“Fui homofóbico aún siendo gay”

Publicado el por  para Boquitas Pintadas, blog de lanacion.com

Leonardo es un exintegrante del grupo de reflexión para varones gay que coordina el lic. Alejandro Viedma en la Asociación Civil Puerta Abierta. Leo envió a Boquitas pintadas el texto que viene a continuación como testimonio de su paso por ese espacio y de cómo ese lugar lo ayudó a resolver cuestiones internas que cuando ingresó al grupo ni siquiera tenía conscientes.
 
Uno de los aspectos a destacar es que Leo reconoce que, si bien se había reconocido a sí mismo como homosexual, jamás se incluía en el ambiente gay, ni en marchas del orgullo, ni iba a boliches, pubs, ni participaba de páginas de encuentros. “No me gustaba nada de eso, era muy prejuicioso, sin poder ser consciente de ello”, dice en un tramo de su escrito. “Se trataba de mi homofobia inconsciente, internalizada. Por ejemplo, pensaba que la Marcha del Orgullo Gay era un circo, no daba cuenta del objetivo político sobre la lucha por los derechos LGTB que la Marcha conlleva. Además tenía el típico desprecio por lo femenino en el hombre y la sobrevaloración por lo masculino, en realidad, se trataba del desprecio a mí mismo”.
 
Sus creencias homofóbicas pese a ser gay. Esa es una de las cuestiones que más tuvo que desandar en el grupo de reflexión que lo cobijó desde 2007.
 
Vale la pena acercar una definición. “La homofobia internalizada es la creencia consciente o inconsciente que tienen algunas personas gay y lesbianas de que los prejuicios, estereotipos y mitos sobre los homosexuales son ciertos. En otras palabras, son sentimientos negativos que sienten hacia sí mismas por su homosexualidad. La homofobia internalizada se refleja con complejo de inferioridad, sentimientos de vergüenza y culpa, baja autoestima y conductas autodestructivas”. (Un artículo para conocer más sobre homofobia)

Mi experiencia con mi querido grupo
Por Leo
 


 
Marcha Del Orgullo LGBTIQ (Lesbianas Gays Bisexuales Trans Intersex Queer) de Buenos Aires, año 2013; Fotos: A. V.
 
 
En una etapa un poco difícil de mi vida respecto de mi sexualidad, busqué hasta que encontré este hermoso grupo. Cuando digo difícil con respecto a mi sexualidad, no me refiero a mi orientación sexual, ya que yo ya estaba asumido como gay, sin embargo, me llegué a preguntar ¿y ahora qué hago con esto, con lo que siento?
 
Mi familia, mis amigos heterosexuales me conocen, sabían de mi orientación, lo que notaba era que no tenía amigos ni compañeros gays para compartir entre pares lo que me sucedía.
 
En resumen, jamás me incluía en el ambiente gay, ni marchas del orgullo, ni boliches, ni pubs, ni páginas de encuentros. No me gustaba nada de eso, era muy prejuicioso, sin poder ser consciente de ello, se trataba de mi homofobia inconsciente, internalizada, por ejemplo, pensaba que la Marcha del Orgullo Gay era un circo, no daba cuenta del objetivo político sobre la lucha por los derechos LGTB que la Marcha conlleva. Además tenía el típico desprecio por lo femenino en el hombre y la sobrevaloración por lo masculino, en realidad se trataba del desprecio a mí mismo. Tampoco estaba de acuerdo que dos papás o dos mamás adopten niños, pensaba que podía ser perjudicial para la salud de estos últimos por la discriminación. Ni siquiera sabía que existían las familias homoparentales. En fin, una lluvia de creencias homofóbicas que me perjudicaban, que hacían sentirme aislado, como sapo de otro pozo, hasta el año 2007, cuando conocí el grupo de reflexión.
 
Pensar que en siete años cambió tanto la concepción de las personas LGBT a partir de la Ley de Matrimonio Igualitario y la de Identidad de Género… Sin embargo, faltan años para que estas leyes se interioricen en cada sujeto, familia; la homofobia social todavía existe, como por ejemplo en las escuelas: el bullying por homofobia es un problema grave que se tiene que poner en evidencia.
 
Tengo que aceptar que, aunque sin darme cuenta, fui parte de los prejuicios y estereotipos socioculturales, pero por suerte, puedo hablar en pasado ya que tanto por mi estimado grupo y por el Lic. Alejandro Viedma, cambié.

Lic. Alejandro Viedma, coordinador del grupo de reflexión para varones gay.
 
Mis modificaciones tuvieron lugar por los intercambios con ellos, los cuestionamientos de muchos mitos homofóbicos y compartir sucesos, sentimientos sobre el amor, la amistad y conformación de una red entre pares, charlas sobre cómo afrontar su salida del clóset en el trabajo, debates desde las vivencias personales en torno al sexo, la sexualidad, las familias diversas, los derechos LGTB, etc. Y recién ahí hice un insight, un “ahora me doy cuenta de cómo mis pensamientos prejuiciosos me limitaban” en mi desarrollo personal, la manera de vincularme con los demás, por ende en mi sentimiento de bienestar.
 
Por otra parte, en los boliches o páginas de encuentro, siempre noté un lado frívolo y es algo que no comparto, la alienación a la imagen, el divismo narcisista hasta ahora me aburre mucho, pero la diferencia es que antes tomaba la parte por el todo, generalizaba, y después me dí cuenta que los gays no somos todos iguales, ni tampoco tenemos la misma actitud en todos los lugares, al igual que el resto de los seres humanos.
 
Tal es así que escucho a amigas quejarse, después de ir a bailar dicen: “¡Los tipos están todos tomados, lo único que quieren es echarse un polvo!”. Noto que acá está también la queja por la frivolidad o por lo efímero de lo exclusivamente sexual. Otros amigos heteros comentan también: “Las minas están muy lanzadas, hasta se pelean entre ellas para ver quién se lleva al más fachero!”. Pareciera que la complicación histérica está en todos lados, jaja. Entonces, el lado frívolo está en todos los ámbitos independientemente de la orientación sexual.
 
No obstante, se puede salir de ese boliche o de lo virtual con alguien y te encontrás con el otro aspecto de esa persona, como cuando encontré a este grupo. Muchos vamos a bailar o usamos las páginas virtuales, sin embargo, en el grupo pensamos, intercambiamos, nos reímos, profundizamos, nos divertimos, nos respetamos, descubrimos otras miradas y opiniones, otros discursos y, a partir de allí, de ese recorrido, pude habilitarme a tener una vida más amplia donde otras puertas se me abren y nuevos vínculos se constituyen.
 
Gracias, querido Alejandro, y a todo el grupo porque se derrumba ese muro prejuicioso que construí. Ahora puedo mirar desde otro lugar, de una manera menos totalizadora, ahora lo que internalizo y trato de entender es la diversidad misma.
 
Mil gracias y cariños a todxs.
 
Leo.


 
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Alejandro, me gustaría interiorizarme un poco acerca del grupo de reflexión para varones gay, y ver si es posible participar de él, ver cómo me siento, si mi aporte sirve al grupo y viceversa. Tengo 38 años y hace unos 3 o 4 años que entendí cabalmente que me gustaban los hombres, y poco a poco he ido haciendo mi camino al respecto. Intercambiar opiniones con otros pares, hablar de la vida, del amor y el desamor, los aciertos y errores, y diversas cuestiones, tal vez sea productivo, dado que no tengo amigos homosexuales y el punto de vista de personas que transitan y han transitado por el mismo camino es, o creo que sería, muy pertinente en este momento de mi vida, donde vengo de una historia sentimental muy fuerte que lamentablemente terminó, y cuyo duelo me está costando sobrellevar, por toda una serie de motivos.

Espero alguna respuesta tuya, y desde ya, muchas gracias.

Vero dijo...

Verónica dijo...
Gracias, Ale como siempre porque me ayudás a leer los testimonios desde tu ser profesional y amoroso.

genial!!!

Besos!!!

Vero.