Paradojas del casamiento gay y la adopción


Por lic. Alejandro Viedma.

Algunas contradicciones generadas y escuchadas respecto del matrimonio de personas del mismo sexo en Argentina y las familias homoparentales.

Desde hace un mes a la fecha he estado escuchando ciertas cuestiones que ha generado la primera pareja gay que se casó en la ciudad de Buenos Aires, algunas similares y otras distintas a las de la primera pareja en casarse en Argentina, pero en la provincia de Tierra del Fuego. Lo positivo de esta polémica es el hecho de que ya se comparen las formas de mostrarse, exhibirse, hablar, manifestarse corporalmente y llevar adelante el matrimonio gay en nuestro país, eso denota que algo ya se inauguró, se convirtió en realidad autorizada por la justicia, una realidad que continúa creciendo, y se puede opinar libremente de esta manera de poner en discursos los actos amorosos de los contrayentes.

Por otro lado, constituye una paradoja el hecho de que una sociedad productora de clósets ubique públicamente en la palestra a parejas del mismo sexo que contraen matrimonio. Tanto en la primera como en la segunda ceremonia civil, alguno de los protagonistas (marido, activista amigo o representante de la ley que formó parte del enlace) puso en palabras un deseo: que próximamente una pareja construida por personas del mismo sexo que se case, pueda mantener en su privacidad dicha celebración, como cualquier pareja heterosexual, que no tiene encima y alrededor suya a los medios masivos de comunicación para cubrir el evento.

Ahora bien, si la heterosexualidad es pública, si su difusión no está coartada, ¿por qué la orientación homosexual y el amor que la enmarca deben ser privados, hay que guardárselo en la intimidad? Yo creo que el nombrar ese amor, el nominarlo, el publicarlo deberá ser una decisión elegida por los sujetos, y lo ideal sería que no sólo tengan que existir caminos extremos y dicotómicos, posibilidades polarizadas, encontradas: que las cámaras de televisión estén presentes o que se mantenga el casamiento en el más pulcro secreto, al punto de que no se pueda avisar a familiares y amigos.

Lo que decía dos párrafos arriba es lo siguiente: justamente el empujar a los sujetos a los clósets, a que no hablen sobre su “elección” de objeto homosexual, a que ni siquiera se muestren con sus partenaires amorosos, paradójicamente convida a que las personas lesbianas y/o gay involucradas luchen por tener el mismo derecho que el de una persona hetero a mentar su deseo y difundirlo.

Entonces, mientras el matrimonio gay sea algo novedoso y problemático, mientras siga activando tanto escozor, caminos sinuosos y “morbos granhermaneanos”, que una parte de la sociedad negadora de realidades soporte mirar por cadena nacional y se convierta en voyeur de lo que supuestamente no desea ver, que se aguante escuchar el amor profesado de un varón hacia otro varón, que sobrelleve la caricia lésbica que no es para calentar a machos, que digiera también esta sociedad ingresar en un área de igualdad y así dejar de poseer la superioridad por ser, los heterosexuales, los únicos ciudadanos con derechos plenos.

El casamiento gay también provoca y provocará preguntas que pueden y deben ser respondidas por los adultos: “mami, papi (en cada hogar), ¿ahora dos mujeres o dos hombres pueden casarse?”, o “señorita; profe (en las escuelas, en los colegios), ¿qué son las familias diversas?”, o “¿un nene puede tener dos papás o dos mamás?”. Para que esos niños crezcan saludablemente será necesario que dichos interrogantes formulados sean respondidos con veracidad, sin el agregado de contenidos prejuiciosos, homofóbicos o de una moralina dudosa.

Cada vez que se deslice y se interiorice el mandato represor, es como volver a foja cero, ya que a veces el camino hecho para salir del clóset social también presenta retrocesos, pues esa parte con doble moral de la sociedad argentina aún insiste en que se vuelva a los placares individuales.

Lo institucional es instituyente de una importante causa de ello, la raíz que empotra está en cada una de las instituciones heteronormativas (iglesia, Estado, entre otras), sobre todo la familia tradicional como obligatoria. A partir de ahí, de si cada institución produce homosexuales cien por ciento enclosetados o menos enclosetados, o de lesbianas y gays siempre y cuando no tengan los mismos derechos que los demás, se podrá inferir el grado de violencia moral que recibe cada sujeto y cada grupo.

Si bien parecen haberse aflojado algunos discursos contrarios virulentos, el tema urticante lo sigue constituyendo la adopción de hijos por homosexuales, acto, este último, que también permitirá que más familias homoparentales -de las que ya existen y nunca gozaron del soporte legal que debe proteger a las niñas y a los niños- puedan componerse con plenitud y dignidad. Muchas personas nos cansamos de oír “yo no estoy en contra de que se casen, de que tengan sus derechos, pero no estoy de acuerdo con que adopten”. Tal vez dicha manifestación represente un paso, pues antes sólo –y como mucho- se hablaba de unión civil; igualmente el matrimonio en sí ya habilita para la adopción, así que estar a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo pero en contra de la adopción, constituye en sí otra paradoja.

Además, ¿por qué privar a padres de participar de y festejar ese amor de un hijo con su pareja? ¿Por qué privar a los seres cercanos de ser tíos, abuelos, padrinos de niñas y niños que son hijas e hijos de una pareja lésbica o gay? Es sabido que los lazos familiares y amistosos son agentes de salud; todos sabemos cuánta felicidad aportan los nietos a los abuelos, los sobrinos a los tíos –y viceversa- y todo el postizaje que rondará celebrando el elegir querer agrandar una familia.

No hay mucho material en Argentina sobre “las nuevas formas de familias”, por lo cual es importante que de a poco los profesionales reproduzcamos algunas viñetas, que trabajemos con estos casos, que veamos qué diferencias y semejanzas se presentan en comparación con las familias tradicionales que perduran.

No existen modelos de familias homoparentales visibles en nuesto país, no hay gente famosa que cuente sobre la construcción de estas familias, sí existen en los Estados Unidos hace muchos años, por ejemplo, mujeres lesbianas exitosas como la actriz y conductora Ellen Degeneres o la cantante Melissa Etheridge, que hasta fue con su pareja e hijos tapas de revistas trascendentes.

“Siempre hay deseo de formar una familia”, dijo Élisabeth Roudinesco, y la capacidad de amar (que tiene que ver con la salud) de esos padres, es lo más importante.

Ya es hora de que se deje de subestimar a las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans (LGBT), sujetos que insisten, “vericuetean” las leyes añejas y atemporales, personas que son grandes estrategas para proteger a sus pares e impares.

Una noticia de último momento informa que por estos lares está por casarse la tercera (de una lista de casi setenta) pareja de homosexuales, pero ojalá llegue pronto el día en el cual las lesbianas y los gays de nuestra patria dejen de recurrir a amparos legales para contraer matrimonio, ojalá el slogan que siempre mantuvo la Federación Argentina de lesbianas, gays, bisexuales y trans (FALGBT), “los mismos derechos con los mismos nombres”, sea algo corriente para todas y todos en todos los ámbitos de esta nación, por lo cual es sumamente necesario que se apruebe próximamente en el Congreso la ley de matrimonio para personas del mismo sexo.

Entre otras cosas eso es lo que calmará el sufrimiento de muchísimos niños y niñas, porque para los chicos que viven en una familia homoparental, ese ambiente es una configuración naturalizada. Desde mi experiencia clínica con familias diversas, a los niños no les hace mal crecer y convivir con padres del mismo sexo, y sí no estar protegidos legalmente o ser discriminados por el contexto social, por las instituciones, como por ejemplo colegios religiosos que no les permiten su inscripción.

Qué paradójico, ¿no? Los que se obsesionan y se preocupan en demasía por cómo saldrán los hijos de una pareja homosexual, son los mismos que desestiman los estudios mundiales y los mismos y únicos que causan dolor y sufrimiento a esos niños discriminándolos, maltratándolos, desoyéndolos.

9 comentarios:

GusG dijo...

El artículo es una notable pintura de las muchas paradojas que plantea este tema – enhorabuena. En lo personal, me inclino hacia una ceremonia civil tranquila como la de cualquier unión hetero. No me cabe duda que la llegada de la nueva Ley de Matrimonio irá lentamente haciendo apuntar las cámaras de TV hacia otros escenarios....
Un abrazo Ale!

diego dijo...

Muy bueno Ale

Me pregunto si esta sociedad heterosexista, machista, sería suficiente para fabricar homosexuales enclosetados imposibilitados de ser gays o sea Sujetos jugados por su deseo, ¿cómo se hace para llegar a ser gay? Sería un logro.

Creo que como decís vos, la raíz, las causas están en cada institución, siendo la familia la más importante.

De ahí la diferencia ente una institución y otra si es violenta o no, si fabrica enclosetados o no, independientemente, mas allá de la sociedad heterosexista en que se viva.

Hasta pronto amigo,

Diego

chik-les dijo...

me gusto mucho lo que escribiste
yo estoy en la lista de espera con mi chica, no es lo ideal un amparo pero por ahora es lo que hay para sellar nuestro amor y compromiso de dos mujeres que comparten su vida hace cinco años y medio
te mando un cariño chik-les

LS dijo...

Bárbaro todo: las paradojas, la doble moral, por otra parte, el amor en relacion a la salud
Me hace pensar lo novedoso de estos últimos años; las grandes estrategias colectivas para encubrir la desigualdad y la discriminación, en la cual se hace mas dificil denunciar lo evidente. Como tu ejemplo "no estoy en contra de que se casen, pero no estoy de acuerdo con que adopten". Ya supone que padres gays no es algo saludable para ese niño.
Los discursos religiosos y pseudocientíficos están plagados de trampas, que vamos desarmando como en tu escrito, develando las paradojas y la doble moral.

Anónimo dijo...

que padre el casamiento de dos lesbianas en buenos aires
méxico y argentina hermanados

Norma dijo...

Hola Alejandro trabajo como webmaster en varias paginas de la comunidad y a veces he escrito notas sobre genero y diversidad por eso siempre me interesa leerte ya que el enfoque que haces sobre algunos temas son realmente interesantes y coinciden con muchos de mis puntos de vistas. Considero un elogio que hayas visitado mi blog. Sigamos en contacto obviamente, la mejor onda para vos!! Besotes!!
Norma J X

Alan Afuera dijo...

Realidad: La ley argentina no contempla el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Entonces pregunto si no seria mas justo luchar por una ley en el congreso...

Slds

Alan

Marina de México dijo...

Mi querido Ale:

Leí tu blog y como sabemos, en TODOS lados se cuecen habas, es decir, tanto aquí en México como en latinoamérica, Estados Unidos incluso, sigue siendo tema que causa ESCOZOR como bien dices lo de la homoparentalidad y la legalización de matrimonios del mismo sexo con derecho a adoptar.

Sabes?, recién hablé con mi hermana, ella está en USA, se casó con un gringo y aparentemente están muy felices. Te comento esto porque, relacionado con tu artículo sobre la paradoja que surje al hablar de que se busca "el bien superior del menor" y por eso se quieren OPONER a legislar sobre los derechos de los homosexuales a formar familia, mi hermana me soltó un rollo de que cómo es posible que haga pasar a los nenes por tanto dolor, que se pregunta si no era mejor que continuara con el cabrón padre de los nenes, que ella "desearía ayudarme" ($) pero que no PUEDE separar una cosa de otra, que piensa que si me ayuda, estará FACILITANDO las cosas para que pueda estar con mi mujer y que ESO sí que sería CATASTRÓFICO!!... En verdad me DUELE esa actitud Ale, en ella yo tuve un apoyo cuando salí del clóset... A ella se lo dije primero, incluso ella me acompañó al DF a conocer a mi mujer (pues nos conocimos por internet), me apoyaba en un principio como no tienes una idea y DE REPENTE, CERO APOYO, y no hablo de lana, sino de amistad, de freternidad, de empatía, de comprensión y no de juicio y ataque... DUELE mucho el desprecio, la indiferencia, es increíble cómo pueden ser tan insensibles y dejarme a LA BUENA DE DIOS q porque YO ME LO BUSQUÉ, que seguramente DIOS QUIERE q me vaya así de mal para que ENTIENDA y agarre la onda...????
Yo le pedí en esta ocasión que hablé con ella que fuera mi socia en un negocio... Le expliqué que no era una dádiva sino un NEGOCIO, que le devolvería cada quinto invertido con UTILIDAD pensando en que finalmente me lograría estabilizar económicamente... Ya te dije lo que me respondió, NADIE TE PUSO UNA PISTOLA EN LA CABEZA para que HICIERAS LO QUE HICISTE... en pocas palabras... tengo cómo ayudarte, pero como me sigue costando asimilar que YA NO ERES LA DE ANTES... pues NI MODO! QUE DIOS TE AYUDE!!!
Bueno, y qué, no se les ocurre pensar que si son mi familia DIRECTA, DIOS no los está considerando a ELLOS precisamente como los principales APOYOS????
AAAAAAAYYYY!!! qué impotencia ALE, siento como si verdaderamente estuviera haciendo algo mal, o TODO mal... No veo manera de visualizar un mejor panorama, sé que por ahora me ofusco ante la poca claridad q tengo en frente, sólo espero que me alcance la salud para SER mejor y HACER por mis hijos LO MEJOR (amarlos claro) y finalmente, TENER un equilibrio y una paz inquebrantables ante su rechazo.

Ay mi amigo, me extendí demasiado. Ahora sí que fluyó la escritura, cuídate y te leo pronto!

Un abrazo y mis mejores deseos p tí =)

Marina!

María dijo...

Genial!!!

Se lo pasamos a los Senadores.

Beso

María