FAMILIARMENTE LGBT

Por: Lic. Alejandro Viedma

El psicoanálisis comparte con la antropología el no tomar por naturales u obvias las cuestiones que son instaladas como tales por una supuesta mayoría que no habilita para revalidar las teorías nacidas de ciertos mitos o conceptos rígidos.

Así como Lacan dio lugar a que se interrogue (pregunta freudiana, por otra parte) qué es ser una mujer, me permito pensar en la familia y el contexto actual: qué es una familia, qué características tiene que tener una familia para constituirse como tal, si hay un modelo familiar que predomina en estos tiempos de globalización y, más específicamente, cómo entender los grupos familiares que están compuestos por personas lesbianas, gays, bisexuales y/o trans (LGBT) que muchas veces no presentan lazos sanguineos, y cuáles son los efectos de estas situaciones en la sociedad argentina.

Trataré de recorrer estos interrogantes articulando con algo de mi experiencia como profesional de la salud.


Familias LGBT: existentes pero negadas

Hoy en día sólo como excepción tiene una cierta permanencia el matrimonio monógamo, heterosexual y con fin reproductivo.

Con este panorama, del lado de la sociedad, ¿no hay algo de pérdida de la realidad o negación de la misma? Digo, ¿por qué seguir pensando que esa familia “tradicional” es el objetivo ideal a seguir? ¿Por qué no darle la entidad que se merece a las “otras” familias, las cuales siempre existieron? ¿Por qué justamente allí donde sí hay una obviedad (es obvio que estas familias cobran vida) no se la reconoce?

Por un lado, sabemos que lo “tradicional” se refiere a una época pasada y, por otro, creo que “lo ideal” es inalcanzable.

Considero que hay que replantearse el concepto de mayoría, porque si reuniésemos a todas las familias que no serían las “tradicionales”, si juntáramos a todos los “grupos disidentes”, es decir, a las “otras” familias, las ensambladas, las de madres solteras, las de dos papás, las de dos mamás, las de madres trans, las de parejas que se juntan y alguno/a de ellos/as ya tiene un hijo con una pareja anterior, etc., obtendríamos un grupo ampliamente mayoritario.

Por eso debemos contextualizar los espacios geográficos y los momentos sociales, históricos, políticos, culturales, económicos, teóricos, etc.


Miedos ajenos y propios

Varios prejuicios se dirigen aún hacia (y dentro de) los sujetos LGBT, entre ellos uno de los más fuertes es: “te vas a quedar solo” (apoyado por la realidad, ya que en nuestro país casi no existe una ley que ampare a las familias homoparentales), no obstante, algo de ese prejuicio está perdiendo fuerza en el imaginario social, porque existen muchas personas lesbianas y gays que están compartiendo sus vidas en pareja hace muchos años y eso implica una historia y un proyectar de a dos.

Uno de esos proyectos puede ser convertirse en padres. Y los prejuicios que circulan en la sociedad también son introyectados en las parejas de lesbianas y gays.

El discurso expresado y escuchado que contiene el miedo más común de estas personas es: “yo no adoptaría porque la sociedad no está preparada para esto”, o “no quiero que el niño salga dañado, por ejemplo en su colegio, por tener dos papás o dos mamás”.

Me parece que muchas veces nos quedamos en ese miedo paralizante por no actuar. Y lo principal en estos casos es empezar por uno, por lo que se puede hacer previamente, recorriendo caminos posibles hasta concretar el hecho: informándose, reuniéndose con otras personas que hayan pasado por la misma situación, acercándose a profesionales, para luego estar preparado para afrontar el “afuera”.

Por ejemplo, cuando se hace real el deseo de construir una familia homoparental que incluye un hijo (o más), es importante acercarse al colegio donde acudirá ese/a niño/a para informar, “educar”, darles tiempo a las autoridades y docentes de ese establecimiento para que lean material pertinente, etc.

La construcción implica sumatoria, algo que se edifica, armado de. Y armar una familia “no convencional” ya rompe con lo que circula socio culturalmente, el: “a la familia no se la elige, te tocó eso”, puesto que si hablamos de elegir, introducimos la dimensión del deseo y de la decisión responsable de esa elección y de ir preparándonos para la realización de ese deseo de construir una familia “diversa”.

Lo anteriormente mencionado se relaciona con el verbo adoptar, el cual proviene del latín: “Ad optare”, y significa desear, elegir lo que se quiere.

En mi experiencia dentro de los grupos de reflexión para varones gays que coordino puedo dar cuenta de este panorama, relacionando la teoría con la práctica misma: por ejemplo, hay dos hombres que adoptaron como solteros, hay otro miembro que hizo la unión civil con su pareja, hay un papá de un hijo gay, abuelos gays, padres gays que tienen hijos/as de matrimonios anteriores y en la actualidad conviven con alguien de su mismo sexo, etc.


¿Cuáles son los datos que emanan de los principales estudios en familias homoparentales?

La mayoría de las investigaciones hechas en el mundo acerca del desarrollo de niños y niñas (algunas de dichas investigaciones incluyen a adolescentes) criados/as en familias homoparentales se realizaron en Europa, los Estados Unidos y Canadá.

Los datos informan que no hay diferencias significativas entre tales niños/as y los/las criados/as por padres heterosexuales en cuanto a su desarrollo socio afectivo.

Los estudios revelan que los/las niños/niñas criados/as en familias homoparentales no resultan homosexuales más frecuentemente que los/las criados/as por padres heterosexuales.

Igualmente, si fuese así no sería un problema, considero que ya en la base de esa hipótesis a constatar o refutar hay algo prejuicioso, ya que se supondría que la homosexualidad es contagiosa donde implícita o explícitamente continúa el concepto de enfermedad; pero al menos los resultados descartan una de las ideas más comunes del imaginario colectivo basada en la ignorancia.


Lo que hace a una familia

Lo que mejor define a una familia son los lazos afectivos (corrientes amorosas y agresivas) que se constituyen y vehiculizan dentro de la misma.

En ese sentido, no considero que la consanguinidad, lo genético, la filiación sean los únicos rasgos excluyentes que deberían estar presentes en un grupo familiar y, al mismo tiempo, se amplía una posible definición de las familias.

En palabras de Gilbert Herdt y Bruce Koff en su libro “Gestión familiar de la homosexualidad”: “La familia es plural porque se trata de una forma de parentesco, y el parentesco es un sistema de relaciones sociales arbitrario sin relación directa con la consanguinidad ni con la filiación. El parentesco existe solamente en la conciencia de las personas y es una convención social, un lenguaje, un sistema de representaciones. El parentesco no es una relación física o biológica: el parentesco es una relación social”.

Es por ello que me permito pensar en otras formas de familiaridad dentro del colectivo LGBT, como la que conforman los amigos o la solidaridad como elemento emergente en períodos críticos de las personas.

Ejemplo de ello puede ser lo que ocurre dentro del hospital Muñiz (según me comentó la presidenta de ATTTA, Marcela Romero), sobre todo entre personas trans y gays que conviven con el VIH/SIDA: hay muchos gays que no son visitados y en períodos terminales son las chicas trans las que los cuidan, los asean, les dan de comer, los acompañan.

Respecto a ellas, en el momento que hay una información oficial de que están muy graves, se llama a sus familias –que en general viven en el norte argentino- para transmitirle dicha noticia, y lo que ocurre –también en general- es que la respuesta del otro lado del teléfono es: “esa persona hace rato dejó de ser parte de esta familia”. Entonces, tras las expulsiones, los “asesinatos” de las personas trans por sus familias “naturales”, muchas chicas cumplen ese mandato por poseer una cantidad relevante de pulsión de muerte. No por casualidad el promedio de vida de las chicas trans en Argentina es de 25 a 35 años.

También podría pensarse que ciertas redes hacen las veces de familias, como por ejemplo, grupos de pertenencia, donde se construye un espacio que la sociedad obtura. De hecho, me sentí muy reconfortado cuando recibí un mail de un integrante de uno de los grupos que coordino, que decía: “Querido Ale, me alegra mucho que hayan ingresado a nuestro grupo dos personas nuevas, se nota que la familia se sigue ampliando… Carlos”.


Por la legitimación de lo familiarmente diverso

El término delirio proviene de una metáfora de labriego de la antigua Roma. Así lo explica Pierre Rey en su novela “Una temporada con Lacan”: “Lira, el surco. Cuando un campesino se distraía detrás de su arado, apartándose inadvertidamente del surco, los demás, para avisarle, le gritaban: De lira! Te sales del surco. Cuando irradia su propia energía, toda creación se sitúa necesariamente fuera del surco, porque la creación sólo puede proceder del delirio”.

En tal sentido, las “nuevas” creaciones familiares se salen del surco, de lo establecido, no obstante desde lo social no se las debe meter en la bolsa de lo raro, de lo enfermizo y no se debe analogar lo que sale de la norma con lo que transgrede la ley, la salud, y para ello hay que seguir luchando para legitimizar los derechos de todos y todas, creando y afianzando, haciendo cumplir nuevas leyes.

Tengo la idea que la ley y el afecto se retroalimentan, cada aspecto actúa como soporte del otro.

Es el respeto, el amor, el compromiso lo que construye y legitima una familia y, a su vez, la ley debe anidar, respaldar esos lazos. Sobre todo para los menores, a los cuales hay que proteger, acompañar, ayudar, en lugar de señalar, estigmatizar, apartar.

Para finalizar, creo que en este tema sería importante recusar la terminología negativa, que sigue haciendo oir ciertas palabras estigmatizantes como: patología, lo (no) natural, mayoría, perversión, etc., avaladas por mitos, informaciones con bases falsas, rigideces, y que hace que siga reproducéndose la discriminación, en pos de valorizar lo positivo, lo que circula en lo que existe: dentro de la diversidad de manifestaciones familiares en este mundo plural y atractivo en lo relacional, apuntar al reconocimiento de la singularidad, de la subjetividad de cada quien, a la responsabilidad, al deseo, a la capacidad de una persona para ser padre o madre -más allá de su orientación o identidad sexual-, y al amor, lo cual no significa “dar todo”, sino lo necesario y suficiente con límites.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Alejandro:
Me levanté y me puse a leer tu nota tranquila, me gustó mucho y sentí que me llegaba desde los afectos. Tenés un "tono", un "acorde", una "onda" para escribir que la siento como muy apropiada para plantear las cosas que planteas. Me quedé pensado en el origen de la regulación del incesto y de las familias que identificó Levi-Strauss, señala que se produce en el intercambio, me parece que con varias vueltas de tuerca todavía puede servir para pensar qué es lo que une a las familias y pensar en que es una forma de intercambiar afectos, cuidados, amores, sexo... El intercambio, Potlach en esta bibliografia, nos puede hacer pensar algunas cosas para enfatizar la importancia de familias ¿no patriarcales? Tu trabajo además me hizo pensar en las relaciones entre psicologia y antropologia... Realmente la familia nuclear paradigmática no se constituyó en tal "naturalmente", muy por el contrario es producto del disciplinamiento, del colonialismo, del accionar genocida hacia los pueblos originarios... (hablo de esto porque es lo que he estudiado). Históricamente la antropología trató de comprender a las organizaciones familiares y parentales pero nunca se comprometió en el respeto de la diversidad. Como todos los pueblos originarios de América fueron sometidos a la pobreza, la diferencia siempre fue sinónimo de subalternidad... Siempre se "ayudó" a los pobres y se les impuso la cultura dominante. Ojo que yo no tengo una visión idílica de la familia indígena ni del lugar de las mujeres en ella..., digo que "la familia" es una imposición de un sistema patriarcal capitalista que organizó de esta manera a los estados modernos. Me parece que las nuevas organizaciones familiares interpelan la normatividad impuesta y que tanto la antropología como la psicología han estado mirando la complejidad de la familia a lo largo de la historia (estoy pensado en los trabajos de Lacan / Levi-Strauss). Aclaro que no se nada de Lacan pero se que le dio importancia al tío materno y su autoridad...
Un beso y gracias por compartir, Graciela H., Bahía Blanca.

Anónimo dijo...

Querido Ale,
creo que tu escrito es hermoso y que abre horizontes, presenta la diversidad de las manifestaciones familiares y está muy bueno para abrir un debate. Creo por otra parte que luego de tomar conciencia de un mundo relacional tan diverso y atractivo, quedaría pendiente el hacerse la pregunta por la identidad de la familia más allá del género y que seguramente será fuente del debate posterior. Es decir, analizar cómo la familia va desplazándose desde los géneros hacia los sujetos, donde verdaderamente hace el anclaje el vínculo familiar. Además, otra cosa interesante, sería pensar en el lugar de las relaciones sexuales en la familia... pues ¿habría diferencias o no entre un grupo de amigos y una familia? En fin, cosas que yo mismo me pregunto sin respuesta aún. Un abrazo y muchísima suerte. Rober, desde la ciudad de Mendoza.

Anónimo dijo...

Cómo estás Ale?
Tu escrito tiene de todo, me encanta. Me encantó lo de familias existentes, pero negadas, ya que antes de conocer Puerta A., yo no sabía que existían en este país familias homoparentales. También si juntamos todas las minorías somos mayoria, dando cuenta de que somos mucho más que dos, cuando un prejuicio pierde fuerza. Donde habla de estudios de familias homoparentales, creo que nos dice algo de nuestros prejuicios también: “no se asusten, miren que flias homoparentales, no producen niños homosexuales, eh". Me parece brillante “lo que hace a una familia", los lazos afectivos, la forma de parentesco más allá de los genes, que incluye la amistad, la solidaridad del hospital Muñiz. Ale lo tuyo me encantó. Creo que también tendrías que estar en otras conferencias expresando la experiencia de los grupos de reflexión que coordinas, ya que ahí, los que participamos cada semana de los mismos, tenemos un lugar que la sociedad no nos da. Tenes cada vez más sabiduría, se te nota también en tus intervenciones de los jueves, sobre todo en estos últimos, estuviste brillante. Besotes, Diego S.

Anónimo dijo...

Un beso grande querido Ale: con tanto gusto leo cada artículo que me mandas!
Todavía recuerdo cuando nos conocimos que no te decidías si entrar en este universo tan interno. Ahora tu estilo, tus contenidos han transitado por mucho y han evolucionado altísimamente, es impresionante la facilidad con la que trasmitis tus ideas, me encanta!!!
El artículo es muy interesante!! Hay unas ideas que me despertaron curiosidad, la relación que establecés entre las travestis y la puslión de muerte, me imagino que hay muchísimo para pensar ahí. Y esa relación de soporte que sostenés entre el afecto y la ley, me encantaría que me la expliques!! Entiendo que la diversidad está en el foco del asunto, y me parece que trasciende la esfera de la familia para atravesar hacia la singularidad individual montada, sostenida y sujetada por el deseo, sin el cual este delirio del que hablas y la construcción serían imposibles. Gracias por mantenerme informada y al tanto de cuestiones que son importantes y a la vez porque cada uno está enfrascado, así que me sacás un poco del propio.
Lo que circula en una familia es un tema fantástico, el psicoanálisis dice mucho, tal como vos ponés en el artículo, en relación al deseo y la ley, pero también hay otros costados, a mí me parece que en muchos casos uno ve que la familia no impulsa la diversidad, sino más bien vínculos endogámicos, es un gran tema. Un beso enorme. Espero la próxima entrega Sabina A.

Anónimo dijo...

Qué bueno, Ale, volví a leer tu nota y me gustó aún más,
me dio la sensación que vas haciendo una deconstrucción
y luego volvés a construir. Como armar y desarmar. Está bueno el título "Familiarmente LGBT", las cuatro partes en que dividís la nota,
qué bueno eso del discurso introyectado, cómo bajás
de la teoría a la práctica en las experiencias de los grupos,
cómo incluís a las chicas trans, y ampliás el concepto de
familia al colectivo , como instás a la acción... No se, pienso en hacerte alguna crítica constructiva, algo que te sirva, pero me encantó todo! Jejeje. Gracias y felicitacines! Un abrazo. Frannnn. pd: qué lindo el mensaje de Carlos sobre que
se agrandó la familia!

Anónimo dijo...

Hola Ale,
Leí tu texto 'Construyendo familias', muy interesante. Nos estamos viendo... Saludos, Gustavo G.

Anónimo dijo...

Ale, tu artículo me gustó mucho porque si bien está muy clara tu posición como psicoanalista, creo que lo podría leer y entender cualquier persona, esté o no en el ámbito “psi”.
Cada vez estás más suelto en tu escritura y en las charlas que das! Besote. D. A.

Anónimo dijo...

Hola Ale! Una alegría leerte! Leí tu nota y muy bien. Me hizo pensar cosas. Por ejemplo, lo del no predominio de las formas tradicionales de la familia, en términos de cantidad. Y que lo "tradicional" pertenece al pasado. Es decir, falto de ajuste con nuevas realidades del presente. Bien! También, la actitud activa de padres
gay respecto de informar y desmitificar
cuestiones en los ámbitos que frecuentará
y en los cuales crecerá su hijo/a. Luego, los afectos. Me gustó que
pusieras el acento ahí. Y que
las leyes deben tutelar a las
personas, sus derechos,
sin acarrear prejuicios
antiguos y tradicionales. Muy bien, Ale. Me gustó mucho
el punto de varias situaciones
que hiciste. Abrazo grande! Horacio.

Anónimo dijo...

Me encantó...........

Alejandra A V

Anónimo dijo...

Querido Alejandro,
Muchas gracias por compartir este articulo. Hemos reproducido tu articulo en la portada principal de Enkidu Magazine:
http://www.enkidumagazine.com/
Saludos y abrazos solidarios
Lars.

Anónimo dijo...

Cómo estás?
Sigo leyendo tus notas, están muy buenas. Te mando un Abrazo. Pablo, Villa Maria, Córdoba.

Anónimo dijo...

TU ARTÍCULO ESTÁ BUENÍSIMO.
ME DEVOLVIÓ ALGO DE ESPERANZA, YA QUE CUANDO ME ASUMÍ GAY COMO QUE ASUMÍ AL MISMO TIEMPO QUE NO IBA A SER PADRE, Y AHORA SE ME ABRE DE NUEVO ESTA PERSPECTIVA.
GRACIAS.
GERMAN N

Romina dijo...

Hola Alejandro. En estos días leí tu trabajo sobre las familias homoparentales que está muy bueno! y justo la contingencia me llevó a leer un artículo de Nieves Soria que se llama: La segregación del Otro sexo. Ahí ella toma de Freud que la homosexualidad masculina no sólo no rompe con la estructura segregativa del grupo, sino que incluso es su sostén libidinal... También habla del rechazo estructural de lo femenino y del ¿qué quiere una mujer?, finalmente habla de la elección del sexo como algo siempre sintomático, en respuesta al 'no hay relación sexual'...
Volviendo al tema de tu trabajo... este año D Millas trabajará sobre 'el partenaire analista' lo cual da lugar a mucho... mi idea del trabajo del grupo es ver cómo maniobra el analista ante diferentes demandas: ya sea, en las diferentes estructuras, en casos de familia (donde podrías armar algo vos, con este planteo que haces desde el trabajo), y casos de toxicomanía: donde la droga es el partenaire del sujeto.... en fin, si te interesa avisame.
Saludos.
Romina C.