocar en Buenos Aires?  

-Argentina para nosotros es muy especial. En particular, me nutrí mucho con el rock argentino, así que me siento muy cercana a la música de allá, tengo una conexión muy profunda musicalmente hablando, pues yo era muy fan de Soda y escuché mucho Cerati, Sui Géneris, Serú Girán, Charly, Baglietto, Spinetta, León Gieco… Y tengo amigos preciosos como Alejandro Viedma y Carolina Taborda, que llevan tanto tiempo acompañándote que se vuelven tus apoyos y tus razones, porque esta es una profesión difícil, llena de competencia y a veces que algunas personas te digan: “Vas bien, me gusta lo que haces, te quiero”, son cosas muy importantes y muy lindas. También hicimos en Buenos Aires el video increíble de nuestra versión aterciopelada de “En la ciudad de la furia”, con Agustín Núñez. También soy cercana a Kevin Johansen, me encanta su música y él como persona. Y ahora con lo de “Gracias Totales” de Soda, conocí una gente lindísima, como Richard Coleman o Benito Cerati. Además, hice una linda canción (“Pangolín”) con Manuel Onis. Así que estamos muy felices de volver por allá otra vez.   


Para tomar nota: Aterciopelados se presentará en Groove el domingo 5 de febrero, entradas en este link:   

https://www.passline.com/eventos/aterciopelados-en-groove 


Link permanente: https://www.somosohlala.com/liderazgo/diversidad/andrea-echeverri-de-aterciopelados-hablo-de-rock-diversidad-shakira-y-feminismos-nid21012023


Prólogo de "Papá Sirena", libro de Sebastián Caldubehere

Les comparto el prólogo que escribí para el libro Papá Sirena, de Sebastián Caldubehere.


Gracias Sebastián, queride autor de este librazo, por haberme regalado el privilegio de leer tus textos en sus procesos, gracias por editar un libro que abrazará a muches en un tiempo donde es preciso volver al contacto humanamente resiliente.



CANTOS DE AMOR 


Prólogo por Alejandro Viedma*

 

“Qué suerte que viniste,

justo te necesitaba.

Qué suerte que viniste,

tenemos tanto para hablar.

(…) Qué suerte que viniste,

ahora entiendo tantas cosas que antes no veía.

(…) No ves que ahora estoy más cerca de tu amor.

Que suerte que viniste —Celeste Carballo

 

 

“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla”, escribió Gabriel García Márquez. 

 

El camino de vida de Sebastián Caldubehere y su forma de escribir, de relatar (que sorprende gratamente) se relacionan con el concepto de historizar, que es similar a aquella frase de Márquez, porque implica dar relevancia tanto a la experiencia vivida como a la percepción que se tiene del pasado en un momento determinado. O sea que se convoca a construir la historia desde la actualidad. Así, en la historización se trata de resignificar, de levantar recuerdos reprimidos, de remarcar esa extraña y misteriosa selección que unx (o su mente, o su sistema inconsciente-consciente) hace para que ciertos eventos sean “elegidos” y otros descartados. También y sobre todo para les adolescentes, tiene que ver con lo identitario, y más si pensamos en una biografía como la de Nahuel y todo lo que tuvo que atravesar en su niñez. 

 

Papá Sirena es un libro de microrelatos, es el armado de recuerdos entrelazados de Sebastián y Nahuel. Es lo escondido que sale del armario. Está atravesado por la subjetividad de su autor, quien se rearma en sentidos nuevos que emanan más seguridades. Se lee y se percibe un lazo invisible entre hijo-padre-abuelo, en especial con cosas que no se han hablado, un entramado en las historias con similitudes, con reflejos especulares.  

 

Esta obra tierna y sincera provocará a sus lectores emociones hasta las lágrimas, sonrisas y placer. Pues se respiran cuidados conforme pasan las hojas. Ejemplo de ello es cuando Sebastián narra su intención de no lastimar a sus padres, o cuando menciona situaciones dolorosas alrededor de virus como el VIH o el COVID, o cómo se las tuvo que arreglar conforme pudo ante el ataque de “machitos homoodiantes" en grupo, o hasta cómo dejó atrás esa desventaja violenta para cimentar una entrañable amistad con su amigo Marco. En todos estos temas, relatos e imágenes, lxs lectores se sentirán interpeladxs y con ansias de releer lo volcado por Sebas con honestidad fina y brutal al mismo tiempo.  

 

En esta obra cohabitan cuestiones varias que encantan: las metáforas atinadas, la rememoración de instantes clave (como la respuesta que le dio la seño Gladis al Sebastián niño), los remates en los finales de los capítulos y cómo Sebas resalta la importancia de los cuentos en su vida, ya sea de chico con sus amigos, los que le transmitió su abuelo, etc.  

 

Se sigue un hilo conductor en las páginas de este libro, el de los vínculos en la vida de Sebastián y, por otro lado, lo lúdico ahí atravesando y poniendo condimento lindo, colorido y sabroso a lo vital, como en algunos toques de humor.  

 

Hay tramos movilizadores, que hacen imposible que esta historia entre padre e hijo no toquen el cuore, como por ejemplo cuando Sebastián cuenta en detalle todo lo de la previa y el momento de adoptar. 

 

Enfocándome en eso, mientras leía los envíos que me mandaba Sebas y aguardando más material, volví a revisar de dónde viene el vocablo adoptar. Su etimología me gusta porque va de la mano de todo este deseo de él desde hace mucho: adoptar significa desear o elegir a alguien para vincularlo a sí mismo. Hermoso anhelo y más cuando se lo baja a lo concreto y se lo comparte a corazón descubierto en las páginas de un libro que puede animar a otres. 

 

En la base de la parentalidad -en este caso, del lado de Sebastián- tiene que haber amor, ganas (de educar, de aprender, de ayudar), es una gran responsabilidad asumida, un acto jurídico llevado a cabo por un adulto a un menor. Considero además que este libro remarca el verbo "ahijar", el cual refiere a criar, a construir lazos afectivos, de filiación, que no es más ni menos que integrar, unir. Y eso no depende de la biología, de lo consanguíneo. Y por añadidura se cumple un derecho fundamental de Nahu, el de tener una familia.  

 

Lo que no falta en este libro son los nutrientes vitales, esos intercambios de sentimientos entre Sebastián y su amado hijo, esa conexión de almas que ya no se ocultan. Quizá esa sea la senda para transformar lo doloroso en algo maravilloso, y el arte y la cultura son vehículos para ello. Esta obra además es reparadora de injusticias y deviene en un bien común, puesto que la memoria compartida también es útil para el instante presente y para proyectar en soledad y/o colectivamente. Quiero decir, estos dos seres humanos a través de sus testimonios de vivencias removidas son y nos hacen testigos de esta época de la humanidad herida. Mediante silencios, elipsis, frases de canciones y palabras justas de voces protagonistas en primera persona en busca de la (de)construcción de sus identidades, Sebastián y Nahuel brindan sus párrafos para muchas lecturas y sin dudas crearán una red más grande y afectivamente necesaria para todes, lo cual conlleva un compromiso vivo plasmado en más de una causa, y es en este punto donde me pregunto si este libro podría constituir una micromilitancia o es y será un conjunto de intersecciones de miradas que se resumen en inevitables macromilitancias, en el sentido de los aportes de todo esto que, al expulsar varios conceptos sociales preestablecidos y negativos, es más que literatura.  

 

Sebastián nos permite deambular por paisajes geográficos y musicales locales y extranjeros, dejando un legado personal y familiar donde el saber, el escoger los detalles y la letra destierran las persistencias de angustias en pos de un mundo más verdadero, alegre, amoroso y menos heteronormado. En esa transmisión Sebas afirma a Nahu y se afirma a él mismo, no casualmente el término sirena comienza con si; si-rena como ser no convencional, un padre que puede maternar, porque las parentalidades se tratan de funciones y no de sexos.  

 

Las Sirenas viven en el mar y son en-cantadoras. Sebastián Caldubehere revela desde el comienzo en su libro lo que para él representa el mar y encanta con su talento plumífero y su cantar paterno.  

 

 

*Alejandro Viedma es licenciado en Psicología (UBA), psicoanalista, coordinador de grupos LGBTQ+, escritor y supervisor de terapeutas. Instagram @aleviedmapsi 



Contacto con el autor: sebastiancaldubehere@gmail.com (Email)

Instagram: @sebastiancaldubehere 


Acompañaré a Sebas y Nahu en las presentaciones de Papá Sirena:

-Viernes 19/11 Monte Hermoso

-Domingo 21/11 Bahía Blanca

“Amores di Versos”, comentario de Eusebio F.

¡Gracias a les que me envían sus devoluciones de las lecturas de Amores di Versos! Esta me impresionó porque, por un lado resalta casi a modo de resumen, las cuestiones comunes que fui recibiendo de lectores y, por otro, me sorprendió el final... Obviamente no puse su nombre real y completo. Hoy abrazo especialmente a cada persona que aún en 2021 no puede vivir feliz, digna y libremente. ¡Amor es amor!


Ante todo, “Amores di Versos. (De)construcción del Deseo” es un hermoso y disfrutable libro, una gran obra poética y de arte. Es un ramillete de textos llenos de palabras con sentimientos, emociones, pasión, erotismo con una prosa profunda y placentera que aplaude el amor en las diversidades. Alejandro Viedma demuestra tener un estilo propio, una estética particular y un coraje que hace volar mentes e imaginaciones como para seguir aprendiendo sobre sexualidad y desde su sensibilidad, ternura, romanticismo y ese dolor que tornó en orgullo. Eso genera deseos, ansias y ganas de leer más de este psicólogo-escritor y querer que nazca su tercer “hijo”. Mi frase favorita del libro es “Deconstruir es liberarse de rigideces que atan”, porque si de eso no se trata la vida, ¿de qué? También confieso que lloré y reí con varios extractos, como por ejemplo en la conmovedora Carta a su niñe interior o en “Sí, quiero agradecerte” y en “Soy”.

Gracias y felicitaciones A. V., me encantó tu libro, sos un genio.

Pd: Mis disculpas que no pueda mandarte una foto de mí con el libro, soy de esas personas que aún está en el closet, pero tu escritura me hace menos pesada la soledad.

Un abrazo, 

Eusebio.


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