Charla Construyendo Familias

El Centro de Iniciativas y Políticas del Socialismo para Buenos Aires
tiene el agrado de invitar a la Mesa:
“Construyendo Familias”.


El eje de la actividad será poner en relieve los cambios y avances que se vienen produciendo en la(s) familia(s) en las últimas décadas. Apuesta a un proyecto basado en el afecto y el respeto a las diferencias. ¿Cómo impacta la diversidad sexual en la institución familiar? Un debate que hace falta hoy: los nuevos ordenamientos que atraviesan a la sociedad argentina.

Disertarán:
Martín Lanfranco- Coordinador del Área Jóvenes de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA)
• Eva Rotenberg- Psicoanalista y especialista en niños, adolescentes, familia y adopción, co-compiladora del libro “Homoparentalidades. Nuevas familias”
• Marlene Wayar- Activista Trans

Coordina: Alejandro Viedma- Lic. en psicología y coordinador de grupos.

Lugar: CIPSBA. Perú 89 6º piso
Fecha: Lunes 25 de agosto -19.30 horas
Entrada libre y gratuita

Chicas Trans: mucha tela para seguir cortando

Columnas 03-07-2008, AG Magazine, portal de noticias declarado "De Interés Municipal" por el Concejo de la ciudad de Rosario por su trabajo en favor de la difusión de la temática LGBT.

Por Alejandro Viedma | Un posible modo de articulación entre los más recientes avances del colectivo trans argentino, como consecuencia de no haber retrocedido ante su deseo.

…matar simbólicamente a aquel que se ha sido para que de ese modo se distinga lo dado de la niñez de lo conquistado de la madurez.” –Pierre Rey-

En el último bimestre estuvieron circulando varias noticias en la prensa nacional acerca de los novísimos emprendimientos y logros del colectivo de travestis, transexuales y transgéneros. Resumidamente, a continuación hago un racconto de dichos sucesos:

El día 15 de mayo del presente año el Concejo Deliberante de La Matanza (provincia de Buenos Aires) aprobó que los hospitales públicos de dicho municipio llamen a las personas trans por el nombre –femenino- que eligieron, es decir, por su nombre de identidad de género y no por el que (aún, hasta el momento) figura en su DNI. Diana Sacayán, integrante del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL), fue una de las protagonistas y luchadoras para que esta medida empezara a implementarse.
Casi un mes después, Marcela Romero, presidenta de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA) y coordinadora general de la Red LacTrans, y luego de diez años de infatigables reclamos, logró que el Juzgado Número 2 de San Martín (provincia de Buenos Aires) aprobara la documentación para el cambio de nombre de la mencionada activista y se rectificara su partida de nacimiento.
El jueves 19 de junio se hizo la presentación del segundo número de la revista “El Teje”, hecha por travestis y transexuales argentinas, en el Centro Cultural Rojas, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La directora de esta publicación es la activista Marlene Wayar. El primer ejemplar de “El teje” había salido a la luz en noviembre de 2007.
Exactamente una semana después, la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti-Transexual (ALLIT), cuya presidenta es Lohana Berkins, inauguró la primera cooperativa de trabajo integrada por travestis y transexuales del planeta que se dedicará a la producción textil, básicamente de sábanas y ropas blancas. El nombre elegido de dicha cooperativa es “Nadia Echazú”, una travesti de Salta fallecida en 2004, y quien durante años luchó por los derechos de las personas trans.

Siguiendo -y estando atento a- estos datos, a mí me atrae pensar que estas personas, activistas trans, pudieron capitalizar sus deseos en lo legal, en lo social, en lo cultural y en lo amoroso, justamente los campos en donde, históricamente, más se las ha marginado.

El novelista Pierre Rey, en su genial obra “Una temporada con Lacan”, dice: “No es gran cosa lo que se elige. Ni el momento de nacer, ni el nombre que llevamos, ni el color de los ojos ni aquellos que más tarde nos herirán por haberlos amado”. Contrariamente a su postura, las chicas trans desafían y esquivan ciertas elecciones del Otro y se responsabilizan por las propias. Ellas sortean esos primeros nombramientos.

Inscriben, estampan sus nombres elegidos, adquiridos, su letra, sus ideas, sus sentimientos en una red más real, visibilizando la trama tácita. Tejen descubriendo velos para que esos nombres, esas redacciones abandonen la clandestinidad, para que los significantes que las a-traviesa-n dejen de resultar vergonzosos, esclavizados-esclavizantes.

Producen y trabajan con telas. La tela como género (femenino). Las sábanas para ser coherentes con su discurso político: las trans revelan que todxs somos seres sexuadxs, puesto que los cuerpos humanos, que hablan, laburan, se muestran y gozan, al mismo tiempo demuestran que el sexo es eros, pulsión de vida.

De tal manera las chicas “costureras” salen de la victimización desde lo grupal, desde el cooperativismo, la unión, la preocupación por que sus pares y ellas mismas tengan una mejor calidad de vida, se dignifiquen, transiten por la vida como sujetos que van a la vanguardia, que inauguran espacios y posiciones diversos en este mundo.

Sartre dijo que uno es lo que hace. Yo, siendo psicoanalista, agrego: uno es –también- lo que dice (y lo que calla, y lo que deja de hacer). Y con Lacan aprendimos que la ética tiene que ver con la realización del deseo, con no sucumbir, dar pasos atrás ante éste.

Entonces, pienso: ¡qué chicas tan éticas estas personas trans! Ellas van haciendo y diciendo, nombrándose, y sobre todo (trans) formando: sus cuerpos, su género, sus discursos, sus nombres, en fin, su posición subjetiva.

Mi idea fue hacer un pequeño escrito, un re-corte que valorice retazos de estas vidas de chicas que se re-nominan y cortan con cuestiones que antes era impensable que pudieran modificarse. En su andar, estas personas hilan fino, pedalean máquinas duras, manchan con tinta imborrable hojas para crear nuevos ciclos y lugares históricos. Por eso este pequeño homenaje a ellas, como forma de hermanarme en el sentido de plasmar mis ideas en palabras dichas y escritas, de intentar que todos y todas podamos diseñar y escribir una historia distinta a la pasada, ya con menos violencias.

Para terminar, estimadas Diana, Marcela, Marlene, Lohana, representantes de miles de compañeras trans, quería desearles que luego de tanto compromiso, tanta batalla -lo cual ha implicado/implica malestar, golpes, humillaciones, pero también reconocimiento, placer, orgullo- esta noche puedan relajarse y disfrutar de todo lo conseguido, conquistado.

Es por ello que me permito humildemente sugerirles un programa: cuando se vayan a descansar, antes de producir sus otros dulces sueños, encuéntrense con la delicia de envolverse en esas sábanas claras que confeccionan, releyendo la revista “El Teje” para pensar en próximos artículos y personas interesantes a entrevistar, mientras esperan a algún partenaire que las mime merecidamente.

Ah! Y luego de esos encuentros corporal y emocionalmente intensos y ya casi por dormirse para recargar pilas, energía para el próximo proyecto, miren de reojo a su mesita de luz y sonrían porque allí está (o estará en breve, en la mayoría de los casos) su DNI, el objeto real que enseña, concede y plasma todo lo que hicieron en su verdadero y único nombre de ahora en más: el de su persona resiliente, el de su deseo que, como tal, ha sostenido su (trans) misión, su transición, sus triunfos y que va por varios (deseos, proyectos, misiones, transiciones y conquistas) más!!



A. V. 

Reseña de la clase del Dr Millas del día 06-06-08, htal. Álvarez, donde tiene a su cargo el postgrado “Amor, saber y goce en las estructuras clínicas

Por: Lic Alejandro Viedma
El Dr Millas empezó diciendo que el acto analítico es lo que pone en juego o instaura la práctica analítica, la cual se inscribe bajo transferencia.
A la transferencia, desde Freud y Lacan, la entendemos como anudamiento de la dimensión epistémica (saber) y la libidinal, por lo que obtenemos el amor al saber.
El significante es “tocado” cuando se conecta con la interpretación analítica y se abre el espacio de suposición de que ese padecimiento, ese goce, tiene un sentido. Este efecto de verdad tiene su consistencia en tanto resuena en el goce del sujeto. El efecto de verdad no es lo mismo que “la verdad”; ese efecto del analista (la interpretación) produce una marca.
Entonces, el efecto de verdad está articulado a un goce y el sujeto otorga un consentimiento en “dejarse tocar”, esto sucede en la entrada a un análisis más allá de las intenciones del yo.
Existe una zona donde es necesaria la interpretación analítica para poner en juego la práctica, por ende, no es automática la entrada en un análisis.
La interpretación tiene un carácter intrusivo, irrumpe. Del lado del analista hay que meterse de un modo, no para donar sentido, sino para agujerear un sentido dado.
Admitir que hay un saber implica saber que hay un agujero, un vacío, lo que pone en juego el algoritmo de la transferencia.
El referente de esto es el objeto a y lo que le da consistencia es el efecto de goce que ha producido la interpretación. Dicha interpretación es diferente a la comunicación, a dar una explicación, a ofrecer una traducción del orden pregunta-respuesta. La interpretación analítica es esencialmente la puesta en juego de algo que no dona sentido y que tiene la particularidad de que no se sostiene en un saber establecido, por lo que no hablamos del orden de una técnica.
Desde la perspectiva del “último” Lacan, el analista se encontraría más del lado del artista, en el sentido que es alguien que tiene un saber hacer, es decir, no es el científico que puede operar sobre lo real, sino que posee un saber hacer artesanal, propio de él. Por lo anterior, la interpretación no se sostiene en un saber preestablecido, es más del orden del sin sentido que de la referencia a la realidad establecida.
Como cada caso es único, no hay anticipación en los efectos interpretativos, los mismos no son previsibles. A veces los efectos interpretativos se dan por un gesto, por una exclamación o por algo que decimos (los analistas) con otra intención. De esta manera, nuestra interpretación va a ser interpretada por el analizante.
Siguiendo estos lineamientos, Lacan dijo que no es importante si no ha sido nuestra intención o no recordamos lo que dijimos, sino que ello produjo efectos y hay que hacerse responsable de eso.
Pregunta de una compañera: Entonces, ¿de quién es la interpretación? Millas propone cambiar esa interrogación por ¿en nombre de quién se interpreta?: En la ciencia, en nombre de un saber establecido: el médico borra su enunciación y lo pone en “tales estudios dicen…”; en la religión, en nombre de Dios: alguien habla de su falta (el confesante) y el sacerdote le contesta “en nombre del padre yo te bendigo, rezá tantos padrenuestros, etc.”; en psicoanálisis no se interviene en nombre de Dios ni de un saber establecido, por lo que hablamos de una soledad en el acto analítico. Sí hay una responsabilidad del analista, que no interpreta en nombre de otro. Luego, las consecuencias dependerán de cada caso, lo que supone que no hay un saber que garantice nuestra intervención. En tanto la interpretación no es previsible, se interpreta desde un agujero en el saber. En síntesis, hablamos del acto de interpretar pues se hace sobre un punto de falta de saber.
La posición del analista implica saber que el Otro no existe, lo que está presente es el propio deseo de asumir ese acto, lo que nos recuerda que Lacan dijo que el analista no se autoriza más que de sí mismo. Y como no hay Otro que garantice su acto, tiene la responsabilidad de elaborar ese saber.
Para finalizar, TODA INTERPRETACIÓN ES UN ACTO DEL ANALISTA PORQUE SE ASUME UNA INTERPRETACIÓN. La interpretación es un DECIR DEL ANALISTA, por ello no hablamos del enunciado (“lo dicho”), sino del acto de decirlo. Y SÍ ES IMPREVISIBLE, INCALCULABLE EL EFECTO.
Por todo lo anterior, estamos en una ZONA COMPLEJA, INTERESANTE, PERO DIFERENTE A LA DE LA RELIGIÓN, LA CIENCIA, LA MAGIA, EL MISTERIO, LA SUGESTIÓN (que dura poco).